Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Norma Wendy Ríos Portugal
Durante la colonia y después de la independencia de
Bolivia ocurrieron un gran número de rebeliones indígenas. La resistencia
indígena no sólo se dio mediante el uso de la fuerza, también se desarrollaron
muchas luchas por la vía legal. De hecho, varios trabajos historiográficos
muestran que en ocasiones los indígenas, antes de recurrir a grandes
movilizaciones colectivas, optaban por la lucha legal, sin embargo al no lograr
resultados por este medio recurrían a organizar levantamientos armados.
El caso de los caciques apoderados es uno de los más
representativos en lo que se refiere al uso de las leyes como herramienta de
resistencia. Aunque en medio de la lucha legal también se desarrollaron
levantamientos indígenas como el de 1921 en Jesús de Machaca y el de 1927 en
Chayanta.
La Guerra Federal de 1899 dio paso a un cambio en el
país, los liberales asumieron el poder y se dedicaron a construir institucionalidad
estatal. Este cambio estuvo acompañado por una nueva ola de intentos de
apropiación de tierras comunales acontecida entre 1905 y 1915. En este contexto,
y en base a la experiencia de los apoderados del siglo XIX, surgió el
movimiento de indígenas denominado “caciques apoderados”, que enfocó su lucha
en la recuperación de las tierras usurpadas y la creación de escuelas comunales.
Este movimiento se desarrolló con mayor fuerza entre los años 1912 y 1933,
siendo los principales caciques: Santos Marka T’ula, Faustino Llanqui,
Marcelino Llanqui, Dionisio Paxipati, Francisco Tancara, Mateo
Alfaro y Rufino Willka. Ellos conocían los estratos judiciales, el poder
legislativo y las distintas instancias del poder ejecutivo; se relacionaban con
la burocracia que administraba la justicia del país y desarrollaron habilidades
para llevar a cabo trámites ante estas autoridades. Para legitimar su poder,
los caciques apoderados recurrían a las normas legales coloniales pero también
a las republicanas. En otras palabras, apelaban a la vigencia de los títulos
coloniales para prevenir la división y expropiación de sus tierras, al tiempo que
recurrían a las leyes que negaban la existencia de las tierras comunales para
satisfacer otras demandas tales como la propiedad del derecho absoluto sobre la
tierra.
Más allá de que el uso de aquellas leyes pueda parecer
contradictorio, lo importante es la insistencia en que la posesión de las
tierras comunales era inviolable. Además, esto nos muestra que había un uso
estratégico de las leyes que no sólo buscaba la recuperación y defensa de las
tierras sino también denunciar los abusos y el maltrato que recibían de las
autoridades locales, curas y vecinos mestizos. Esto permitió a los caciques el
planteamiento de otra exigencia, la necesidad de autoridades indígenas, en
otras palabras, la necesidad de la autonomía política.
La recurrencia a la vía legal como un medio de
resistencia ha estado presente en muchos momentos de crisis y búsqueda de
cambio en la historia de nuestra región. Es importante tener en cuenta esto ya
que nos permite mostrar que los levantamientos no son el resultado de acciones
espontáneas y sin sentido sino que provienen de procesos razonados y
planificados y de acciones estratégicas que se despliegan en distintos niveles.
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