Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Fernando Rodríguez Ureña
El 23 de marzo de 1967, se produjo el primer combate del Ejército del Che en Bolivia, iniciando tempranamente la fase militar, del proyecto de liberación continental que tenía en la cordillera de Los Andes, su columna vertebral.
Este proyecto de guerra prolongada que se inspiraba en la campaña y el ideario de Bolívar para la construcción de la Patria Grande, tenía su núcleo central en Bolivia porque además tomaba en cuenta que nuestro país contaba con una clase obrera que ya había pasado por la experiencia de alzarse en armas y derrotar al ejército de la oligarquía, como ocurriera en 1952.
El Che pudo elegir la Argentina, el Perú o inclusive Venezuela, pero eligió Bolivia para el inicio de un proyecto continental como lo expresara en su mensaje a la Conferencia Tricontinental.
Este proyecto internacionalista en su etapa inicial contó con la presencia de 35 combatientes cubanos, peruanos, argentinos y por supuesto bolivianos.
Los 21 combatientes bolivianos fueron mineros, maestros, obreros, campesinos e intelectuales, quienes representaron al bloque social revolucionario oprimido por el capitalismo y el imperialismo, y que decidió alzarse en armas para conseguir su liberación.
Los combatientes situados en Ñancahuazú, contaban con una red urbana de apoyo y un grupo internacional encargado de publicitar sus acciones en el exterior. Sin embargo, ambas estructuras también fueron tempranamente golpeadas y desarticuladas por la CIA que jugó un rol fundamental en ese tiempo.
No es un dato secundario la adhesión del proletariado minero que no solamente envió hombres a la estructura guerrillera, sino que orgánicamente decidió donar un día de mita para financiar esta actividad.
La respuesta del gobierno de René Barrientos fue contundente: atacó las minas en la tristemente célebre Noche de San Juan, en la que murieron hombres mujeres y niños, al ser tomado militarmente el campamento minero de Siglo XX.
Este hecho demostró que la guerrilla del Che no era un grupo aislado, sino que en poco tiempo había logrado la sensibilidad del proletariado minero y otros sectores sociales
Esta campaña, pese a sufrir una derrota militar, dejó varias enseñanzas y aprendizajes. Entre ellos: a) no tienen que darse todas las condiciones objetivas y subjetivas para iniciar un proceso revolucionario, sino que un pequeño grupo puede ser el catalizador de las masas que se adscriben a la lucha de la vanguardia. b) También enseñó que en un país como Bolivia la incorporación de los campesinos-indígena-originarios es fundamental para el logro de los objetivos revolucionarios. C) Que la lucha revolucionaria debe agrupar en un solo frente a los oprimidos de las ciudades y el campo, en un solo organismo de conducción política y militar. D) Finalmente enseñó que un proceso revolucionario debe contar con un programa de realizaciones sociales, económicas y culturales que expresen un nuevo tiempo de emancipación.
En este último aspecto, entre los escritos del Che encontrados existe el que podríamos denominar “el programa para Bolivia”, en el que se destacan once puntos condensados en las siguientes ideas fuerza: la necesaria incorporación de las mayorías indígenas a la vida del Estado, con los mismos derechos y obligaciones de todos. La articulación del territorio nacional. El desarrollo de industrias estratégicas que permitan la incorporación de valor agregado para no exportar materias primas. La alfabetización de toda la población.
Hoy el proceso de cambio ha realizado parcialmente ese programa dando razón a lo avanzado de ese pensamiento que casi cincuenta años atrás, ya diseñaba un conjunto de medidas revolucionarias que generarían las bases materiales para la construcción de los cimientos del socialismo en Bolivia.
El mejor homenaje al Che y los combatientes del Ejército de Liberación Nacional, será convertir sus propuestas revolucionarias en políticas del Estado Plurinacional para construir el Socialismo Comunitario.
El autor es dirigente del Movimiento Guevarista. Sociólogo, fue embajador de Bolivia en China
y Twitter: @escuelanfp
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