Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carla Espósito
Guevara
Desde la victoria de
Macri en Argentina y las últimas derrotas electores en Venezuela y Bolivia, se habla
de un fin de ciclo de la era progresismo en Latinoamérica y del surgimiento de una
nueva derecha. En efecto la derecha latinoamericana intenta encontrar
candidatos que la renueven. Algunas figuras han emergido, como la de Sebastián
Piñera en Chile, que no logró convertirse en un referente, Peña Nieto en
México, descalificado moralmente por la desaparición de los 40 normalistas, entre
otros crímenes menos publicitados. Ante el fracaso de los anteriores el triunfo
de Macri en Argentina parece presentarse como la punta de lanza de la nueva
derecha, acompañada de Capriles en Venezuela y Rodas en Ecuador.
Es nueva porque ya no
representa a la vieja derecha militarista de los años 70 y 80, ni tampoco la
derecha neoliberal de la década de los 90 de Menenm, Color de Melo, Sánchez de
Lozada. Es diferente en términos generacionales, pues está liderada por
dirigentes políticos jóvenes, muchos de ellos formados en universidades de los
Estados Unidos, que creen en el libre mercado, la competencia individual.
Políticamente ya no sostienen su crítica a los gobiernos oficialistas en base
al clivaje derecha-izquierda, sino que utilizan el término populismo, en un
sentido peyorativo para descalificar a todos los gobiernos no alineados al Consenso
de Washington. Frecuentemente se presentan como candidatos de novedad y cambio en
un intento de diferenciarse también de los gobiernos neoliberales que les
precedieron, que culminaron con crisis sistémicas a inicios de este siglo y
apelan a una agenda de renovación intentando también diferenciarse de los
gobiernos de izquierda.
Pero si algo define a
los rostros que lideran los espacios políticos conservadores es la ausencia de
propuestas con las cuales liderar la región y disputar el poder en base al
debate ideológico y no en base al insulto y la descalificación. En el caso
concreto de Bolivia, la derecha tradicional –Quiroga, Doria Medina- no logró
reponerse del golpe ideológico que supuso para ella el colapso del
neoliberalismo, y la nueva, -Revilla, Costas y Leyes, Chapetón- todavía no
logra construir una propuesta alternativa con alcance nacional. Lo único que existe
son liderazgos regionales con escasa presencia nacional y con propuestas
ambiguas que prometen conservar los logros de los años precedentes y mejorándolos, lo que realmente no las
convierte en una opción alternativa.
En ausencia de un
proyecto y liderazgos alternativos, la nueva derecha ha optado por varias
estrategias: La primera, es la utilización del neo golpismo que hace uso de la
violencia explícita, recordemos como ejemplo en Bolivia la violencia del
movimiento autonomista que terminó el 11 de septiembre del 2007 en Pando con la
pérdida de 12 vidas y la violencia racista en la plaza 25 de mayo de Sucre
contra los campesinos.
Parte de esta estrategia,
es la utilización de un discurso distorsionador de la realidad, que resemantiza
varios conceptos de la política como “totalitarismo”, o “dictadura”. Esta re-semantización
es otro de los mecanismos de distorsión de la realidad utilizados por los
medios de comunicación cuyo objetivo evidente es tratar de apropiarse de las
banderas de la democracia y los derechos humanos apelando sobre todo a nuevos
actores como las clases medias y la juventud.
La alternativa de estas
derechas no es ciertamente muy halagüeña, basta ver como ejemplo los pocos
meses del gobernó de Macri en Argentina, el nuevo referente de la derecha opositora
latinoamericana, que entre otros métodos, ha recurrido a la censura de la
prensa, la expulsión de Telesur, el despido de periodistas, el cierre de
programas televisivos críticos, el apresamiento de activistas sociales, los allanamientos,
el nombramiento por decreto supremo del presidente de la Corte de Justicia, etc,
Tenemos entonces un panorama preocupante. No vaya a ser que salgamos de
gobiernos “presidencialistas y caudillistas”, como los califica la derecha, a un
proceso de restauración conservadora con rasgos realmente autoritarios.
y Twitter: @escuelanfp
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