Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
¿Es
normal que se cometan violaciones?, si la respuesta es afirmativa algo está mal
en nuestra sociedad por creer que una enfermedad es natural.
Varias
semanas salieron en distintos medios, en especial en periódicos que fueron los
que pude revisar, casos aberrantes de agresiones cometidas por sujetos que
hicieron de otra persona un objeto para satisfacerse a costa de ellos.
En un
hogar de menores en La Paz hace unas semanas adolescentes abusaron de unos niños
que recién llegaron allí, otro caso es el de un funcionario de un centro de
atención a casos de violencia del municipio de La Paz que fue encontrado
violando a dos jóvenes que buscaban ayuda escapando de casos de violencia y
en el lugar donde esperaban ayuda encontraron un infierno. También está el caso
una concejal en Cochabamba quien fue golpeada mientras un concejal intentaba
violarla y cuando aparece el alcalde este le alienta al agresor a continuar con
la tortura a la concejal y el caso de una bebe de casi dos años que fue abusada por
su padrastro en Cochabamba con lesiones que le provocaron la muerte.
Imaginen
cuanto dolor han sufrido convertidos en objetos por sus agresores y estos son
los casos que se conocen, preguntémonos cuántos casos han sucedido y suceden
sin que nadie más que el agresor y la victima los conocen, cuántos casos de los que
nadie se enterará.
El
único consejo que la sociedad da a la víctima es que en ese momento lleve su
mente lejos, que trate de no arriesgar su vida por que quien agrede muchas
veces también mata.
¿Es
normal que todo esto suceda?, ¿no deberíamos salir de este círculo que parece
no tener fin?
La
reacción social ha sido hablar de penas mayores y es cierto que el actual
sistema de administración de justicia no soluciona esto, pero tampoco se podrá
evitar que se repita esta cadena si solo vemos la aplicación de penas, no basta con discutir qué se le debe hacer al agresor, porque la lógica de la
ejemplarizacion no es suficiente para evitar que la cadena siga viva.
No
hemos razonado las causas que producen al agresor, si este es resultado de una
violación que ha sufrido, si su vida se ha desarrollado en un ambiente de
violencia y abuso, si es producto social de millones de personas que no
entienden el daño que provoca la cosificación de las personas, del acoso y
tantos males que la sociedad piensa que son naturales por estar acostumbrada a
ellos.
El
sistema de vida que llevamos, basado en la comercialización y cosificación de
todo para convertirlo en mercancía funcionaliza el desprecio del otro para el
disfrute del individuo egoísta que no le interesa el dolor ajeno.
Nuestra
sociedad entiende por violación a la agresión que vulnera la libertad sexual de
otra persona… pero no entiende que antes de la violación ya se comete un crimen
que no es considerado delito, que es la cosificación del otro y de ahí nace el
abuso que comete el agresor usando al otro como un objeto. Necesitamos entender
que la cosificación del otro es uno de los primeros crímenes, sin embargo esto
también esta naturalizado en las propias relaciones sociales que cosifican a
los demás para satisfacerse uno mismo, cosa que se da desde las propias
relaciones de trabajo cuando el empresario compra a otro como mercancía, como
fuerza de trabajo o cuando alguien compra servicios del cuerpo de otra persona
como si fuera un objeto. Este sistema funcionaliza la cosificación de los demás,
valiéndose de la pobreza, cosifica la vida y eso nos hace demasiado daño.
Necesitamos
mejorar nuestra administración de justicia, mejorar las medidas correctivas y
preventivas, se necesita presupuesto en las cárceles para que exista una separación
de las personas según el delito que han cometido, y se necesita hacer trabajar
a quienes se encuentran allí adentro y aplicar programas de reeducación y rehabilitación,
pero también entender cuáles los males estructurales, ver el daño que la violencia y
el sexismo provocan en toda nuestra sociedad, repensar la ética de nuestra
forma de vida, entendernos como comunidad y actuar desde la educación, desde el
arte, desde el hogar, para recuperar el sentido de unidad con los demás, de
sentir el dolor ajeno como propio y en especial enseñar con el ejemplo a no
servirse ni aprovecharse de nadie y no convertir a nadie en objeto.
Integrante de la Escuela Nacional de Formación Política
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y Twitter: @escuelanfp
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