Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Editorial del Periódico Diagonal
La
venta de armas de asalto y la prohibición de donar sangre a personas LGTB
convergen en las reacciones de indignación tras la masacre perpetrada por un
simpatizante del Daesh.
El
brutal asesinato de 50 personas en el club LGTB Pulse, de Orlando, ha reavivado
el debate en torno a dos polémicas leyes estadounidenses: la que prohíbe donar
sangre a toda la población excepto a las personas heternormativas y la que
permite comprar fusiles de asalto como el que usó Omar Mateen, el autor de la
matanza en la noche del 12 de junio, muerto en el lugar de los hechos.
Mientras
que el candidato a presidente Donald Trump ha desplegado su retórica anti
musulmana en sus referencias al ataque –Mateen, nacido en Estados Unidos, había
jurado fidelidad al Daesh (Estado islámico en su acrónimo árabe)– y la
candidata demócrata Hillary Clinton ha guardado silencio para dejar que la
responsabilidad la asuma el presidente saliente, Barack Obama, la comunidad
LGTB clama contra la prohibición a nivel federal de donar sangre a personas que
mantienen relaciones con otras de su mismo sexo.
Pese a
los rumores que circularon en la tarde de ayer en las redes sociales, la Food
and Drug Administration estadounidense no levantará el veto que pesa sobre la
comunidad LGTB, que les prohíbe donar sangre. La prohibición contrastaba con la
solidaridad del Estado de Florida con las víctimas del ataque. Durante toda la
jornada de ayer se produjeron largas colas para ayudar a los 53 heridos que
sobrevivieron al ataque.
La
prohibición de donar sangre a personas LGTB se remonta a 1983. Las medidas
impulsadas por la administración de Barack Obama para acabar con este factor
discriminante han sido tibias, entre ellas está permitir la donación siempre y
cuando no se hayan mantenido relaciones sexuales al menos por un año.
La
American Medical Association (AMA) pidió hace tres años un cambio de políticas
por parte de la FDA, entendiendo que el tiempo de prohibir la donación de
sangre por parte de hombres que han tenido sexo con hombres es discriminatorio
y no está basado en la ciencia".
Los
subfusiles de las tragedias

New
York Daily News recuerda que el tipo de fusil de asalto usado, el AR15, es el
mismo que se uso en la masacre de la escuela infantil Sandy Hook en
Connnecticut, donde murieron 20 menores y seis adultos, y también fue el
escogido para la masacre en un cine de Colorado ese mismo año.
Después
de aquellos ataques, la venta del AR15 –del mismo tipo que la más conocida
AK47– aumentó en el país, hasta llegar a los tres millones de subfusiles en
circulación que se estima que hay en la actualidad.
Las
críticas a la NRA se centran en su trabajo de lobby, que ha conseguido evitar
que se reintrodujese la ley que estuvo vigente entre 1994-2004 y que prohibía
la venta de este tipo de armas, capaces de disparar 45 balas por minuto.
Según
recoge el medio neoyorquino, durante la década de prohibición de los fusiles de
asalto se produjeron la mitad de muertes en asesinatos de masas que en la
década anterior y una tercera parte de los que se produjeron entre 2004 y 2014.
La NRA por su parte consideró en enero de este año el AR15 como el subfusil
"más popular de América".
Como
señala Richard Aborn, presidente de la Comisión de Ciudadana sobre el Crimen,
el motivo de las matanzas varía mucho de un caso a otro, las armas usadas no lo
hacen. "Sería una locura considerar las armas de asalto como armas
comunes. Están hechas para ser, y son, máquinas de matar. Considerar un arma de
asalto un arma corriente es como llamar 'tanque' a un coche".
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