Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Corría
el año 1994, Bolivia se desangraba en los siglos de historia de saqueo y
expoliación. Como si no bastara, ese año, el 21 de marzo firmaron el nuevo
capítulo de la depresión. El “Gringo go home” rubricaba la Ley de la
Capitalización.
A sus
espaldas, entre otros personajes, se apostaba el cementero Samuel Doria Medina
listo con la pluma para firmar la venta de la riqueza nacional. Él mismo quien
el 21 de febrero pasado se ufanaba en defender la consigna “Bolivia Dijo No”
cual si fuera una victoria de la cual hubiera que vanagloriarse.
Entre
el 21 de febrero aquel y este 21 de marzo, corre un río de sangre. Porque el
21F deja la huella de una fecha histórica secuestrada por la mentira. La
invención tramada por el “No” a la dignidad, “No” a la soberanía, “No” a la
posibilidad de consolidar un nuevo país.
Ese
“No” hecho bandera por opositores de twiter y Facebook, es el mismo que hace 23
años puso en venta la riqueza de todo un pueblo, que sin voz ni voto, atestigüó
casi mudo la rifa de YPFB, ENFE, TELECOMUNICACIONES, LLOYD, ENDE, COMIBOL,
VINTO, entre otras empresas más.
El eufemismo de la capitalización
Así se
recuerda, este 21 de marzo, el capítulo más despiadado de la privatización,
cuyo eufemismo “capitalización”, no quieren rememorar los súbditos del
neoliberalismo. La danza de millones en pérdidas para el Estado llega a ser,
cuando menos, grosera. El caso de las empresas públicas de las Corporaciones
Regionales de Desarrollo (CORDES) arroja la pérdida de 192 millones dólares por
la venta de 36 empresas ubicadas en el rubro productivo, industrial y
alimenticio, según un informe de la Comisión Especial Mixta de la Asamblea
Legislativa Plurinacional.
Otro
ejemplo que muestra la falsa idea de capitalizar las empresas públicas remonta
a las telecomunicaciones. La empresa del rubro se vendió a Euro Telecom
International por 610 millones de dólares, de los cuales 130 se destinaría al
capital y 480 a la inversión. Según el mismo informe legislativo, la inversión
nunca se hizo y además el Estado boliviano pagó 100 millones de dólares por la
transferencia de tecnología.
Pero la
pérdida más dolorosa fue YPFB. La desmembraron para rifarla por partes, siendo
que constituía el sostén de la economía. Sin ningún pudor moral ni económico,
Sánchez de Lozada la “entregó” por 384 millones de dólares, cuando generaba un
promedio anual de 400 millones de dólares. Para sellar tan impío negocio,
promulgaron un decreto supremo por el cual era imposible conocer el estado de
las empresas “capitalizadas”.

Claudia
Espinoza I. Es comunicadora
y Twitter: @escuelanfp
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