Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Luis
Camilo Romero
Chuquisaca
vuelve al libreto de hace 11 años, cuando bajo pretexto de lucha por la
capitalidad encontró que no era posible porque detrás de ese argumento la
intención era conspirar contra el Gobierno, como fue contra la propia Asamblea
Constituyente, y ahora vuelve a rechazar una oferta gubernamental que se
trabajó en Cochabamba como preacuerdo por el tema de Incahuasi.
Una
asamblea de instituciones de Chuquisaca resolvió rechazar la propuesta y acordó
endurecer las medidas de presión y activar mecanismos legales, con lo que llegó
al noveno día de paro general e indefinido, además de piquetes de huelga de
hambre y varias carreteras bloqueadas.
La
población es consciente de su movilización por sus demandas, pero lo que no
entiende es por qué tiene que sacrificar a todo un pueblo por capricho y por someterse
a los intereses de políticos que lo único que buscan es responder a la línea
conspirativa de ir contra el Gobierno, como lo que hemos visto de sectores
opositores después del 21-F.
Una
vez más, el capítulo de la historia de ir contra las aspiraciones de un pueblo
que se siente engañado por sus propios dirigentes se repite, tal como fueron
los días de la Asamblea Constituyente, ya que el tema de la capitalidad formaba
parte de una estrategia para conspirar y hacer fracasar la aprobación de esa
carta magna.
Muy
similar a lo que se ofreció hace 11 años, recordemos que en esa oportunidad el
Gobierno había propuesto a los dirigentes del Comité Interinstitucional que en
Sucre irían a funcionar cuatro importantes instituciones, como el Tribunal
Supremo Electoral, la Procuraduría General del Estado, el Servicio de Impuestos
Nacionales y otras oficinas jurídicas del Ministerio de Justicia.
Ahora,
por el tema de Incahuasi, de igual modo se planteaban cuatro importantes
ofertas a la dirigencia cívica chuquisaqueña, que con una señal clara de tinte
político desestabilizador las rechazan, volviendo al juego aquel del todo o
nada, para perderlo todo, tal como la historia nos revela de hace 11 años.
Llama
poderosamente la atención que, en vez de recurrir a espacios de diálogo, la
estrategia de los cívicos esté enfocada a reforzar los bloqueos en las
provincias Nor y Sud Cinti, además de la localidad de Macharetí, en la
provincia Luis Calvo, abasteciendo a grupos de choque con logística, dando la
señal de mayor asfixia de ellos mismos, porque ya la misma población está
cansada de los mandatos de una dirigencia que sólo busca afanes conspirativos.
Los
signos del revanchismo, del odio y de racismo los vimos contra una autoridad
departamental y creímos que se habían dejado atrás esas actitudes irracionales
de parte de las dirigencias que hasta poco condenaban esas muestras de racismo
pero que ahora hacen alianzas y tranzan con sus mismos verdugos que mellaron su
dignidad y se aprestan a entrar en ese entramado sucio de la confrontación, por
el solo hecho de sacar cuotas de poder para fines electorales.
Corresponderá
ser coherentes ahora en responder a la oferta nacional de un preacuerdo y
garantizar el desarrollo de Chuquisaca, dejando atrás los fantasmas del pasado,
del odio y la confrontación, y que las autoridades apuesten comprometidamente
por el desarrollo de Chuquisaca.
A
los agoreros del fracaso, a aquellos que con el pretexto de “sujetarse a la
norma” alientan de nuevo la confrontación y llaman otra vez a la subversión
habrá que decirles que gente consciente ya estaba trabajando para cerrar las
heridas de ese pasado de odio e indiferencia para pensar en el desarrollo de su
pueblo.
Chuquisaca,
más allá de las autoridades que la conduzcan, en estos últimos años ha cambiado
su fisonomía; hay que repensar en un departamento que ansía desarrollo, que
pide el progreso en el campo y la ciudad, en perspectiva de consolidar la
agenda para 2025, pero por sobre todo levantar a un pueblo cuya dignidad fue
pisoteada.
Es
comunicador boliviano para América Latina y el Caribe.
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