Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Jorge Ubertalli
“Madre, en tu día, tus muchachos barren minas en Haiphong…”
“Madre”,
Silvio Rodríguez
Tio y padre, Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap fueron artífices de la liberación
de Vietnam, nación que luchó durante siglos contra la ocupación extranjera
aliada a las oligarquías locales. El Tio se nos fue antes de ver el triunfo de
las fuerzas revolucionarias que dieron al traste con el imperialismo
norteamericano, sucesor de sus homólogos japoneses y franceses. El general Vo,
recién nos acaba de dar hoy, 4 de octubre y a los 102 años, el último adiós. Si
el Tio Ho fue el ideólogo, organizador y constructor del Partido Comunista de
Vietnam, director de la Revolución y la Liberación del país, el general del
pueblo Vo se constituyó en el ariete blindado que derribó a innumerables
columnas de peleles armados hasta los dientes, que asesinaron a millones de
humildes y aguerridos campesinos con bombas de Napalm y fósforo blanco, con
odio convertido en plomo injusto y brutal que no pudo, sin embargo, contra la
voluntad de ser libre de un pueblo milenariamente rebelde.
Hijo de labradores, Vo fue detenido ya siendo estudiante por organizar una
manifestación anticolonial en Hue. Cuando quisieron otorgarle una beca para
estudiar en París, la rechazó, porque ya apostaba su vida en el combate contra
el invasor y el opresor. En 1943, de regreso a su país desde China, organizó cien
guerrilleros que destruyeron, en Pac Bo, norte de Tonkin, dos puestos de
vigilancia francesa. Artífice de la derrota de los colonialistas franceses en
Dien Bien Phu, tomó como lema, basándose en su experiencia de combatiente, el
“evitar al enemigo cuando es fuerte, atacarlo cuando es débil; la guerra no es
solo un asunto de los militares sino de todo el pueblo. El campesino debe estar
armado pero cultivando su tierra”.
El “volcán bajo la nieve”, como alguien lo caracterizó, escribió en 1972:
“Nuestro país, rico y bello, dotado de muchos recursos naturales, ocupa
en el sudeste asiático una posición de importancia estratégica y está en el
cruce de vias de comunicación importantes, tanto terrestres como marítimas…(…)
Por eso nuestro país fue codiciado a menudo por poderosas fuerzas de agresión
que creian dominar y explotar a nuestro pueblo, utilizar nuestro territorio
como trampolín para su expansión en diferentes direcciones” (“ Vo Nguyen Giap,
“Fuerzas Armadas Revolucionarias y Ejército Popular”, Hanoi, 1972, Edc. La Rosa
Blindada , Buenos Aires, páginas 8 y 9).
Y más adelante sostuvo: “Nuestro Partido, desde sus comienzos, se asignó la
misión histórica de dirigir la revolución de liberación nacional en una nueva
epoca, inaugurando la más sorprendente de nuestra historia, la de la
independencia, la libertad y el socialismo. (…) Nunca como ahora, nuestro
pueblo llevó a cabo una lucha tan larga con insurrecciones armadas y guerras
revolucionarias que se extienden a decenas de años. Tampoco nunca nuestro
pueblo enfrentó como en la actualidad a agresores tan feroces, a los japoneses,
esos poderosos fascistas asiáticos; al imperialismo francés, vieja potencia
colonialista europea; luego a los imperialistas norteamericanos, cabeza del
imperialismo, enemigo número 1 de la humanidad”. (página39). El general
campesino Von Nguyen Giap enfrentó y derrotó a estos tres exponentes de la
barbarie colonialista e imperialista, con la dirección de la clase obrera
vietnamita, el tio Ho y el Partido revolucionario.
Gran estratega militar y dirigente revolucionario, Vo supo diferenciar, de
acuerdo con Lenin, el carácter de las guerras: “Todas las guerras engendradas
por los intentos rapaces de los reyes y los capitalistas son, según nuestra
apreciación, criminales, porque son funestas para las clases trabajadoras y
traen a la burguesía enormes ganancias”, había dicho el revolucionario ruso en
1918. Sin embargo, las guerras contra los opresores son justas, aclararía juto
a Lenin Vo. Tomando al marxismo-leninismo como guía, el combatiente vietnamita
sostenía que era incorrecto el concepto de definir la guerra tomando como eje
el análisis del estudio de las armas: “Reclaman su estudio tomando como base el
análisis del desarrollo de las armas y no el de la clase y el de la lucha de
clases, pues, cuando estalla la bomba, todas las personas ubicadas dentro de su
radio destructivo resultarán muertas o heridas. Pero ¿Por qué estalla esa
bomba? ¿Quién hace estallar esa bomba? Y estalla ¿Para servir los intereses de quién?
Este es el problema clave.” (“El Hombre y el Arma”, Vo Nguyen Giap, La Rosa
Blindada, Buenos Aires, 88)
“Nuestro Partido afirma que el hombre es el factor decisivo, y critica
enérgicamente la teoría burguesa según la cual el arma es lo decisivo” refirió
más adelante (107) “/(…) Las armas nucleares influyen en el desarrollo de las
hostilidades y la victoria pero no son el elemento determinante de la victoria
y tampoco hacen cambiar la perspectiva de desarrollo de la sociedad. En la
guerra el factor decisivo es y será siempre el hombre; las masas populares son
y seguirán siendo las forjadoras de la historia. (…) Los hombres de las fuerzas
armadas de nuestro Partido y pueblo no son más que el obrero, el campesino y el
pueblo trabajador”. (108-109)
Sus concepciones sobre el papel de clase del Ejército Revolucionario y
Antiimperialista, la relación dialéctica no antagónica entre el hombre y el
arma en aquel, y el papel dirigente del hombre en relación con su material
bélico, serían las bases de la victoria sobre los enemigos de clase y nación,
victoria que Giap organizó y logró con la participación de la clase
obrera y el pueblo vietnamita.
Su larga y azaroza vida, su creencia absoluta en el poder del pueblo a la
hora del combate, su vocación socialista y comunista en el marco del reconocimiento
de la bella y heroica historia vietnamita, hacen de Vo Nguyen Giap un ejemplo a
seguir por las viejas y nuevas generaciones, que todavía creen y luchan por un
porvenir venturoso de la humanidad, libre de las ataduras del capital y sus
lacras.
Compañero general Vo Nguyen Giap, como internacionalista y aún sin haberte
conocido, soy uno de tus “muchachos”. Uno de los que barren las minas del
olvido y la falsedad para liberar el puerto florecido y blindado de tu memoria,
hoy cubierto de lágrimas ante tu partida.
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