Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Entrevista a Carmen Almendras
Con
Chile hay que empezar a tener un enfoque diferente de la frontera, más acorde
con los nuevos tiempos, moderno; dejar la rigidez con la que, sobre todo del
lado chileno, se ha venido concibiendo el límite entre ambos países, afirma la
viceministra de Gestión Institucional y Consular de la Cancillería, Carmen
Almendras. En esta voluntad está la diplomacia boliviana, pero como “lo cortés
no quita lo valiente”, lo primero es exigir que el país vecino cumpla las
reglas de juego, ya existentes, de reciprocidad en las tareas que competen a
ambos Estados ante problemas comunes. En este marco hay que ubicar la defensa
de los nueve funcionarios bolivianos detenidos en Chile. Si se presentó un
amparo constitucional y no una apelación, es para debatir en los estrados
judiciales los “asuntos de fondo” de la detención: una acción indebida contra
funcionarios que perseguían un delito transnacional.
— Hace un par de semanas, una vez
“formalizados”, como se dice en Chile a la imputación contra los nueve
compatriotas, la pregunta era ¿cómo Bolivia hará valer su tesis del secuestro
de parte de carabineros, frente a la tesis chilena del intento de robo? Parece
que apelar la detención era nomás entrar en su tren, en el escenario de su
referida tesis; el amparo, que ya se presentó contra la detención, da más
espacio al razonamiento boliviano.
— Los
abogados de la defensa analizaron no acudir a la apelación porque es un recurso
que en principio iría orientado prácticamente a la detención preventiva, a las
medidas precautorias que ha dictaminado la jueza. Nosotros consideramos que ese
fallo ha sido infundado, que no tiene base ni legal ni en los hechos, tal como
han ocurrido. Entonces, se decidió recurrir al amparo porque este recurso da
mayor margen de defensa, para hablar de los asuntos de fondo, que en este caso,
fundamentalmente, tienen que ver con la detención indebida, con la violencia
ejercida en el momento de la detención, con una acusación con motivo legalmente
infundado. Ustedes saben que algunos sectores de nuestra frontera todavía no
están lo que se llama técnicamente ‘densificados’; entonces, no puede ser que
con esa incertidumbre, esa falta de precisión exacta en la frontera, unos
ciudadanos que están cumpliendo sus funciones para las cuales fueron
contratados, de lucha contra el contrabando, pasen a ser una banda criminal;
eso es lo insólito, por eso la demanda ataca este asunto.
— Como
que se fue un poco atrás, a discutir el origen del asunto.
—
Exactamente. La defensa está orientada a desvirtuar todos esos hechos
infundados en los que se ha basado la jueza para tomar su determinación y hacer
valer nuestra verdad, que en este caso es que no son delincuentes, no es una
banda criminal, son funcionarios que estaban en lucha contra el contrabando.
— ¿Cómo está el ambiente de opinión chilena
con respecto al incidente? ¿Es generalizada la tesis del robo?
— Mi
actuación estuvo centralizada en el Consulado y en el centro penitenciario,
pero en los pocos recorridos que hice, he sentido y recibido muestras de apoyo;
por dos razones: primero porque, claro, a nadie le resulta fácil asimilar que
ciudadanos y funcionarios públicos de un país en el ejercicio de sus funciones
sean detenidos y de pronto acusados de robo con agravantes; y, segundo, la
población que se me acercó, incluso algunos representantes de movimientos
sociales, tampoco asimilan muy fácilmente que Chile no haya intervenido en el
asunto que estaba en ese momento en cuestión, que era el contrabando; o sea, en
el momento de la detención había delito flagrante, sí señor, pero no de
nuestros funcionarios, sino de ciudadanos chilenos que reconocen, en las
testificaciones que hicieron en el proceso inicial, que estaban esperando a que
llegue un coche de Bolivia para hacerle el traspaso de mercancía de una manera
irregular; entonces, eso es lo que a los ciudadanos les llama la atención, ¿por
qué Chile, lejos de asumir medidas que según la norma interna exige a los
carabineros, a las autoridades que conocen de un delito flagrante (intervenir),
¿por qué no actuaron de inmediato?, y ¿por qué lejos de hacerlo tampoco
colaboran con Bolivia?
— O sea, en Chile mismo se duda de la tesis
del robo...
— Hay
sectores de la sociedad chilena que nos han expresado que no lo comprenden así.
Además, es insólito el argumento de la detención, de las medidas preventivas,
de la formalización de la acusación, porque se les acusa de contrabando, de
introducir de manera irregular dos vehículos, no por la vía formal y legal,
pero vehículos de una institución. ¿Quién puede entender que eso sea verdad?
— La acusación chilena se ampara mucho en
sus testigos, que los bolivianos fueron violentos, que usaron gases...
—
Creemos que hubo contradicciones en la audiencia que concluyó con la
formalización de la acusación; hay contradicciones de hecho, de derecho,
legales, y la defensa está enfocándose en atacarlas, contravenir ese hilo
conductor que para nosotros responde más bien más a ciertos intereses políticos
que a la misma administración de la norma.
— En Chile parece que hay una normatividad
muy liberal, en el sentido de que allí no se ve como delito el evidente
movimiento de mercadería hacia el norte chileno, para contrabando hacia
Bolivia; carabineros deslinda responsabilidad entendiendo que no es ilegal
— Lo
que podemos asegurar es que los conductores, los dueños de los camiones
reconocen que tenían mercadería que no estaba debidamente registrada, que no
estaba en un paso autorizado, y que esperaban que vengan vehículos de Bolivia
para introducirla en nuestro territorio. El contrabando es un delito
transnacional que afecta seriamente a la economía boliviana, y los dos países,
Bolivia y Chile, tenemos en nuestra normativa interna los resguardos para
combatirlo; esto no se aplica en el caso de Chile; por otro lado, tenemos
compromisos bilaterales asumidos para hacer trabajos de manera conjunta y
evitarlo; en este caso no se dio. También tenemos compromisos a nivel
multilateral, que tampoco los hemos observado; entonces, no solo que no existe
reciprocidad, apoyo en el trabajo conjunto, sino que hay un desconocimiento y
vulneración de la norma que establece el trabajo coordinado entre los dos
países para combatir un delito que pasa fronteras. Nosotros nos mantenemos en
la afirmación de que no hemos recibido la cooperación adecuada y encima se
acusa a nueve funcionarios nuestros que estaban cumpliendo esa su tarea.
—¿Por qué no hay coordinación? ¿Falta
voluntad política o la tensión de la demanda marítima llegó incluso a
funcionarios de Aduana?
— Esa
pregunta habría que trasladarla a Chile. Lo que podemos decir de nuestra parte
es que en cualquier incidente de paso de nuestra frontera que hubo, Bolivia ha
tenido una actitud distinta; no debemos olvidar el suceso del año pasado, en
que tres miembros de las Fuerzas Armadas de Chile se introdujeron, en una
confusión, me imagino, a nuestro territorio, y lo que hicimos fue respetar sus
derechos humanos desde el principio, conducirlos hasta la frontera y
entregarlos a las autoridades chilenas, conforme a lo que hace la diplomacia de
este tiempo moderno. Tampoco conocemos el caso de un periodista que solo por el
hecho de serlo haya sido inadmitido en nuestro país y que se le haya impedido
hacer su trabajo de cobertura de cualquier hecho periodístico, que era a lo que
él venía; no conocemos un incidente de ese tipo.
— ¿No se están iniciando nuevos contactos,
tener algunas reuniones de coordinación?
—
Bolivia no ha de renunciar nunca a la vía diplomática, que pasa por el diálogo,
por la búsqueda de soluciones por métodos pacíficos, basada en el respeto, en
la conversación mutua. Siempre abriremos las puertas a nuestro país hermano,
con el que estamos destinados a entendernos porque vamos a compartir siempre
una frontera. Consideramos que las fronteras deben ser puentes de integración,
a nivel cultural, social, económico, a nivel de la integralidad de la relación
bilateral; ya tenemos que despojarnos de una frontera rígida, que tenga muros
artificiales que nos dividan, que nos separen. Debemos buscar niveles de
integración que respondan a la diplomacia de estos tiempos.
— ¿Cómo está el ambiente allí para los
bolivianos? Había el temor de viajar por el miedo a ser discriminados. ¿Hay un
ambiente contraboliviano allí?
— No
hemos tenido reportes de esa naturaleza. Estamos haciendo todos los esfuerzos
para fortalecer nuestro servicio consular, recientemente han sido designadas
nuevas autoridades, vamos a procurar que haya mayores resguardos a los derechos
humanos de los bolivianos en todos los ambientes donde lo necesiten; por
ejemplo en los centros penitenciarios se van a incrementar las visitas de los
cónsules para la otorgación de documentación, para la revisión de sus trámites,
de sus procesos, y ver que éstos se agilicen, y vuelvan al país. Por otro lado,
estamos pensando en reforzar en Santiago la otorgación de los documentos de
identidad que ellos requieran para tener una residencia regular en todos los
sentidos. No tenemos hasta ahora reportes de maltrato, de discriminación, por
lo menos no dentro de lo que ha estado pasando en estos tiempos.
— ¿Qué está pensando el Gobierno para
mejorar la relación, para hacerla más recíproca?
— Hay
mecanismos bilaterales y hay voluntad política de cooperar. El Ministerio de
Gobierno ha desarrollado mesas de trabajo hace unos meses, creemos que se deben
activar por el bien de los dos Estados. Por una frontera, dijimos, pasa
integración, cultura, sociedad, pero también pasa delito internacional, trata y
tráfico de personas, narcotráfico, contrabando, entre otros. Deberíamos
convocar a los países que comparten frontera para luchar efectivamente contra
el delito. Queda volver al entendimiento, volver al diálogo, a la vía
diplomática. Bolivia siempre está abierta para establecer con Chile los
espacios en los que podamos discutir cualquier tema, basados en el respeto, en
la reciprocidad, en la soberanía de cada uno de los pueblos, con objetivos de
integración, pero también con el cumplimiento de los compromisos que se asumen
históricamente.
Entrevista
realizada por el periodista Iván Bustillos Zamorano
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