Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Leonardo
Del Grosso
En Argentina con Macri las ciudades y los pueblos,
las metrópolis y las campiñas, los comerciantes y los asalariados, se
encuentran bajo el fuego del plan de destrucción de los neoliberales.
La
reintegración de Argentina bajo la bota imperial del Pentágono (de la que la
reciente inclusión de Argentina como observador de la Alianza del Pacífico es
una de sus últimas manifestaciones) pretende un territorio dominado por la
moderna decadente oligarquía occidental que busca someter el Universo,
reemplazar a Dios, como soñó Lucifer. Lo que antes estaba en construcción, con
la esperanza en la proa, desde el 15 de Noviembre de 2015, cuando Macri -sin
querer- anunció el valor futuro de su dólar, padece un denso bombardeo de
sigilosas armas genocidas cuyo objetivo es el empequeñecimiento del país al
tamaño de una reptante colonia y la pauperización del pueblo a la dimensión de
una turba de mendigos, suplicando la caridad de las jerarquías idiotas para las
que Macri, con sus globitos amarillos, se erigió en un ídolo poco menos que
como Messi.
El
arsenal de estas armas de destrucción masiva está compuesto con diferentes
medidas económicas de veloz concentración del poder económico hacia el capital
financiero occidental y la burda aristocracia territorial; y de violento enfriamiento
de la producción para eliminar todo “lo que sobra”, o sea, todo lo que sustente
un nivel de vida digno para esas grandes masas populares que el cipayaje sueña
arrastradas a sus pies como alcahuetes afanosos, como desesperados serviles
competidores del escalafón de los traidores. Para esta nomenclatura neocolonial
es fundamental que en Argentina bajo fuego todos los nidos políticos de la
resistencia nacional contra el ataque sean neutralizados, aislados, difamados,
aborrecidos, pero no sólo por los que están detrás de la mira acribillando al
pueblo, sino además por la mayor cantidad posible de los que están también
afincados en el territorio batido, que también sufren, como los resistentes, el
castigo de los bombas de Macri, pero que permanecen hipnotizados por Clarín,
TeleNoche (programa de noticias en horario central en Argentina), TodoNoticias
(canal de noticias del Grupo Clarín) o las diferentes variantes de la
“presstitute”.
El
sigilo del bombardeo no sólo consiste en que estas bombas no son de artillería
-como las que Occidente tira contra Siria e Irak usando a sus paramilitares
terroristas estilo Al-Qaeda o “Estado Islámico”-, sino en que su camuflaje
consiste precisamente en la confusión ideológica y política, de tal manera que
las víctimas no se den cuenta lo que les están haciendo y vean todo de manera
invertida, aborreciendo a los que resisten y al mismo tiempo colgándose de los
pantalones de los que verdaderamente, desde el gobierno- están arrasando el
país. Diversas y constantes operaciones sicológicas de inteligencia hicieron y
hacen los antinacionales para lograr estos resultados de confusión política,
operaciones que son la combinación de propaganda masiva y repetitiva, con los
hechos necesarios para hacerla verosímil.
El
“sinceramiento” y la “bomba que está a punto de estallar”
"Sé
que han sido meses difíciles para muchos argentinos; comparto el dolor, las
angustias, sincerar la economía ha sido muy duro pero nos dejaron una bomba a
punto de estallar". Esta falacia de Macri, pronunciada hace pocos días, resume el conjunto de la lógica sobre la que se basa la
gran manipulación que logra que este tan evidente bombardeo económico para
muchos resulte, ¡todavía hoy!, totalmente invisible... “Sincerar” da idea de
que hay una mentira que es necesario desenmascarar. “Bomba a punto de estallar”
da idea de una trampa tendida que puede explotar y que todo lo que ocurre de
malo hoy es porque esas trampas están detonándose.
Pero
si analizamos la información objetiva, de fuentes inobjetables de parcialidad en el sentido de lo que pretendo demostrar,
nos daremos cuenta que todo esto, como todo Macri, es una gran mentira y que,
en realidad, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó las cuentas del
Estado en relativamente buenas condiciones y la única trampa que existía era
contra los ricos, no contra el pueblo y la Nación.
Los
medios son medios, nada más, y depende los fines para los que se utilizan, su
legitimidad. En este sentido, toda la política monetaria del kirchnerismo,
especialmente en los últimos tiempos, en general es muy poco comprendida en
toda su dimensión. En política monetaria el problema no es la emisión, sino a
manos de quien va a parar el dinero que se emite: si a manos de los bancos o a
manos de los trabajadores y el pueblo. Hoy Macri emite diez veces más que
Cristina Fernández de Kirchner, al imprimir títulos de deuda de miles de
millones de dólares y pesos. Esos títulos no se emiten para entregárselos a los
trabajadores; se emiten para ser entregados a la usura internacional. Son una
promesa de vasallaje. Macri es un "bravo" contra el pueblo argentino
pero un perro faldero de los banqueros yankis.
En
este sentido, la política de desendeudamiento del kirchnerismo no fue una de
desendeudamiento absoluto. Fue una de desendeudamiento externo en el sentido de
que redujo la ratio de la relación entre PBI y deuda externa, de tal manera de
que con el tiempo esa deuda podía seguir reduciéndose. Sí hubo un importante
endeudamiento del Estado en pesos. Eso es cierto. Pero si hablamos de pesos las
controversia que sucedería en caso de impago sería en suelo naciona,
"puertas adentro". Entonces, en un contexto kirchnerista, si
resultaran más importantes los derechos humanos de los ciudadanos argentinos
que pagarle una deuda a los codiciosos potentados capitalistas acreedores, si
resultaran más importantes los derechos a la vivienda, a la digna alimentación
y salud, y a la educación, de todos los compatriotas, los acreedores hubieron
tenido que enfrentar esta situación en una mucho mayor debilidad. Aquí el
Estado hubiera podido imponer eso a un millonario como Macri o como Paolo Rocca
(dueño de Techint), como pudo imponerles la estatización de las AFJP para poder
garantizar la universalización de un derecho básico como es la jubilación (por
eso Rocca desde ese momento -año 2008- habló de una etapa "confiscatoria").
Pero nunca el Estado Argentino pudo imponerles el default (léase
"imprescindible confiscación a los ricos para que todos tengamos
derechos") a los tribunales municipales de Nueva York, estrados desde los
cuales EEUU negó un concurso de acreedores con casi el 93 por ciento de los
mismos, concurso que había legitimado los términos de una manumisión al final
trágicamente frustrada por la victoria electoral de un súperalcahuete. Es muy
diferente dar la batalla adentro que darla afuera. La ilegitimidad de la injusticia
siempre es la misma, pero la legitimidad para hacer la guerra contra ella
(porque la injusticia tiene personeros, no es abstracta) hubiera sido muy
diferente. ¡Eso es lo que pretendían sincerar a su favor los eternos
frustradores de la Argentina Potencia! ¡Esa éra la bomba a punto de explotar
que los ricos se sacaron de las manos! Con Macri se trastocó el apotegma
kirchnerista de "no pagar la deuda con la sangre del pueblo" por
"hacer correr sangre argentina para perpetuar la dominación de la Patria, usando
el endeudamiento como estatuto del coloniaje".
Y
la sangre argentina no sólo corre hoy como hambre, como la depresión y el shock que ya matò a varios trabajadores del Estado despedidos, como el asesinato de
ancianos a los que se les desfinancia (se les niega) la medicación, , como la violencia horizontal
alimentada por la carestía -lo que se manifiesta en los ascendentes índices de
delitos callejeros (de los delitos de guante blanco se ocupa "el mejor
equipo en 50 años", contubernio cipayo en el Poder)-, como la bancarrota
de la pequeña y mediana empresa y de gran parte de la industria, sino que
también corre la sangre cuando el gobierno macrista reprime la lucha
reivindicativa, sea a través de medios francos como la policía de uniforme o de
medios encubiertos como el accionar de bandas de matones. A la violencia
económica se correspondió siempre la violencia política. En ese camino nos está
conduciendo Macri. El segundo apotegma, "no reprimir alevosamente la
resistencia popular" (porque durante el kirchnerismo hubo numerosas represiones
a luchas reivindicativas con víctimas fatales pero también hubo un compromiso
desde las más altas esferas del poder político nacional para resolver los
conflictos por vías relativamente pacíficas, y de eso es testimonio el caso de
Mariano Ferreira, y de otros, donde se procuró generar las condiciones
políticas e institucionales para acabar con la impunidad y sofocar el abuso de
Poder), se trastoca en el apotegma de "imponer el plan antipatria con toda
la violencia necesaria y ejemplificadora". Para ello existe toda una
política oficial de refortalecimiento de la lógica represiva, intentando
reescribir la Historia -comenzando por resucitar la "teoría de los dos
demonios" (los que hacían la lucha armada contra la banda subversiva que
tomó el Poder en 1976 son iguales que esos idiotas útiles al servicio del
Pentágono)-, garantizando la impunidad de los viejos verdugos, recomponiendo la
capacidad represiva del Nuevo Estado Colonia; haciendo cambios legales de gran
trascendencia como leyes de arrepentidos e informantes (donde se comercian las
penas y se institucionaliza el buchoneo), como el "protocolo de
seguridad", como la unificación de la justicia contravencional con la
justicia de instrucción, como la centralización de la "lucha contra el
narcotráfico" en un grupo de jueces adictos (me refiero al poder central,
no a la droga, aunque bien podría ser), como el desmantelamiento de todas las
reformas hechas por el kirchnerismo (procuradurías contra la trata y
explotación de personas, contra el narcotráfico, contra el delito
administrativo, contra la violencia institucional, jerarquización de los
fiscales en la investigación e instrucción de las causas, etc.), y como otros
cambios en los códigos penales y procesales que no sólo buscan facilitar la
violencia represiva, sino además verticalizar el Estado en un régimen cada vez
más dictatorial.
El
contubernio cipayo
De
la misma manera que en la década del treinta hubo una parte del radicalismo que
pactó con los que derrocaron a Yrigoyen, hoy hay una parte mayoritaria de
políticos del Partido Justicialista que prácticamente está cogobernando con
Macri. Es por eso que hasta ahora el ser minoría en las Cámaras no le ha
impedido a Macri aprobar las peores leyes de que se tenga memoria: derogación
de la Ley Cerrojo (que impedía conceder a los fondos buitres mejor trato que al
casi 93% los acreedores que habían aceptado la renegociación) y de Pago
Soberano (que impide el pago en otros lugares que los establecidos en ella:
Argentina y alternativamente Francia); autorización del nuevo endeudamiento
para pagarle a los buitres; aprobación de los dos nuevos miembros de la Corte
Suprema; reprivatización del ANSES (Administración Nacional de Seguridad
Social) y cercenamiento de los derechos adquiridos por los jubilados; blanqueo
de capitales...
Los
integrantes de Cambiemos (la alianza electoral de PRO -el partido de Macri- con
la Unión Cívica Radical -el partido de Fernando de la Rúa, el presidente que
huyó en helicóptero de los techos de la Casa Rosada por la debacle del 2001- y
otros partidos menores, con la que Macri a ganó las elecciones), del Frente
Renovador (el partido que armó Sergio Massa -que estuvo en el gobierno de los
Kirchner- para dividir el voto peronista y colaborar con la victoria de Macri),
del Bloque Justicialista (los traidores que se fueron del bloque del Frente
para la Victoria) y de otros bloques menores, todos ellos aliados en el
cogobierno contra el pueblo, constituyen el contubernio de los cipayos, el
contubernio de la antipatria, el contubernio de aquellos que viven del soborno
o aceptan el chantaje del gobierno central (que usa el presupuesto federal para
extorsionar a las provincias), todos parte de la nomenclatura política de un
país gobernado directamente por los EEUU y los CEO's de las corporaciones
occidentales.
En
este marco se destaca la actitud intransigente de la ex presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, que se opuso terminantemente al reendeudamiento externo,
a la privatización de la ANSES y al blanqueo de capitales que pretende
legalizar los dineros mal habidos del "mejor equipo en 50 años". Esta
posición política no fue acompañada por la totalidad de las bancadas de
diputados y senadores del Frente para la Victoria (alianza electoral que la
llevó a la presidencia) aunque sí por una parte importante de las mismas. La
impresionante movilización que la fue a respaldar cuando fue citada a declarar
en una causa amañada para perseguirla y la importante influencia que tiene en
varios estamentos del Estado, principalmente en las cámaras legislativas y en
algunos pocos lugares del Poder Judicial, alcanzan como para demostrar que no
se encuentra aislada pero sí que su poder es, desde lo institucional, muy
limitado como para entorpecer con éxito esta agresión contra el pueblo y la
Nación.
El
amplio Frente Nacional que debe construirse para unir a la Resistencia contra
las bombas de Macri obviamente que excluirá y señalará con el dedo a todos
estos traidores, ya condenados para siempre como eso.
El
caso López
Justamente
un día antes de que se votara en la Cámara de Diputados el proyecto de ley
ómnibus (llamado así porque es un conjunto de reglamentaciones) con el que se
pretende reformar el sistema previsional, bajar las jubilacionies, privatizar
el ANSES y blanquear los capitales fugados del país por los integrantes de
Cambiemos, fue detenido en un poblado de los últimos cordones periféricos de la
región metropolitana, en la Ciudad de General Rodríguez, el que fuera
subsecretario de Obras Públicas durante los gobiernos de Néstor y Cristina
Kirchner, José López. El hombre fue visto tirando bultos adentro de un
monasterio. Cuando la policía lo detuvo se encontró con aproximadamente nueve
millones de dólares en distintas monedas y una carabina Sig Sauer.
Este
hecho es por lo menos sospechoso, ya que resulta muy oportuno y provechoso para
el macrismo en un momento en que éste venía retrocediendo políticamente, el
kirchnerismo venía recomponiéndose y el campo popular había realizado numerosas
demostraciones multitudinarias de oposición a las medidas oficiales, y es por
lo menos dudoso en sus características, que son muy raras, no sólo por el
momento y lugar en que lo encuentran, sino por el estado de desvarío mental,
paranoide y diciendo incoherencias, en que se hallaba el hombre. Con esta
detención se detona un nuevo ataque de artillería mediática contra la
expresidenta, ataque que dedicará horas a los 9 millones de dólares no
declarados por López y ni un segundo a los miles que fugan y han fugado
sistemáticamente los que integran el "mejor equipo en 50 años" que
vino a rematar la Argentina.
Respecto
de los kirchneristas, se puede decir que indudablemente cualquier incoherencia
en primer lugar está mal, porque por eso es una incoherencia, y en segundo
lugar siempre será usada en contra por los enemigos de una Argentina
independiente y de un pueblo con derechos. Indudablemente que los funcionarios
públicos y los dirigentes patrióticos siempre deben esforzarse por ser
virtuosos y tener conducta. Pero por eso no podemos dejar de ver que quienes se
rasgan las vestiduras son los verdaderos corruptos porque sus decisiones
políticas, para todo el país, son estreguistas y traidoras, y no hay peor
corrupción que la traición a la Patria.
En
este punto viene al caso citar unos conceptos de ese trascendente pensador
nacional que fue Arturo Jauretche: "los gobiernos populares son débiles
ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad
encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan
sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se
agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la
sombra, y el vende patria se horroriza ante las sisas de la cocinera”.
Argentina
está bajo fuego, no de los López, sino de conspiraciones diabólicas al servicio
de los más oscuros intereses. No por nada el Papa rechazó una donación de
16.666.000 pesos (nótese el 666, que tiene un significado bastante concreto) de
Macri para un programa impulsado por el mismísimo Francisco I. No por nada
aparece un monasterio involucrado en la maniobra en la que López es detenido.
¿Serán casualidades? No lo sé. Lo que sí está claro es que son las medidas de
Macri y no la inventada "pesada herencia" las que están produciendo
un desplome generalizado de la actividad económica. Son las medidas de Macri
las que están teniendo estos pésimos resultados, porque su objetivo no es otro
que volver a hacer de Argentina una colonia dócil y del pueblo un rebaño al que
explotar sin misericordia. Son las medidas de Macri las que han vuelto a
entregarnos como país a los mismos que siempre nos depredaron.
A
esta altura, con tanto descontrol generalizado, con una inflación cada vez más
alta, con un festival de usureros picoteando la riqueza nacional en medio de
una libertad total para el movimiento de los capitales golondrina, con despidos
que no dejan de producirse, con un tarifazo de los servicios públicos que es un
asesinato en masa, con una quiebra generalizada de gran parte de las empresas,
todo provocado por las medidas de Macri, quien no lo quiera ver es porque ha
elegido en qué lugar ponerse: del lado de los imperialistas, contra la Nación
Argentina.
Argentina
está bajo fuego. La Resistencia Nacional tiene el desafío de organizarse para
enfrentar el ataque, de unirse políticamente para transformar lo cuantitativo
en lo cualitativo. Más temprano que tarde nacerá ese Frente Político y el
pueblo argentino encontrará las formas de revertir esta adversa situación,
encontrará las formas de recomponerse, encontrará la manera de limpiar las aspilleras
desde donde disparan los asesinos y lograr, por fin, retomar el camino del que
nos apartaron un desgraciado 22 de noviembre.
Periodista argentino.
y Twitter: @escuelanfp
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