Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
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Por qué el sistema financiero boliviano debería pagar más impuestos? ¿Es justo que haya contribuyentes con mayor carga impositiva que otros? ¿Es el sistema tributario represivo?
Un rasgo deseable de todo sistema tributario es que éste sea progresivo, lo que implica mayor sacrificio sobre los individuos con mayor capacidad contributiva, es decir, que la carga impositiva aumenta con la base imponible que es la cuantía sobre la cual se grava el impuesto que puede ser, por ejemplo, el ingreso de una persona o la ganancia de una empresa.
Un sistema tributario es progresivo cuando la alícuota marginal (la recaudación adicional por unidad de base imponible) es mayor a la alícuota media (cociente entre la recaudación total y la base imponible), es decir, que la carga impositiva recaiga en algún grupo de contribuyentes cobrándoles un cargo adicional que no se cobra al resto de contribuyentes.
Este sistema tributario, por injusto que parezca, es el más eficiente y equitativo. Si no, imagine un mundo donde los pobres paguen más impuestos que los ricos (sistema regresivo) u otro donde los ricos y pobres tengan las mismas obligaciones tributarias independientemente de su riqueza (sistema neutro) y, finalmente, otro en el que ricos y pobres tributen en proporción a su ingreso (sistema proporcional).
Este último suena razonable, pero qué hay de los pobres cuya capacidad de tributar es baja y de aquellos ricos que podrían tributar por encima de su carga proporcional. ¿Podría estar mejor la sociedad obligando a tributar más a los ricos y menos a los pobres? En economía se habla de mejora asignativa o paretiana cuando se mejora la situación de unos sin perjudicar a otros. También hay enfoques que muestran que es posible mejorar la eficiencia aun cuando haya una parte perjudicada, pero que sea compensada por la parte beneficiada (criterio de Kaldor) o que la parte beneficiada sea indemnizada por estar dispuesta a rechazar el cambio en el sistema tributario que le es ventajoso (criterio de Hicks).
La progresividad impositiva es una manera de mejorar la redistribución del ingreso haciendo que los ricos carguen con un peso mayor que los pobres. No obstante, hay quienes la critican aduciendo que los impuestos progresivos son evasores porque a mayor obligación tributaria, el incentivo a no tributar es más alto.
La propuesta de aumentar la alícuota adicional sobre el impuesto a las utilidades del sistema financiero de 22% a 25% haría que este sector pague un total de 50%. La pregunta es si esta carga es excesiva, para responderla se debe analizar la capacidad contributiva del sector.
La expansión del sector ha sido mayor. Entre 2010 y 2016, su producción se incrementó a 11,5%, más del doble del crecimiento global de la economía de 5,1%. Fruto de lo anterior, las utilidades de este sector se incrementaron de $us 132 millones a 304 millones. La presión tributaria, medida como el cociente entre la recaudación tributaria y el PIB sectorial ha estado en promedio en 10,5%, debajo de la presión tributaria total del 15%.
Con la nueva propuesta tributaria, de cada $us 100 que se genere de utilidades, los accionistas se quedarían con casi el 23,5% en utilidades distribuidas. ¿Por qué? A las utilidades hay que restarles el 50% de impuestos, de ese saldo 6% se destinan al fondo de garantía para el crédito productivo, lo que deja $us 47 millones, pero eso no es todo, se deben destinar cerca del 50% de las utilidades para la constitución de más patrimonio para apalancar créditos, queda un saldo de $us 23,5 millones.
Si consideramos las utilidades de 2016 y el incremento de la alícuota, los inversionistas hubieran recibido $us 71,4 millones de dividendos. Este monto podría parecer bajo, sin embargo, bastaría con recordar que las utilidades del sistema financiero antes de 2005 eran bajas, incluso negativas, tal es así que entre 1999 y 2005 el sector reportó solo $us 7 millones en promedio en utilidades. Es decir, a pesar del incremento de la alícuota adicional, este sector seguiría ganando más que hace 10 años, entonces, ¿por qué no contribuir con algo más?
y Twitter: @escuelanfp
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