Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alfredo Serrano
Sorprende que cualquiera pueda escribir al mismo tiempo de Venezuela, Ecuador, Paraguay o Brasil como si conociera cada casuística en profundidad. Cada vez que asoma una coyuntura atractiva, surgen venezolanólogos, ecuatorianólogos, paraguayólogos, brasileñólogos... Con Google bajo el brazo, se atreven a pontificar y sentenciar sin leer la letra pequeña de cada caso.
Hoy en día vale todo. Se pasa de país a país solo con un simple salto de página. Tan sencillos como superficiales son los análisis 'low cost' que comienzan a proliferar para dictar cátedra sobre cuestiones realmente delicadas. Así se crean matrices de opinión desde los medios hegemónicos conservadores. Un buen titular, una gran campaña de publicidad, una buena red de medios orquestados y con todo ello, vale todo. Dictadura en Venezuela; fraude en Ecuador; corrupción del kirchnerismo. Así de fácil para construir eso que ahora llaman posverdad.
No obstante, este quehacer no debería extrañar a nadie. Los medios dominantes no necesitan apenas rigor para ratificar lo que su línea editorial previamente ha determinado. Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente es la aparición, cada vez con más fuerza, de una suerte de neoprogresismo desencantado-resentido que se suma a la fiesta de lo aéreo. Miran desde afuera, con gran distancia, sin embarrarse lo más mínimo y con escaso conocimiento de lo que sucede puertas adentro. Aun así, su condición de intelectualidad les da licencia para autoconsiderarse como "los inspectores de las revoluciones ajenas" (tal como lo escribía Rodolfo Puiggrós).
Se animan a escribir cualquier cosa sobre cualquier país. No les importa ni el contexto ni la historia; ni la correlación de fuerzas políticas y económicas; ni los entresijos jurídicos de cada conflicto; ni siquiera les importan los intereses que persiguen esos medios concentrados por los cuales precisamente se informan. Boaventura de Sousa Santos consideró al epistemicidiocomo una fórmula de destrucción de conocimiento causada por el colonialismo europeo. Y bien podría extenderse este término a lo que hacen muchos analistas desde su contemplación aérea.
Seguramente, Venezuela es el país que más atrae la atención de propios y extraños. Es desorbitante el número de textos que cada día se vierte sobre lo que ocurre con la Revolución Bolivariana. Maduro se ha convertido en 'trending topic'permanente. Los francotiradores de los grandes medios hacen su trabajo y centran el foco. Y la izquierda infantil cae rápidamente en la trampa, cautivada por la necesidad de dedicarle unas líneas para salvar a la humanidad y también a su propio ego.
Salvo en contadas excepciones, estoy convencido de que ninguno de ellos podría dibujar en forma aproximada el mapa del país caribeño. Si usted se siente aludido, inténtelo. Tampoco sabrían decir cuántos estados lo conforman ni los partidos políticos que están presentes a lo largo y ancho del territorio. No conocen ni a los CLAP ni al GMAS. Probablemente tampoco hayan leído la Constitución ni sus artículos 347, 348 y 349, que permiten al presidente convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Simplemente aprietan el gatillo fácil y caen en una retahíla de tópicos y lugares comunes que rozan el ridículo. Hablan del Tribunal Supremo de Justicia como si hubieran estudiado sus sentencias; censuran el abuso de poder sin distinguir cuántos poderes del Estado existen. Apenas dicen nada acerca de la violencia callejera fascista que hace insoportable diariamente gobernar cualquier país. No señalan lo más mínimo el elevado riesgo país que sufre a pesar de honrar todos los compromisos de la deuda a tiempo. Indudablemente no todo está perfecto, pero no todo puede ser catalogado con adjetivos que no tienen ninguna intención de contribuir a mejorar.
Las críticas son bienvenidas. El debate es clave y la opinión, libre. Pero eso no autoriza que cualquiera se presente como doctor en venezolanología sin apenas haber estudiado lo más mínimo. Venezuela es epicentro contrahegemónico en clave geopolítica y esto le hace ser más observado que cualquier otro país del mundo. Su proceso político de cambio huye de los esquemas tradicionales porque nació de una Constituyente que puso en jaque al pasado y quiso recuperar la soberanía en tiempo récord. Porque además no hizo caso a recetas ni neoliberales ni socialdemócratas. Estas y muchas otras razones hacen que Venezuela sea apetitosa como laboratorio para analistas de cualquier origen ideológico. Sin embargo, se agradece que se escriba con algo de solidez y conocimiento de causa.
y Twitter: @escuelanfp
Muy de acuerdo en aquello de que hay que informarse para opinar cosa que El autor del artículo no ha hecho o está deliberadamente manipulando la información.
ResponderEliminarEl señala que:
"Probablemente tampoco hayan leído la Constitución ni sus artículos 347, 348 y 349, que permiten al presidente convocar a una Asamblea Nacional Constituyente"
Lo que dice la constitución de la República Bolivariana de Venezuela es que el presidente puede tomar la INICIATIVA de convocar a la constituyente, pero está (la iniciativa) como lo hizo Chavez debe ser consultada al pueblo UNICO DEPOSITARIO DEL PODER CONSTITUIDO en referendum consultivo. En otras palabras para que haya Consituyente tiene que haber antes aprobación del pueblo. Si no se hace así se está violando la constitución.
Artículo 347. El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. EN EJERCICIO DE DICHO PODER, PUEDE CONVOCAR una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
Artículo 348. La INICIATIVA de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral.
Artículo 349. El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la nueva Constitución.
Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente.
Una vez promulgada la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional Constituyente
Por cierto sería bueno que el Dr. en Venezolanología se diera el trabajo de leer el artículo que viene después de estos:
Artículo 350. El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.
Como está demostrado el pueblo haciendo uso legítimo del derecho que le confiere el 350 de la constitución está en las calles hoy.