Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Verónica Rocha Fuentes
Una buena forma de balancear este camino denominado Proceso de Cambio por algunos y algunas (tiene un tinte más político-coyuntural) o Refundación Estatal por otros y otras (tiene un tinte más teórico-estructural) es mantener fluidas conversaciones con quienes no comparten de manera total el ideal del Estado Plurinacional, pero -a su vez- entienden que los nuevos vientos conllevan nuevos desafíos, sobre todo a las comprensiones propias. Otra buena balanza consiste en mantener fluidas conversaciones con quienes comparten el ideal del Estado Plurinacional por fuera de la institucionalidad, lejos del pragmatismo indolente de la gestión, con una cercación distinta a la realidad. Ambas miradas permiten, de alguna manera, abordar con cierta amplitud un proceso que es complejo teórica e institucionalmente y permiten mantener en buen estado el propio músculo democrático. Y el ajeno.
En el país de las demandas regionales, se sabe, la lucha por la construcción de un Estado Plurinacional es un verdadero desafío. Que no se piense pues que en 2008 se dio fin con las demandas regionales; con lo que se dio fin es con la estrategia separatista de utilizar la autonomía como discurso político para escindir una (pluri)nación, entonces en diseño. Porque, es preciso recordarlo, nuestro país tiene una natural tendencia a decantar por lo regional, a superponer las demandas e intereses regionales/locales por sobre las nacionales. Y ello, que no nos espante, es producto de nuestro propio devenir histórico y nuestra centralista forma de administrar el Estado, al menos hasta el año 1994, donde la participación popular consigue institucionalizar, de alguna manera, las prácticas democráticas y decisionales locales; para luego avanzar a las tensiones propias de un proceso autonómico también en construcción, en el marco de un Estado Plurinacional.
Al medio, el desafío cotidiano de garantizar la coherencia entre ideal estructural, base-posibilidad institucional y demanda-expectativa social. El problema, claro, nace cuando en la construcción del Estado la demanda-expectativa social es, más bien sectorial. O, igual de complicado, regional. Porque, soñamos, la buena salud de las autonomías, debería garantizar un engranaje solidario y cabal que permita y materialice el funcionamiento de uno y las otras en armonía. Pero, pisamos tierra, este es aún un tiempo de construcción.
Entonces llega el momento de hacerle frente a temas pendientes en la agenda estatal: censo, escaños, pacto fiscal. Y lo que es una construcción nacional recurre a nuestro antecedente histórico de sectorizar, regionalizar y localizar el anhelo. A no dudarlo, en los nuevos tiempos no sólo se recrea el Estado. En lo más intestino, es lógico, empiezan a gestarse las huellas que recrearán sus tensiones propias.
Y seamos claros. En el caso de la redistribución de escaños (ninguna medida sorpresa, un mandato que tiene hasta fecha límite) ha existido una sola propuesta apegada a la institucionalidad, a la ley, a la Constitución y a los principios de la democracia representativa (espacio privilegiado, que no único donde debe definirse-acomodarse). Y fue la propuesta del Tribunal Supremo Electoral. Mientras la posición contraria a cualquier propuesta gubernamental sea el no por el no, habrá Estado Plurinacional, pero con tensiones coyunturales y dispersas. Y ese, ciertamente, no es, ni será el ideal del Estado Plurinacional con autonomías y con democracia intercultural.
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