Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Un
reciente comunicado de la Conferencia Episcopal (una especie de junta directiva
empresarial de los obispos bolivianos) le ha “rayado la cancha” al flamante
cardenal Toribio Ticona. En otros tiempos, este hecho se hubiera denominado
“cisma”, es decir, una crisis en el seno de la Iglesia católica.
Pero
en nuestros días simplemente es una noticia que se entremezcla con los
problemas del fútbol español y las desventuras de alguna miss de habla inglesa.
Desde
nuestro punto de vista, lo que ocurre en la cúpula eclesial boliviana católica
es muy grave, porque pone en cuestión el famoso voto de obediencia que
supuestamente tienen todos los curas y por esa fidelidad llegan a obispos,
aunque revisando la historia podemos afirmar que la lucha por el poder siempre fue
una característica dentro de la Iglesia católica.
El
pronunciamiento pone en cuestión las decisiones del propio papa Francisco, jefe
de la Iglesia católica que vive en Roma, y es una especie de rebelión de los
obispos bolivianos.
Ahora
bien, ¿por qué el comunicado? Ya que es bien conocido que el anterior Cardenal
era la “cabeza y portavoz de la Iglesia católica”, la explicación a este enredo
se encuentra en el carácter racista-colonial de los obispos bolivianos.
La
Iglesia en Bolivia tiene una larga historia de diferenciación del común de los
mortales; como se repitió en varias oportunidades, la Iglesia se autonombra la
“portadora de la luz”, que debe abrir las mentes de los ¿salvajes? porque
llegaron, se establecieron y se multiplicaron con ese pretexto, hasta que
fuimos reconocidos como portadores de alma.
Pero
hoy esa raíz colonial se manifiesta y aclara las diferencias entre un Toribio
Ticona (indígena) y la flor y nata de una Iglesia conservadora, representada
por los obispos de rancio pedigrí. ¿Alguien decía algo sobre las opiniones
personales de Julio Terrazas, un aliado a la oligarquía cruceña?
En
uno de sus mensajes, el papa Francisco sentenció: “Hagan lío”, y eso es lo que
logró el nuevo Cardenal, sacudiendo el anquilosado cuerpo de una Iglesia que a
todas luces se encuentra decadente y poco “aggiornada”, como recomendó otro
sacerdote de una orden religiosa.
¡Bienvenido
al mundo racista y colonial, Toribio Ticona! La esperanza que tenemos es que no
dobleguen tu conciencia y esa capacidad de leer la realidad de este nuevo
Estado, que esa claridad no se diluya en los oscuros pasillos de la Conferencia
Episcopal.
Por
supuesto que este pronunciamiento ha logrado que muchas almas dormidas en su
fe, como el que escribe estas notas, despierten no por lo dicho por Toribio,
sino porque despertó la ira de esos representantes “bien machos”, que quieren
mantener las viejas estructuras sociales y económicas.
¡Bienvenido,
Toribio Ticona! Porque esto permitirá la construcción de nuevos escenarios de
diálogo, de influencia entre los constructores de una sociedad nueva. Sin duda
lograste tocar lugares que duelen en el cuerpo enfermo que prefiere ignorar sus
dolencias y mantener una fortaleza que no es tal, ese solo hecho ya te hace
agradable a los ojos del señor pueblo.
Es
posible que en esta disputa abierta de poder tu compasión te lleve a perdonar a
los que te ofendieron y termines en el redil de los poderosos, tenemos la
esperanza de que no será así; y en ese camino, otro camino, estaremos caminando
juntos como en las jornadas de lucha de los viejos mineros cuando muchos
sencillos curas optaron por el pueblo y se ganaron su gratitud, sólo baste un
nombre como el de Gregorio Iriarte para dar fe de lo que hablamos.
¡Bienvenido
al mundo racista y colonial, Toribio Ticona! Porque más allá de la mitra que te
consagra como cardenal, tus palabras, que ofendieron a los representantes de
una Iglesia fósil, ya ganaron a un pueblo que necesita aire fresco en las
bóvedas gélidas de las catedrales.
Es
escritor e historiador potosino
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