Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Pablo Jofre L.
Una nueva matanza, en esta ocasión en la estadounidense
ciudad de Orlando, en el Estado de Florida, ha significado hasta ahora la
muerte de 50 personas y medio centenar de heridos. Una acción criminal que
constata, nuevamente, la fragilidad en materia de seguridad pública de una
sociedad, que posee tantas armas particulares como población: 300 millones.
El Club Pulse, ubicado en la ciudad de Orlando, fue el
escenario de un ataque llevado a cabo por un hombre, que armado de un fusil de
asalto y una pistola masacró, en una conducta absolutamente condenable, sin
justificación alguna que avale este crimen, a cuanta persona se le cruzó en el
camino. Omar Mateen, de 29 años de edad, estadounidense, guardia de seguridad y
abatido por la policía, ha sido sindicado como el culpable de esta masacre. Las
armas fueron adquiridas una semana antes, gracias a la absoluta libertad que
gozan los ciudadanos norteamericanos de comprar todo tipo de armas, amparado
ello en la sacrosanta segunda enmienda de su constitución.
Matanzas y elecciones
¿Crimen de odio? ¿Crimen bajo la influencia y lealtad a un
grupo takfiri? ¿Apelación a Daesh como catalizador del ataque? Para el padre de
Omar Mateen, el ciudadano estadounidense de origen afgano Mir Seddiq,
entregadas a una cadena de televisión estadounidense “los crímenes cometidos
por mi hijo no tienen nada que ver con la religión”. Mir Seddiq describió a su
hijo como un joven trabajador, tranquilo. “Estamos pidiendo disculpas por el
incidente. No éramos conscientes de que estuviese planteando ningún tipo de
acción. Estamos en estado de shock al igual que todo el país” señaló el
afligido padre.
Esta matanza se da en los precisos momentos, en que Estados
Unidos debate las posturas de sus candidatos presidenciales, nominaciones ya
resueltas, para disputar el sillón de la Casa Blanca. Uno de ellos, el
republicano Donald Trump, también considerado un homófobo, a lo que se unen las
acusaciones de racista, xenófobo, ignorante y peligroso para el mundo. Por el
lado del Partido Demócrata, encontramos a la ex Primera Dama y Senadora,
Hillary Clinton, con experiencia como alta funcionaria estatal con decisiones
en materia de agresiones e invasiones a otros países – como es el caso de Libia
y Siria – además del manejo del entramado político y militar de la mayor
potencia del mundo. El crimen masivo en el Club Pulse, sacará de nuevo a
colación la necesidad de regular de mejor forma el derecho consuetudinario
estadounidense, en que se apela a la Constitución y la necesidad de detener las
oleadas de tiroteos y crímenes donde el acceso libre a las armas suele ser el
final del túnel.
En esa discusión comenzará, como no, las interpelaciones
tanto a Trump como a Clinton, exigiéndoles más mano dura o más restricción a la
hora de discutir sobre las armas y su acceso ilimitado. Ya Donald Trump, con la
incontinencia verbal, que suele caracterizarlo sostuvo, en una entrevista
telefónica mantenida con la cadena CNN, que si algunos de los presentes en el
lugar del incidente de Orlando hubieran estado armados, la tragedia habría sido
menor. “Si la gente en la sala hubiera tenido armas, con las balas volando en
dirección contraria contra él, a su cabeza, no habríamos tenido la tragedia que
terminó habiendo”. Declaraciones que se unen a su crónico racismo, repitiendo
que hay que prohibir la entrada a territorio estadounidense a los musulmanes, a
los que acusa de no informar a las autoridades sobre personas como Omar Mateen.
Así, el hijo de una inmigrante escocesa y de abuelos inmigrantes alemanes
afirma que es necesario coartar, restringir e incluso prohibir la entrada a un
país formado en virtud de la llegada de millones seres humanos venidos allende
los océanos.
Las dos administraciones de Barack Obama han sido impotentes
para condicionar la tenencia de armas e incluso su control, con intentos
resistidos por el partido republicano y sus financistas que se oponen a
modificar lo que consideran un derecho ad eternum de los ciudadanos
estadounidenses. Los grupos de lobby, sobre todo la denominada Asociación
Nacional del Rifle – NRA por sus siglas en inglés – que supera los 5 millones
de miembros y cuyos nombres más prominentes están estrechamente asociados al
Complejo Militar Industrial norteamericano, se han opuesto permanentemente a
cualquier limitación en la compra y tenencia de las armas. Se apela en ello a
los más disímiles argumentos. Exacerbando el temor de la población ante el
incremento de la inseguridad, las omnipotentes libertades individuales pero,
sobre todo, sacando a colación una enmienda inserta en la constitución
estadounidense, parte de la llamada carta de los derechos aprobada en diciembre
del año 1791 cuya letra afirma “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para
la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas
no será infringido”.
La NRA ha dado su explícito apoyo a Donald Trump que lo
considera “un hombre que ofrece una casa Blanca muy diferente y una nación
mucho más esperanzadora” según palabras expresadas el pasado mes de mayo en la
Convención de la NRA donde fue invitado el candidato republicano que en su
intervención, agradeciendo el respaldo señaló “la malvada Hillary es la
candidata más opuesta a las armas, a la Segunda Enmienda que ha competido nunca
por la Presidencia. La única manera de proteger la Segunda Enmienda es votando
por Donald Trump”
La ideología militarista, que anima a los defensores de la
tenencia y porte de armas en forma extendida, se expresa en toda su magnitud
con las palabras del Vicepresidente de la ANR Wayne La Pierre, quien ha
calificado la iniciativa del agonizante gobierno de Barack Obama, para
restringir la venta de armamento como “mentirosa”. Este influyente personaje
afirma que “lo único que detiene a una persona mala con una pistola es una
persona buena con una pistola”. Bajo esa lógica, los asistentes al Club Pulse
en Orlando debían estar armados, para sí detener la locura criminal de Omar
Mateen. La sinrazón, la irracionalidad de estos argumentos caen por su propio
peso y sin embargo, la militarizada sociedad estadounidense sigue enfrascada en
esta discusión bizantina y que tantas vidas se ha llevado.
Una sociedad marcada por la muerte
Sólo en el año 2016, los análisis respecto a tiroteos
señalan, que en este primer semestre del año 2016 se han registrado 132
tiroteos masivos con resultados de muerte para 156 personas. Un sitio
especializado en el tema, shootingtracker.com consigna que el año 2015, los
incidentes que se inscribían bajo esta denominación de tiroteo fueron 372, con
consecuencias de muerte para 367 personas. Se signa como parte del estudio a
todos aquellos hechos, que tengan al menos cuatro víctimas entre muertos y
heridos según metodología manejada por el FBI. San Bernardino, Colorado Spirng,
Oregon, isla Vista, Tennesee, Charleston, Fort Hood, Washington, Newtown,
Universidad de Virginia, Litleton, Killeen en Texas son algunos de los nombres
de localidades donde atacantes solitarios masacraron a estudiantes, policías,
civiles, niños, hombres y mujeres en general.
Este crimen alevoso, cometido contra personas indefensas en
un club de baile. La muerte de 50 seres humanos y otros tantos heridos presenta
así, una clara oportunidad para la descalificación, para generar temor, miedo,
el aplicar políticas restrictivas a los derechos ciudadanos y chantajear a los
ciudadanos estadounidenses, bajo los más diversos fantasmas: el islam, los
Musulmanes. EIIL – Daesh en árabe – la necesidad de mayores recursos para los
organismos de seguridad y la policía. Mayores presupuestos para las agencias de
inteligencia. Pero, nada que tenga que ver con la necesaria limitación en la
compra, posesión y uso de las cientos de millones de armas en manos de
estadounidenses cuyo estado mental, en general, es de difícil certeza en cuanto
a la idoneidad de poseer instrumentos de matar.
Obama a las pocas horas de la masacre en Orlando sostuvo que
se estaba ante un atentado de carácter terrorista “sabemos lo suficiente para
decir que ha sido un acto de terror y de odio. El FBI está investigando esto de
manera adecuada, como un acto de terrorismo”” La pregunta que surge entonces es
¿a favor de que grupo? ¿Del denominado EIIL – Daesh en árabe – Este mismo grupo
que ha gozado, desde su nacimiento del apoyo de Washington, la OTAN , Arabia
Saudita, Turquía , Jordania e incluso la entidad sionista, junto a las
monarquías del Golfo Pérsico?. Si es así, la máxima respecto a Cría cuervos y
te comerán los ojos se expresa con toda nitidez. Recordemos que el atacante es
estadounidense, cuyos padres son inmigrantes, pero Omar Mateen ha sido criado,
educado e influenciado por la sociedad donde vive, tuvo acceso a un fusil de
asalto gracias a la facilidad que tienen de acceder a ellas. Eso es propio de
esa sociedad y debe asumirlo y buscar los mecanismos de solución, no
responsabilizar al resto del mundo de sus propias limitaciones de seguridad.
Reafirmando las palabras del mandatario estadounidense, la
Agencia Amaq vinculada al grupo takfirí Daesh dio a conocer, citando a una
fuente anónima que “El ataque a una en Orlando, que dejó más de 100 muertos y
heridos, fue ejecutado por un combatiente del Estado Islámico”. Igualmente, la
cuenta de Twitter, se supone ligada a la banda terrorista: Terror Monitor
consignó que el grupo takfirí había asumido la autoría de la masacre en la
ciudad del estado de Florida.
Obama además se interpeló interrogativamente “¿este es el
país que queremos?” El mandatario afirmó que se llevarán a cabo todas las
acciones que se necesiten para protegerse como país. Y sí, tiene razón deben
protegerse de ellos mismos, de esos valores, de esa conducta en su sociedad y
contra otras sociedades, que marcan la obligación de cambiar esta tendencia
criminal que lleva a la sociedad estadounidense a soportar y sufrir matanzas
como las que vivieron en Orlando, pero que en otras sociedades se viven día a
día con cientos de miles de muertos. Esta matanza no tiene justificación
alguna, de ningún tipo, bajo ninguna circunstancia pero…lo que se le exige a la
sociedad estadounidense y en especial a sus líderes, a su clase política es que
dejen de mirarse el ombligo y busquen las razones del por qué tienen tantos
actos de terrorismo interno, tantas matanzas en sus recintos deportivos, en
discotecas, en estadios, en universidades. ¿Qué genera estas conductas
homicidas? ¿Qué condiciones son las que permiten que se cometan estos hechos atroces?
¿Qué genera que este guardia de seguridad, normal, como lo definen sus amigos y
un maltratador según su esposa desate esta lluvia de plomo y sangre sobre
cientos de personas?
Recién iniciado el debate tras la matanza, me queda claro
que el gran ganador de las primeras impresiones que se está formando la
sociedad estadounidense, es el candidato extremista Donald Trump, que ya ha
lanzado mensajes de odio e intolerancia y que sacará réditos del origen del
asesino, de su declaración respecto a los motivos que tuvo para realizar la
matanza y sobre todo, sobre la necesidad de no restringir el porte y uso de las
armas, sino que protegerlo aún más. Sobre todo cuando ha trascendió que Omar
Meteen estaba bajo el radar investigativo del FBI por sus posibles vinculaciones
con grupos terroristas y simpatías expresadas a Daesh, que impulsaron a esta
oficina gubernamental de investigación a entrevistarse con el autor de la
masacre el año 2013 sin llegar a mayores resultados.
¿Qué se habló en aquellos encuentros? ¿Bajo qué condiciones
de seguridad y vigilancia quedó Meteen con el FBI? ¿Qué exigieron para dejarlo
libre? ¿Estaba bajo control de los organismos de inteligencia a sabiendas de
los tiroteos crónicos que sufre la sociedad estadounidense? Son preguntas
necesarias de resolver, para no entrar en especulaciones o sospechas respecto
al uso de agentes encubiertos para realizar acciones que militaricen aún más
las sociedades –estilo bandera falsa – restringiendo las libertades civiles y
dando así vía libre para implementar políticas represivas en el plano interno y
agresiones armadas e intervenciones en el plano externo, bajo el argumento de
combate al terrorismo, que suele ser originado por los mismos que después lo
combaten, como ha sido el caso de grupos como Al Qaeda, Frente al Nusra y el
propio Daesh.
La ciudadanía, suele inclinarse en momentos de dolor y
debilidad ante personajes que les ofrecen “mano dura”. Lo primero es mantener
la calma, solidarizar con los familiares y amigos de las víctimas. Luego, saber
que hay de fondo en este tema, cual es la motivación, que movió a este
estadounidense a matar así a sus compatriotas, irrumpió en la discoteca y
masacró a cuanta persona se le cruzó en el camino. Profundizar si acaso la
violencia que Estados Unidos exporta con su política de agresiones e
invasiones, influye y repercute en su propia sociedad y la manera en que
resuelven sus contradicciones, sean estas sociales, políticas, económicas,
religiosas o culturales. Mirarse hacia dentro suele ser una buena medicina y
evitar que su país siga siendo un campo de tiro.
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