Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Daniel Araújo Valença
La madrugada del pasado jueves los senadores brasileños, con 55 de 81 votos, se inclinaron por proseguir con el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, alejándola temporalmente de sus funciones, por seis meses, periodo que dura la investigación sobre las acusaciones que pesan en su contra.
Para abordar las consecuencias de un hecho que ha sido calificado como un “golpe de Estado parlamentario”, conversamos con el Dr. Daniel Araújo Valença, profesor de Derecho en la Universidad Federal Rural del Semiárido y militante del Partido de los Trajadores (PT) de Brasil.
¿Qué es un impeachment? ¿Cuáles son los antecedentes en Brasil?
Impeachment es un procedimiento previsto en la Constitución de Brasil en el cual el Parlamento juzga a altas autoridades por crímenes de responsabilidad, un rol taxativo previsto en el texto constitucional.
A diferencia de las democracias de mayor intensidad, tal cual la intercultural instituida por la Constitución de Bolivia en 2009, para nosotros no hay el instituto del mandato revocatorio. Por lo tanto, la reprobación popular al gobierno no es causa para la salida del jefe de ejecutivo. Entonces, el presidente puede ser alejado solamente por decisión del Parlamento, desde que fue aprobada la figura de crimen de responsabilidad.
En Brasil hubo un impeachment en 1992, contra Fernando Collor, presidente de derecha.
¿Cuáles son las motivaciones políticas para enjuiciar a Dilma Rousseff?
La oposición la acusa de la apertura de créditos suplementarios y las “pedaleadas fiscales”. En ambos casos se ha demostrado que no son crímenes y no constituyen por lo tanto sustento para el impeachment a la presidenta. Además, si fueran considerados crímenes, el Vicepresidente, Michel Temer, el ex presidente Henrique Cardoso y, por lo menos, dieciséis de los gobernadores de provincias serían también criminales. Eso se demostró muy claramente cuando en la sesión del Senado, uno de los senadores del bloque de independientes hizo una serie de preguntas a la abogada proponente del impeachment, a las cuales contestó que efectivamente los actos relatados por él configuraban crímenes de responsabilidad, para, luego, el parlamentario referirse a decretos y actos practicados por Temer y no Dilma. Todo eso fue transmitido en vivo para todo el país. En efecto, desde el punto de vista judicial no tiene ningún fundamento la acusación que se hace.
¿Qué sectores de la burguesía encabezan esta ofensiva contra el gobierno petista? ¿Por qué?
Esa es una cuestión muy importante. Atilio Boron hace un buen análisis en cuanto a quienes encabezan el golpe de Estado en Brasil. Para él, una pandilla de bandidos tomó de asalto el poder, y esa pandilla la integran los parlamentarios de derecha (cabe recordar que sobre unas dos terceras partes de ellos pesan gravísimas acusaciones de corrupción), el sistema judicial (que en Brasil sigue siendo un poder hermético, con fuerte recorte de clase e involucrado en sí mismo, sin control popular) y los grandes medios de comunicación.
Sin duda, ellos son claves en el golpe. Sin embargo hay, todavía, un actor más importante: todas las fracciones del patronato, de las burguesías y oligarquías. Tanto es que la federación de los bancos, la federación de los industriales de São Paulo y la confederación de latifundistas están no sólo públicamente apoyando el golpe, sino también financiándolo. Hace poco se filtró un audio del senador de derecha Paulo Pereira diciendo que había mucha gente para financiar el impeachment.
La unidad de las élites por el golpe y la coyuntura actual sólo se comprende desde una perspectiva de lucha de clases y de la fase actual del capital. Con la crisis estructural del capital de 2008, la estrategia política del Partido dos Trabalhadores (de Lula y Dilma) adoptada desde 2003, de conciliación de clases, se tornó insoportable. La condición para que banqueros, empresarios y trabajadores multiplicaran sus ganancias resultaba imposible. Entonces, el patronato comenzó a actuar para bajar el costo de reproducción de la fuerza de trabajo. Para eso, un partido de izquierda en el poder es un estorbo. Además, súmese la descubierta del Pre-sal, la mayor reserva de petróleo en mar del mundo, y la acción decidida del gobierno de mantener la soberanía nacional sobre ella. Y entonces, sin duda, el imperio también tiene su pata por aquí.
Como no hicimos cambios estructurales en la orden económico-social brasileño, nos quedamos más vulnerables. Posteriormente, tras las disputadas elecciones de 2014, el gobierno acudió a las élites, intentando un nuevo pacto de clases. Al hacerlo, de un lado perdió el apoyo popular y la gran movilización social de la segunda vuelta electoral, y de otro, preparó su propia emboscada a ser conducida por las élites.
¿Cuáles son los pasos a seguir en el proceso parlamentario contra Rousseff?
Se tiene hasta 180 días para acudir a una votación final para el alejamiento definitivo o el retorno de la presidenta. Pero ahora el quórum es de 2/3 para la aprobación. En la última votación, los golpistas obtuvieron 55 votos. Necesitan de 54 para la próxima. Como el escenario es incierto y es creciente el repudio al golpe y a Temer, hay posibilidad de reversión de votos.
¿Es correcto tildar esta maniobra opositora como un “golpe de Estado”? ¿Por qué?
Sin duda. La Constitución dice que la única posibilidad de alejamiento se llevará a cabo de comprobarse crímenes de responsabilidad, los cuales en este caso no hubo, por tanto es un golpe. Golpe típico del silgo XXI, así como fue en Paraguay y Honduras. Como diría Gramsci, Brasil tiene una sociedad civil de robusta estructura. Por lo tanto, el asalto al poder por los golpistas es algo mucho más sofisticado; con apariencia de legalidad y legitimidad. La postura más que firme de Dilma, Lula y de la militancia de izquierda, sin embargo, corrobora que la gente perciba el crimen en curso.
¿Qué se espera del gobierno transitorio en ausencia de Rousseff? ¿Tiene plenas facultades?
Sí, es un presidente golpista interino. No lo reconocemos, pero tiene plenas facultades. Ya nombró su gabinete: el primer que conozco de puros hombres, en total veintidós; todos blancos y rentistas, oligárquicos, latifundistas o empresarios. Más aún, plazas importantes para las políticas sociales fueron extintas, como la de los derechos humanos y la de enfrentamiento a la corrupción. Es increíble. Es peor que el neoliberalismo de 1990.
En el caso de que tras seis meses de investigaciones se declare culpable a Rousseff de las causas que se le imputan, ¿se debe llamar a elecciones o el presidente de transición culmina el mandato?
Constitucionalmente, el presidente interino golpista termina el mandato. Creemos, sin embargo, excepto que haga una represión sin precedentes, que él no va a tener gobernabilidad para tanto. En dos días el gobierno ilegítimo nombró un gabinete inaceptable, extinguió el departamento de derechos humanos, la Controladoria Geral da União (de combate a corrupción) y hoy anunció varios recortes en las políticas sociales. Vamos, por lo tanto, a no reconocer ese gobierno. Intentaremos el retorno de Dilma. En caso de que seamos derrotados, vamos a hacer de todo para la caída del gobierno golpista, aunque sea una enmienda constitucional para convocar elecciones fuera del plazo común.
¿Qué motivó a que el Gobierno y el PT vieran desarticularse sus alianzas tácticas en el Parlamento?
Creo que las motivaciones expuestas en la primera respuesta y, además, el ex presidente de la Cámara (alejado del cargo y del mandato, por corrupción y uso del cargo para sus intereses particulares, por la Corte Suprema solamente después de la votación del golpe – hecho que prueba la participación activa o pasiva de la corte en el golpe) tiene más de cien votos, pues es un gran intermediario del financiamiento empresarial de las campañas electorales. En Brasil, el poder económico interviene directamente en la soberanía popular.
¿Cómo se moviliza el movimiento de masas ante la destitución de Rousseff?
Brasil vivió un período de desmovilización social. El izquierdismo dice que es culpa de Lula y del PT, pero es una visión mucho más idealista –la realidad existe de acuerdo a como ella es y no a su deseo– que concreta.
Debido a la formación social de Brasil, aquí el neoliberalismo adentró con mucho más fuerza. Las privatizaciones y depreciación de la condición de vida de la gente, “el espíritu” del neoliberalismo, del Estado como corrupto e ineficiente y el suceso como responsabilidad del esfuerzo individual, produjeron una década en que las salidas para la crisis eran de todo tipo, menos políticas, colectivas. Desde ahí el crecimiento de las religiones fundadas en la teología de la prosperidad. A fines de la década de 1990 solamente los petroleros y, principalmente, los sin tierra, estaban movilizados. Lula vence con el movimiento de masas en descenso. El error fue, por el partido, no invertir en educación política, organización popular y movilización. Creer que las cosas cambian sin conflicto, sin presión. Y, desde el gobierno, no tocar los privilegios y no hacer reformas estructurales que cambiasen profundamente la estructura social y económica del país.
Desde la segunda vuelta de las elecciones, sin embargo, hay mucha movilización de las izquierdas. Eso tomó cuerpo principalmente ante la amenaza del golpe y, en los últimos meses, las calles son de nuevo espacio de las izquierdas; la derecha de ellas se alejó.
¿Además del PT qué otras organizaciones sociales y partidos políticos se encuentran movilizados? ¿Cuáles son los pasos a seguir en el campo popular?
Desde los partidos, el Partido Comunista, el Partido Laborista, el PSOL, de oposición de izquierda, están unidos en la lucha contra el golpe. La unidad de las izquierdas (solamente fracciones sin bases populares del izquierdismo trotsko no están participando) está ocurriendo alrededor de dos frentes de movimientos sociales y partidos de izquierda – Frenta Brasil Popular y Frente Povo Sem Medo. Allí están los sin tierra, los sin techo, el movimiento estudiantil y las centrales obreras, siendo la principal la CUT. Es muy fuerte, también, la participación del campo cultural y artístico, además de la intelectualidad.
¿Cuál es el real respaldo que tiene Dilma Rousseff entre las bases progresistas del Brasil? ¿Cuáles han sido los errores internos del oficialismo para terminar enjuiciado y virtualmente fuera del gobierno? ¿Cuáles han sido los mayores logros de los gobiernos del PT en los últimos 13 años? ¿Cuáles sus límites?
Dilma perdió mucho apoyo desde que, luego después de las elecciones de 2014, impuso un programa de gobierno de derecha, de aprieto fiscal. Sin embargo, en el último período el gobierno estaba cambiado un poco para la izquierda y, frente a su posición muy fuerte de resistencia al golpe, hoy Dilma tiene mucha fuerza entre los sectores de izquierda. En caso de su vuelta, no tengo dudas de que sería otro gobierno, aunque sufriendo el mismo boicot parlamentario y patronal.
¿Cómo se “defiende la democracia” –según recomienda la presidenta Rousseff?
Con mucha organización, movilización, comunicación y solidaridad, entre nosotros en Brasil, y con el apoyo de los sectores de izquierda, o al menos demócratas, de todo el mundo. Hay actos todos los días en Brasil.
¿Cuáles son las consecuencias que pudiera traer a Latinoamérica un proceso como el que hemos visto en estas semanas?
Lo peor es posible. Uno de los logros del gobierno fue cambiar el norte de Brasil de los Estados Unidos y Europa para el sur. Mercosur, Unasur, Brics, Banco de los Brics, soberanía nacional y una América Latina intentando construir la Patria Grande de Bolívar y eso es inaceptable para las viejas derechas, oligarquías latinoamericanas.
Entrevista realizada por Javier Larrain Director de La Época.
y Twitter: @escuelanfp
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