Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alvaro García Linera
Perteneces a una generación que vio despuntar la autonomía del movimiento indígena-campesino, pero también que vio asfixiarse en la ineptitud y la corrupción a las distintas propuestas de izquierda con las que se inició el período democrático de fines del siglo XX. La investigación y el refugio académico te permitieron escribir un libro que ayudará a otros a mantener sus convicciones, sin embargo, el peso del fracaso político de toda tu generación era tan grande que se tomaron en serio la creencia de que el neoliberalismo era el fin de la historia.
Uno por uno viste a exsocialistas, a exkataristas y a exizquierdistas arriar las banderas de una revolución que nunca llegaba y adoptar entusiastamente el remozado lenguaje liberal instituido por Sánchez de Lozada. No fuiste la excepción y tu trabajo para el Viceministerio de Género y las oeneges marcarían tu ocaso.
Cuando el siglo XXI resplandeció con la sublevación de campesinos y vecinos, no pudiste entender lo que pasaba, o no quisiste entender. Te quedaste callada cuando el Conamaq, al que apoyaste tanto y que funcionaba, entonces, como una ONG, le pusiera el poncho a Banzer mientras él mandaba asesinar a indígenas aymaras en Omasuyos. Y cuando la rebelión se expandió finalizando con el “fin de la historia”, al igual que el resto de los exizquierdistas, te pusiste a la vereda de los acontecimientos para esperar con desgano el desenlace.
La historia se había burlado de ustedes, miristas y “socialistas”, que se habían organizado para “conducir” alguna revolución en los años 70, tuvieron que resignarse en los años 90 a gestionar políticas públicas neoliberales bajo el mando de quienes precisamente habían enterrado cualquier pretensión revolucionaria. Y cuando la revolución tocó la puerta, al inicio del siglo XXI, ustedes ya carecían de cualquier fuerza moral para ser parte de ella. Era el fracaso de toda una generación que al final hizo lo que no se propuso hacer y que no hizo precisamente lo que quiso hacer.
Y hoy, en un nuevo capítulo de la historia desdichada hegeliana, te toca defender y celebrar del lado de los que con bate en mano perseguían campesinas cocaleras para romperles el cráneo, en enero de 2008. ¿Qué se siente, Silvia, festejar del lado de quienes dicen que los indios son llamas? ¿Qué se siente estar hoy del lado de Costas, de Suárez, de Leyes y de Sánchez Berzaín?
y Twitter: @escuelanfp
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