Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Una obligada lectura política
Por:
Arturo Alessandri Severich
El
Pliego Petitorio Nacional 2017 presentado
por la Central Obrera Boliviana está contenido y presentado en siete secciones,
seis de las cuales están referidas a un
singular introito denominado “Propuesta
de Directrices de Desarrollo Productivo y Diversificación de la Industria
Nacional con Empleo Digno y Estable”, el que se constituye en el núcleo político de esta propuesta,
puesto que la séptima sección se limita a compendiar las peticiones sectoriales y
corporativas, de las organizaciones
afiliadas a la COB, sin centralizar ni sistematizar tales demandas.
Esta
“séptima sección”, presume de un apretado diagnóstico de la realidad nacional,
asumiendo como una constatación primaria, que la situación social, económica y
laboral boliviana, se ha mantenido sin mayores cambios “...los últimos 60 años”; ignorando ex-profeso
el funesto periodo del neoliberalismo, en el reciente pasado histórico, cuyas
políticas desestructuraran y transgredieran, todos los avances sociales y conquistas
laborales, obtenidos por la lucha obrera y sindical, antes de 1985.
En
una persistente inconsecuencia, ignora también y deliberadamente, las
históricas y trascendentales conquistas sociales de los últimos once años del Proceso de Cambio, cuyos logros merecen
reconocimiento de propios y extraños y que han reconducido, profundizado y Constitucionalizado los más relevantes
avances en materia social y laboral. Entre ellos citemos:
a) El Derecho al Trabajo
Digno y estable.
b) El Derecho a un
Salario Justo, equitativo y satisfactorio.
c) La protección Estatal
del Trabajo
d) La prohibición del
trabajo forzoso y otras formas análogas
e) La prohibición des
Despido Injustificado
f) El Derecho
Igualitario de las Mujeres al Trabajo.
g) La inembargabilidad e
imprescriptibilidad de los Derechos Laborales, entre ellos, la intangibilidad
del Salario.
h) La inmovilidad
laboral de los padres gestantes y las personas con discapacidad.
i) El progresivo incremento
y valoración del Salario Real, con
incrementos anuales que promedian el 10%.
j) La multiplicación
sostenida del Salario Mínimo Nacional,
actualmente valorado en más de un 450% respecto al vigente el 2005.
k) Etc., etc., etc.
Derechos
y conquistas sociales, que hoy se manifiestan como plenamente vigentes, al
haber sido implementada las normas administrativas y/o jurisdiccionales que garanticen
su acceso y exigibilidad, a propósito valga el ejemplo del D.S. 28699 del 1ro de mayo del 2006 (modificado por el D.S. 495) que ha instituido un mecanismo
eficaz y eficiente en la protección laboral requerida en la eventualidad de un despido injustificado.
Sin
embargo, esta interpretación sesgada de la realidad boliviana, va mas allá,
utilizando una metodología y terminología más propia de las tecnocracias
neoliberales y sus ONGs funcionales (e.g.: directrices,
ruta crítica, ventajas comparativas, habilidades de los actores productivos,
etc.), simplifica su análisis a una franca lógica de la economía de mercado, asumiendo que el crecimiento productivo, la industrialización
y aun el empleo, están sujetos únicamente a las “leyes del dios mercado”, resignando la posición histórica de
denunciar el carácter intrínsecamente
injusto del Capitalismo, que privilegia el interés de los detentadores de
los medios de producción (por definición política: los capitalistas), frente al interés de los trabajadores.
De
su texto y redacción, convendríamos en inferir a que el Estado Plurinacional debiera
estar limitado a constituirse en un “buen
administrador”, estos es a crear las condiciones de mercado que permitan
el crecimiento de la actividad privada (citamos literalmente el documento, al inicio de la pagina 14: …poco apuntalado por un crecimiento de las actividades
económicas privadas, que son las principales generadoras de empleo
[Sic]..), asumiendo como tarea publica el “…proteger,
diversificar y asegurar su crecimiento…”.
Extraña
posición obrera, sobre un tema de política económica, más aún cuando el
documento en cuestión, NO refiere en absoluto el rol que debiera jugar el
Estado en la Economía Plural, eximiéndose de propugnar la industrialización del aparato productivo estatal,
otrora una exigencia dogmática de la clase obrera y considerada un requisito sine-quanun para construir el Socialismo.
En
este contexto, y solo en el propósito metodológico de hacer objetivo y sucinto
este análisis, nos permitimos una puntualización de algunos elementos
considerados los más contradictorios y discordantes, de un documento político
que emana de una organización sindical de la talla histórica del Ente Matriz de los Trabajadores Bolivianos:
1. En la modalidad de
presentación de su Pliego Sectorial
asume de hecho la tarea de una “confederación
de sectores laborales” que acopia las demandas corporativas y sectoriales,
diversas y hasta confrontadas entre sí. Renunciando al histórico carácter de la
“CENTRAL” Obrera Boliviana, que tuvo
la virtud y responsabilidad histórica de comprometerse con los grandes
problemas nacionales, renunciando inclusive a las aspiraciones coyunturales y
sectoriales. Andar y compromiso político que la erigiera como la vanguardia obrera de la Revolución que nos lleve al Socialismo.
2. Sostiene en una
visión característicamente tecnocrática, que el Estado Plurinacional, estuviera
embarcado en una “vocación extractivista”,
olvidando que el plus y la utilidad
de la exportación de los recursos de los bolivianos, resultado directo de su nacionalización;
ha permitido multiplicar por 30, la inversión pública en beneficio del propio
pueblo, construyendo hospitales, escuelas y generando fuentes de empleos.
3. Manipula la
información y los datos estadísticos presentados para justificar una
inamovilidad social y laboral, la que paradójicamente es sentida y evidenciada,
en el cotidiano, por todos los bolivianos.
4. Resume la
problemática del empleo a una cuestión “de
calidad…” (eso es: con mejoras
tecnológicas y de seguridad industrial), renunciando implícitamente a la
demanda de un “Trabajo Digno”, con sus componentes de Salario Justo, Estabilidad Laboral y acceso a la Seguridad Social.
5. Olvida al exigir “mayores ventajas comparativas” para el
sector privado, que, en las sociedades empobrecidas bajo el capitalismo dependiente, la mayor
ventaja para el capital, es el “bajo
costo de la mano de obra”,
6. Asume como un fenómeno
exclusivamente actual, a la economía y ocupación informal, negando que esta es
una herencia más, del aciago neoliberalismo, que estuviera vigente hasta el
2005.
7. En su disquisición
sobre la relación de producción-mercado-importaciones,
plantea implícitamente la devaluación
de la moneda, coincidencia de posición con la más dura y secante
oposición conservadora (Doria Medina).
8. Propone prácticas
proteccionistas del mercado interno (“soberanía
del mercado interno para las empresas bolivianas”), coincidentes con la
visión ultraconservadora del Presidente estadounidense Donald Trump.
9. Propone un singular “dialogo sincero” tripartito: “COB, gobierno y sociedad civil.”,
renunciado a la histórica aspiración de la Central
Obrera Boliviana de representar no solo a los sectores obreros, sino a toda
la sociedad civil organizada.
10. Asume como un paradigma empresarial propio, el que
fuera propugnado por el Banco Mundial,
sosteniendo la “…creación refundación y
fortalecimiento de empresas sostenibles”,
en desmedro de la categoría de la “Sustentabilidad”,
en la que el factor social, es más relevante que el empresarial; además en otra
anómala coincidencia, plantea, lo que designa como: “…un adecuado clima de negocios”, suponemos para sus patrones
empresariales.
11. En sus propuestas
normativas, respecto a la nueva Ley
General del Trabajo, Código de Seguridad Social, Ley de Pensiones, etc., reitera
logros en muchos casos ya consolidados y no plantea, ni se preocupa de su
profundización.
12. Propone una “...tasa salarial con mecanismo de reajuste
periódico”, a la sazón de la vieja
lógica trotskista de la “escala móvil de
salarios”, dejando de lado la demanda del crecimiento sostenido y
consolidado del Salario Justo, Digno y
Satisfactorio, ya sacramentado por la Constitución
Política del Estado Plurinacional.
Podríamos
concluir constatando con desazón y sana
nostalgia, la claudicación histórica del
carácter vanguardista y revolucionario de la Central Obrera Boliviana; pero asumamos, con beneficio de
inventario, que la redacción de este
documento es obra de “asesores” aviesos y conjurados, que pronto serán
identificados por el Movimiento Obrero,
el que esta sin embargo, obligado a rectificar lecturas sociales y posiciones políticas, las que hoy en el
contexto de este documento nos resultan poco menos que inverosímiles, dada la ausencia del compromiso social y político,
que siempre ha caracterizado a nuestra histórica y Gloriosa Central Obrera Boliviana.
El autor es viceministro de empleo
y Twitter: @escuelanfp
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