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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Enatex: Los obreros marchan después de 30 años



 Por: Miguel Albarracín Paredes
No es el espíritu de gente derrotada, a pesar de que la gran mayoría de los trabajadores recogieron su finiquito (en teoría ya todo debería estar solucionado con el cobro), están en pié de lucha, es más, no son sólo los trabajadores de Enatex, no son sólo los fabriles en marcha, otros sectores obreros están participando de la columna que ya asciende a 700 marchistas aproximadamente. Con seguridad pasarán Calamarca, y llegarán a Pocohota, San Antonio, la Apacheta, y para el lunes estarán en El Alto.
Pero, ¿es necesario tanto esfuerzo?, ¿acaso campesinos y obreros, gobierno y trabajadores no somos hermanos?
Movilización pacífica
Ahora la Gerencia de la empresa dice que Enatex no es rentable, que es deficitaria. De ahí dos preguntas básicas saltan a la luz: ¿alguna vez fue rentable?, ¿recién se han dado cuenta de que no es competitiva? Debemos ser sinceros, esta historia está a medio contar, tanto es así que han hecho reaccionar a los obreros.
Más de un derechista se debe estar frotando las manos pensando que los obreros son enemigos del proceso de cambio, y hasta deben pensar que pueden sacarle provecho a este acontecimiento. Sin embargo, debemos darles el balde de agua fría que se merecen: los obreros ni son de la derecha ni están contra el proceso. Los trabajadores asalariados en su gran mayoría siguen acompañando y apoyando  a Evo Morales, como compañero, como parte de este proceso antineoliberal, y por considerar que el camino al socialismo es posible, así lo han dicho en sus documentos políticos y congresos. Pero hay que mirar con los 2 ojos: también señalan que existen políticas que están equivocadas y que deben ser corregidas, Enatex es un ejemplo, los temas de manejo económico y desarrollo industrial deben ser discutidos, entre compañeros y hermanos, con la confianza que se llegará a un acuerdo y a soluciones conjuntas.
Por eso la marcha pacífica debe ser vista con ojos de compañero: una movilización pacífica, que es un campanazo de alerta para el gobierno, hay un descontento, hay una crítica sobre las decisiones que se están tomando, sobre el cómo se están tomando las decisiones, inclusive sobre algunos funcionarios que están mal implementando las políticas económico-productivas del país.
Alianza estratégica
En los marchistas existe la gran esperanza que el gobierno les oiga, no solamente para recibir los paliativos o un parche al problema Enatex, sino porque es hora de sentarse con una gran dosis de humildad y escuchar a los trabajadores, a la COB, que no por nada es la única institución social que ha sobrevivido a los grandes cambios políticos que hemos vivido en los últimos 60 años, su fuerza y organización expresa su papel histórico. Vladimir Lenin decía: “no hay que tenerle miedo al error, sino a no saber aceptar el error”. Y es que en algo nos hemos equivocado como para que poco apoco se vayan plegando más y más sectores a la marcha, en algo erramos para que la COB haya puesto en el tapete de la discusión la alianza existente entre gobierno y los obreros.
Pongamos un pequeño ejemplo: el año pasado la gerencia de Enatex dijo que la fábrica no podía funcionar con 1.500 obreros, que debía reducirse a 900 para poder “salir a flote”; en ese entonces mi persona estaba como Director General del Trabajo y se me encomendó explicar a los obreros esa realidad, y así lo hice: “compañeros este barco con 1.500 obreros se va a hundir, y puede salir a flote con 900”. Tuvimos sendas reuniones donde hablamos de las consecuencias y los problemas que habían en la fábrica. Dijeron que no se les hacía partícipes de los planes de trabajo, sentían como si se hubiese cambiado un patrón por otro patrón, inclusive existirían en almacenes materiales dañados por una mala decisión gerencial, más aún, decían que no existía ningún tipo de planificación y que todavía la gente de Marcos Iberkleid (el empresario que vendió Ametex al Estado) era la que tomaba decisiones importantes.
Pero a pesar que cerca de la mitad de los trabajadores fueron despedidos, al final ellos aceptaron el retiro forzoso, decidieron no movilizarse y esperar que la empresa se reactivara. Y es que nadie ama más una fábrica que sus propios obreros, por los años que le dedicaron, por ser su fuente de ingreso, porque son los que realmente conocen de la importancia de mantener una fábrica abierta y de la importancia para el país, por eso había que tomarles en cuenta y no verles como simples personas dispuestas a recibir órdenes, verles como les vio Marx y Lenin: como la clase revolucionaria, inclusive para tomar decisiones administrativas. No se lo hizo, y ahora ellos están marchando.
Preguntas urgentes
Es necesario preguntarnos de una vez: ¿Por qué el 2015 les hicimos aquella promesa a los obreros?, ¿por qué no salió a flote la empresa?, ¿o es que hubo demasiada improvisación y poca planificación? Es necesario ser sinceros en la respuesta a los que desde el 15 de mayo están desempleados.
Los economistas y los estudiantes de economía suelen decir que para emprender una empresa productiva debes atender con todos tus sentidos todas las opciones, y muy particularmente con el sentido común: ¿la maquinaria es buena?, ¿los trabajadores tienen mano de obra calificada?, ¿existe mercado para sus productos?, ¿es un proyecto sostenible?, ¿existe posibilidad de expandirse?, ¿si la empresa es  rentable por qué el empresario la está vendiendo?  
Cualquier emprendimiento debe tener 100 preguntas previas, y basta que exista una respuesta negativa para que el proyecto sea inviable, lo cual ameritaría un cambio de estrategia, y nuevamente a la pregunta: ¿se actuó correctamente? Esas explicaciones se merecen los obreros, para que sepan en que nos equivocamos y qué impulsó al gobierno a iniciar este proyecto, por lo visto fallido. Aprendamos de nuestros errores, pero no para golpearnos ni castigarnos –quizás los responsables deban ser sancionados– sino para no repetir errores similares o sacar conclusiones equivocadas: “los obreros son conflictivos”, “ya no debemos tomar más emprendimientos”, o conclusiones apresuradas.
Corresponde sentarse entre hermanos y explicar los problemas que se han enfrentado para este triste desenlace, explicar cuál es el plan de desarrollo económico, productivo, donde los obreros deben ser co-partícipes y co-responsables, no como individuos, sino como clase social.
Una ruptura entre el gobierno y la clase obrera es impensable, pero es momento de poner todas las cartas sobre la mesa: necesitamos una discusión programática, cómo vamos a sacar al país de su crisis, cómo vamos a enfrentar la política desestabilizadora del imperialismo y la crisis económica mundial.
Es tiempo de sentarse a dialogar, escuchar, para que esta movilización sea el principio de un reencuentro programático, en base a las tesis de la COB, al impulso que los obreros pueden darle a la lucha por el socialismo comunitario, que se depure todos los elementos negativos que se han incrustado en el gobierno, y que de esta discusión salgan conclusiones para avanzar, para que las luchas que se avecinan nos encuentren juntos.
*Abogado laboralista y ex Director General del Trabajo, del Ministerio de Trabajo.

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