Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Adilio
Lezcano
El golpe sigue asestando duros reveses a la sociedad paraguaya, dejando secuelas
que calan hondo en la cotidianeidad de la gente. Algunos creyeron ilusamente
que la destitución de Fernando Lugo de la Presidencia del Paraguay, vía golpe
parlamentario, sólo afectaba a los sectores de izquierda y afines al
presidente; y en consecuencia varios se sustrajeron de este hecho político
manteniéndose al margen sin tomar ninguna postura al respecto (fenómeno que no
analizaremos en esta oportunidad pues requiere de un tratamiento especial).
Sin embargo, esa desacertada y antipatriótica decisión tuvo sus efectos
diseminados en los diferentes ámbitos, socavando los pilares de una incipiente
democracia paraguaya que circundaba accidentadamente por un proceso en marcha.
El golpe se materializó con la salida de Lugo, pero no concluyó ahí, pues su
efecto es mucho más devastador dado que con el quiebre democrático se empezaron
a perder derechos - como el acceso a la información ecuánime y veraz- y desató
la efervescencia de los intolerantes y la reaparición de los retardatarios con
sus discursos “apologéticos” de mano dura.
Paraguay
en menos de dos meses de gobierno del Presidente Cartes, vio
transcurrir varios hechos que arrojan elementos que nos indican el
segundo
momento del golpe, uno de los más importantes, que es la Modificación de
la Ley de Defensa Nacional de un forma muy acelerada y que da super
poderes al ejecutivo, un
segundo elemento es la aprobación de la Ley de Participación Pública
Privada que
significa la privatización de forma solapada de los entes públicos; y un
tercer
elemento es la reivindicación del Stronismo, tanto en la campaña
electoral del
actual mandatario como así también ya como presidente con el posible
nombramiento del nieto como representante ante de las ONU – (Goli
Stroessner).
Y por otro lado, como caso emblemático, la represión y el descuento
salarial
compulsivo a los docentes.
Estos elementos evidencian un escenario en el que una mayoría
parlamentaria vinculada con el golpe el año 2012 al gobierno de Fernando Lugo
sigue atentando contra la democracia paraguaya acompañado de un ejecutivo
que actúa al unísono con esa lógica. En esta etapa del golpe se generan las
condiciones necesarias para garantizar y apuntalar las políticas neoliberales
en el país – tardío y de contramano a las tendencias en la región - y con un
mensaje claro a la sociedad, cuya idea encierra que el gobierno estará
reprimiendo en caso que sectores organizados de la sociedad se manifiesten en contra de
las políticas llevadas adelante.
La sociedad paraguaya aparentemente no está dispuesta a resignarse, quizá
la reacción no es aún contundente y orgánica, pero en menos de dos meses se dio
pistas importantes para creer en una reacción de las masas trabajadoras en
forma organizada. Se ha desarrollado varias movilizaciones en contra de las
decisiones asumidas por el ejecutivo. Por mencionar uno de ellos, el gremio de
maestros por los descuentos hechos, repudió y escrachó al mandatario; además se
ha conformado una Coordinadora Democrática en la que varias organizaciones se
unieron para hacer frente a la inminente oleada de privatizaciones en el país
anunciando movilizaciones importantes.
EL golpe sigue golpeando y aún no llegó el coletazo final, el desafío es
actualmente para los sectores de izquierda, progresistas y democráticos para
evitar mayores penas a la gente y canalizar la indignación que se está
generando en la población. Es momento de rectificar prácticas atávicas que
atomizan a estas fuerzas, convirtiéndolas por ende en funcionales al sistema
imperante y no en una herramienta para liberar al pueblo. La unidad del campo
popular es la ecuación para hacer frente a lo que podría ser la entrega del
estado y sus riquezas a multinacionales.
Es por ello que es el momento de entender que la sociedad paraguaya
requiere de la madurez de sus dirigentes y el acercamiento de todos estos
sectores para recuperar la democracia y apuntalar un proyecto político que
responda a las necesidades de las grandes mayorías excluidas y fundamentalmente
evitar la reedición del libreto implementado en la década del 60 y 70 en los
países de nuestra América Latina.
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