Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Mauro
Alcócer
Quiero hablar de ética
revolucionaria, a propósito del vicepresidente Álvaro García Linera, que hace
unos días dijo que ya no será candidato el 2019. Pero para hablar de ética
ineludiblemente hay que referirse al comandante Fidel Castro, cuya muerte nos
sigue doliendo a quienes admiramos su trayectoria.
Para mí la noticia de su
fallecimiento fue demoledora, sólo atiné a buscar de inmediato a varios
compañeros y compañeras guevaristas, con quienes coincidimos en que la partida
de Fidel nos priva de un referente ideológico que para nosotros siempre fue un
maestro, pero su fallecimiento también nos reafirma en la tarea de formar
nuevos cuadros que tomen la posta.
Siempre nos acordaremos con cariño de
Fidel, de su ejemplo, de su obra grandiosa al mando de la revolución cubana,
así como de su incesante apoyo a otros procesos de liberación nacional en
Latinoamérica y en el mundo. Nunca olvidaremos su visita a Bolivia en agosto de
1993, cuando su presencia y sus palabras nos enseñaron que un revolucionario
para descollar debe ser consecuente con sus principios comunistas.
Esos mismos principios Fidel defendió
el año 1995 cuando en París acudió a la Sociedad Nacional de Empresarios
Franceses en busca de inversiones para Cuba cuando la isla atravesaba por el
período especial, luego del derrumbe de la Unión Soviética. Allí Fidel dijo una
memorable frase: “Yo por estar reunido aquí con ustedes no me he vuelto
capitalista, de la misma forma que ustedes por reunirse conmigo no se
convierten en comunistas”. Así se debe comportar un marxista, en circunstancias
cuando por fuerza mayor debe reunirse con la clase burguesa.
Hice esta remembranza porque desde
hace tiempo le critico al compañero García Linera los discursos que maneja
cuando está reunido con los representantes de la burguesía. Allí les habla de
seguridad jurídica sobre sus inversiones, del rol positivo que juegan para la
economía nacional, de la importancia de su modelo capitalista emprendedor y de
cómo el gobierno está atendiendo la agenda empresarial. No me gusta inventar
cosas, por lo que hago el siguiente recuento de hechos:
· En octubre de 2014 asistió en la ciudad de Santa Cruz al acto por el 50
aniversario de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que es la organización
de los empresarios agropecuarios que se dedican al monocultivo y la exportación
de commodities y que constantemente demandan subvenciones, créditos, más
tierras y seguridad de que no se revertirán sus propiedades. A estos potentados
García Linera les propuso extender la frontera agrícola en un millón de hectáreas por año en favor de la agroindutria: “Vamos a hacer lo que sea necesario, en
leyes, normas administrativas, créditos. Digan qué necesitan, les vamos a
ayudar en lo que sea necesario, hoy tenemos 2/3 del congreso por lo que no
habrán trabas para llegar a este desafío” (portal El Deber, 28/10/2014).
· En julio de 2015 viajó hasta la frontera con Chile en el departamento de
Potosí, al pueblo de San Cristóbal, para decirles a los inversores japoneses de
la Sumitomo que “En estos últimos días había amenazas de que iban a
cortar la electricidad, de que iban a tomar San Cristóbal, el Gobierno no lo va
a permitir… ustedes hacen un buen trabajo, sigan haciendo su buen trabajo”. (La
Razón digital, 27/3/2015). La multinacional Sumitomo explota la mayor
mina de concentrados de zinc-plata y plomo-plata en Bolivia, que está ubicada allí
en San Cristóbal. Su aporte tributario a Bolivia es ínfimo en relación a las
millonarias utilidades que obtiene tanto en territorio boliviano como fuera del
país.
· En marzo de 2016 fue invitado a la posesión del nuevo directorio de la
Cámara de Industria, Comercio y Servicios (CAINCO) en la ciudad de Santa Cruz.
CAINCO es la entidad burguesa más poderosa de Bolivia. Veamos la siguiente
reseña que se hizo sobre ese acto: “El vicepresidente Álvaro
García Linera ofreció anoche una ‘alianza’ entre el Estado y el sector
empresarial para empujar el crecimiento de la economía boliviana, en ocasión en
que el rumbo de la economía mundial no es tan
alentadora. García Linera sostuvo que el Gobierno no será rival ni
competidor de los empresarios, sino un aliado para el crecimiento económico”
(portal Los Tiempos, 18/03/2016).
En realidad con estos discursos el
vicepresidente es consecuente con su planteamiento del “capitalismo andino” que
formuló en enero de 2006, en un artículo que se publicó en el periódico Le
Monde Diplomatique. En esa ocasión afirmó que: “El triunfo del MAS abre
una posibilidad de transformación radical de la sociedad, pero no en
una perspectiva socialista (al menos en el corto plazo), como plantea
una parte de la izquierda” (…) “El capitalismo andino-amazónico es la manera
que, creo, se adapta más a nuestra realidad para mejorar las
posibilidades de emancipación obrera y comunitaria a mediano plazo. Por esto,
la concebimos como un mecanismo temporal y transitorio”.
En los años siguientes, García
Linera, viendo el repudio que generó su receta, por simple cálculo discursivo
dejó de hablar de la vía capitalista en estos términos tan frontales. Edulcoró
sus palabras con conceptos como “economía plural”, “modelo económico nacional
productivo” y últimamente “horizonte de época”, pero la idea de fondo sigue
siendo la misma: el proceso boliviano debe atravesar por una fase capitalista
en la que el concurso de la burguesía será necesario. Esto explica su tendencia
a adular y caer bien a los empresarios privados, a realizar “alianzas” con los
representantes del gran capital, a impulsar “pactos productivos” con la
burguesía que, por lógica, suponen concesiones programáticas que anulan la
posibilidad de avances revolucionarios en redistribución de tierras, en control
forestal y ambiental, en nuevas nacionalizaciones, en incremento de regalías e
impuestos, en nuevos derechos laborales.
Yo no creo en el gradualismo del
vicepresidente, desde hace mucho me parece que es un riesgo para nuestro
proceso de cambio. ¿Tiene derecho a no ser anticapitalista?, claro que sí, lo
único que le pido es que lo diga con franqueza, que no adorne el lenguaje con
neologismos engañosos, que no hable de una forma (conservadora) cuando está
reunido con la burguesía y de otra forma (revolucionaria) cuando está en
eventos sindicales o con jóvenes de izquierda. Decir lo que piensas y hacer lo
que dices, ésa es la ética revolucionaria del Che y Fidel, en esa ética hay que
formar a las nuevas generaciones de revolucionarios.
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