Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Atilio A. Boron
La
secuencia de los acontecimientos que tienen lugar en la República Bolivariana
de Venezuela demuestran que la estrategia de la mal llamada “oposición
democrática” es una conspiración sediciosa para destruir el orden democrático,
arrasar las libertades públicas y aniquilar físicamente a las principales figuras
del chavismo, comenzando por el mismísimo presidente Nicolás Maduro, su familia
y su entorno inmediato. Los opositores están recorriendo metódicamente los
pasos indicados por el manual desestabilizador de “no violencia estratégica”
(¡sic!) del consultor de la CIA Eugene Sharp. No puede haber el menor equívoco
en la interpretación de las criminales intenciones de esa oposición y de lo
que, si llegaran a triunfar, serían capaces de hacer. Si sus jefes lograsen
involucrar militarmente a Estados Unidos en la crisis venezolana propiciando la
intervención del Comando Sur –con la tradicional colaboración militar de los
infames peones de Washington en la región, siempre dispuestos a respaldar las
aventuras de sus amos del Norte- arrojarían una chispa que incendiaría la
reseca pradera latinoamericana. Las consecuencias serían catastróficas no sólo
para nuestros pueblos sino también para Estados Unidos que seguramente
cosecharía, como en Girón, una nueva derrota en nuestras tierras.

¿Fascistas?
Sí, por sus métodos, similares a los empleados por las bandas armadas de
Mussolini y Hitler para aterrorizar a italianos y alemanes sembrando
destrucción y muerte por la nueva oleada terrorista; fascistas por su contenido
político, pues su propuesta es intrínsecamente reaccionaria al pretender borrar
de un plumazo, como infructuosamente se intentara en el golpe de estado del 11
de Abril del 2002, todas las conquistas populares alcanzadas desde 1999 en
adelante. Fascistas también por la absoluta inmoralidad e inescrupulosidad de
sus líderes, que alimentan el fuego de la violencia, incitan a sus bandas de
lúmpenes y paramilitares a atentar contra la vida y la propiedad de los
venezolanos y las agencias e instituciones –hospitales, escuelas, edificios
públicos, etcétera- del estado y que no se arredran ante la posibilidad de
sumir a Venezuela en una cruenta guerra civil o, en el improbable caso de
prevalecer, convertir a ese país en un abominable protectorado norteamericano.

y Twitter: @escuelanfp
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