Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Mauro Alcócer
Ayer pude –por fin- ver el famoso meme que se difundió hace dos semanas contra la gente del Ministerio de Gobierno y, particularmente, contra el ministro Carlos Romero. No le puse “me gusta” porque en verdad no me gusta, es una especie de infograma que me parece está lleno de insinuaciones (es amante de tal, es recaudador de cual) que huelen a guerra sucia.
Y eso que Romero no es santo de mi devoción; recuerdo que el 2014 le critiqué duramente porque en plena campaña electoral para las presidenciales de ese año, Romero organizó una conferencia de prensa en la ciudad de Santa Cruz donde presentó a unos jóvenes adenistas que “se sumaban al proceso de cambio y al MAS”. Dije entonces que este tipo de actos políticos lo único que hacía era aplicar la “teoría” formulada por Alvaro García Linera de “derrotar e incorporar”, que puede resumirse de la siguiente forma: al elemento contrario a la revolución hay que derrotarlo (correcta interpretación de la teoría leninista) y luego hay que incorporarlo (grosera caricaturización de la teoría de Gramsci). Así se fueron incorporando –infiltrando sería mejor decir- a nuestro proceso y al gobierno derechistas que lo único que aportan son sus visiones ajenas a la revolución y sus prácticas corruptas.
Y en esta “apertura” contrarrevolucionaria el ministro Romero ha sido de los que más lejos ha llegado, propiciando allá en Santa Cruz el acercamiento del gobierno con los sectores empresariales, entre ellos los terratenientes. ¡Qué lejos está el Carlos Romero asesor de los indígenas y campesinos! Ya no queda ni la sombra y lo que hoy tenemos es a un conservador ministro aferrado al poder.
Pero una cosa es disentir y debatir ideológicamente con el mencionado ministro, otra cosa es la guerra sucia desatada contra él y su equipo utilizando las redes sociales. Los revolucionarios no debemos acudir a esta forma de agresión que es propia de la derecha. Si hay sospechas de corrupción en este o en cualquier otro ministerio, hay que hacerlas públicas presentando las denuncias ante las instancias de transparencia (hay un viceministerio encargado de estas cosas).
Ahora viene lo peor. El ministerio de gobierno, una vez identificados los memes, procedió a denunciar ante la fiscalía a quienes los difundieron, que resultaron ser militantes de la juventud del MAS en Santa Cruz. La cosa llegó hasta el encarcelamiento de esos jóvenes en Palmasola durante 2 días.
¿Es correcto esto?. ¿Se puede consentir al interior del proceso de cambio que unos apresen a otros?
Es inadmisible. Si se permite tal cosa entonces cualquier autoridad podrá usar el poder institucional de su ministerio para deshacerse de quienes le critiquen. Y a esto se le llama prepotencia, que a lo que llevará es a que el gobierno se distancie de su propia base social. Lo que hizo el ministerio de gobierno dejó muy mal parado al propio ministro. Ojalá estas cosas no se repitan.
y Twitter: @escuelanfp
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