Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
W. Abraham Pérez Alandia
En
el caso de Bolivia, queda por indagar y construir la “Economía Comunitaria”, la
misma que es popular, es solidaria y responde a los principios de los pueblos
indígena-originarios. Esta tarea es una interpelación a los que se atreven a
construir alternativas al capitalismo senil.
En
las últimas décadas hay una iniciativa teórica, por parte de muy pocos
economistas, por entender la denominada “Economía Popular” esta forma de
organización está conformada por actores que han dinamizado espacios deprimidos
y marginados de las economías nacionales. La economía popular se viene
potenciando, especialmente en aquellos países donde las clases dominantes y su
incapacidad no lograron constituir el Estado Nacional Capitalista. Las clases
dominantes se estancaron en su práctica oligárquica y no pudieron trascender a
convertirse en burguesía nacional independiente. Las dificultades que no
pudieron ser vencidas por las elites en la región, lograron que, desde el
pensamiento latinoamericano, se interpretaran esa realidad desde las teorías de
la dependencia y su tesis del “capitalismo tardío”.
La
economía popular fue una respuesta práctica a la dependencia y la estructura
centro-periferia, construidos por el pensamiento latinoamericano, en respuesta
a las teorías de crecimiento y desarrollo importadas desde los centros
hegemónicos.
La
reflexión económica en relación a los orígenes y el desempeño de la economía
popular, hoy conocida como “economía popular y solidaria”, es insuficiente. La
gran mayoría de los economistas tienen el cerebro petrificado en el pensamiento
neoclásico y sus ramas anexas.
¿Qué
es la economía popular y solidaria? Lo de popular lo dicen el mismo término, se
trata de iniciativas económicas que surgen desde pueblo. Lo popular y sus
iniciativas no es que aparecen cuando se impone el capitalismo tardío o
dependiente. Desde el punto de vista institucional, estas formas de
funcionamiento de la economía popular responden a formas de organización
ancestrales, no son meras formas de subsistencia, aunque también sirven para
ese objetivo. De ahí que, en América Latina, en reconocimiento a las prácticas
de los pueblos originarios, se añade el término solidario. Los pocos
economistas que trabajan en la construcción teórica de esta forma de
organizaciones, la rebautizaron como “Economía Popular y Solidaria”
La
economía popular y solidaria, en la práctica y en nuestros tiempos, se
caracteriza por combinar recursos y capacidades laborales, tecnológicas,
comerciales y organizativas de carácter tradicional, en combinación con las
necesidades actuales de la población mayoritaria de una localidad o de un país.
Según
Razeto Luis (1997) [1], en la economía popular se identifican, al menos las
siguientes formas principales manifestaciones:
a.
El trabajo por cuenta propia.- cientos de oficios y habilidades que es
aprovechados por la población de recursos bajos.
b.
La microempresas familiares.- unipersonales o de pocos socios.
c.
Organizaciones económicas populares.- grupos o familias que juntas sus recursos
escasos. Lo de escaso es el término convencional. En realidad lo que juntan son
sus potencialidades y energías que son el trabajo, mostrando una relación que
las diferencia del capitalismo, “la relación trabajo-trabajo” en vez de la
“capital-trabajo”.
Desde las investigaciones antropológicas y/o
sociológicas se plantea que: los actores de la economía popular tienen
“estrategias económicas a largo plazo y capaces de negociar las dinámicas del
capitalismo tardío en términos propios” (Tassi Nico, 2015) [2]. La estrategia
no puede ser solamente económica, una articulación a una estrategia política y
proyecto de una construcción económica distinta a la capitalista. Como afirma
el economista Coraggio: “Un mundo distinto es posible con una economía
distinta”.
En
términos de instituciones lo que hay que evaluar y comprender es: “qué y cómo
se puede recuperar las prácticas y principios ancestrales en materia de
economía”, “como lograr una producción y distribución de equilibrios sociales”
“¿qué es la reproducción ampliada de la vida, propuesta por el economista
Coraggio?”
La
economía popular en Bolivia se ha desplazado por territorios aislados e
impenetrables desde la fundación de la República, primero con el comercio y
después con desplazamientos de la mano de obra, esta última inicialmente se
ocupa en labores que las oligarquías demandaba: el algodón, la zafra cañera, la
soya. Posteriormente las iniciativas de los migrantes permitieron convertirlos
en productores directos, en formas de organización de cooperativas y/o
asociaciones.
La
economía popular tiene su propia identidad. Cierto es que es golpeado o
favorecido por los distintos momentos históricos y dominios que se ejercen en
las estructuras económicas no desarrolladas. En estos distintos momentos
históricos las organizaciones de la economía popular, también adquieren
distintas denominaciones oficiales: son improductivos, son informales, son
PYMES, son etc. En ninguna de estas denominaciones se hace una profunda
explicación de su vigencia histórica y menos de sus orígenes.
El
economista Coraggio [3] se refiere al respecto en los siguientes términos:
“Esta
caracterización negativa equivalía a un no reconocimiento de un sector
fundamental en el proceso nacional de producción y reproducción material con su
propia racionalidad.
Predominó
la prejuiciosa visión de un supuesto estado vegetativo y pasividad estructural
de la EP y sus actores, en comparación con el modelo de unos actores
empresariales supuestamente innovadores shumpeterianos, dispuestos a correr
riesgos con sus inversiones”
Varios
economistas que se empeñan en construir estructuras teóricas sobre la economía
popular y solidaria, plantean que, esta forma de organización y el desarrollo
de sus prácticas, junto a la profundización de sus principios, responderían a
la necesidad de construir y fortalecer la “otra economía”, construyendo una
visión crítica a la economía oficial, la economía capitalista, actualmente en
crisis.
En
el caso de Bolivia, queda por indagar y construir la “Economía Comunitaria”, la
misma que es popular, es solidaria y responde a los principios de los pueblos
indígena-originarios. Esta tarea es una interpelación a los que se atreven a
construir alternativas al capitalismo senil.
Docente
investigador titular del IIE-UMSA, economista subversivo, miembro de la “Red
Boliviana de Economía Crítica”.
1
RAZETO Luis; “Los caminos de la economía solidaria”; 1997; Edit:
Lumen-Hvmanita, Argentina.
2
TASSI Nico; “La economía Popular en Bolivia, tres miradas”,
3
CORAGGIO José Luis; “LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y EL PAPEL DE LA
ECONOMIA POPULAR EN LA ESTRUCTURA ECONÓMICA”
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