Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Javier Larraín
La madrugada del pasado
jueves una banda de sicarios irrumpió en la casa de la líder indígena hondureña
Berta Cáceres (42 años), asestándole tres tiros en el pecho y uno en la cabeza.
Mejor suerte corrió el activista mexicano Gustavo Castro Soto, dado por muerto
tras ser baleado en tres oportunidades, hoy único testigo del horrendo crimen
de su amiga y colega.
De Nicolás Maduro a
Leonardo DiCaprio, pasando por el líder de PODEMOS Pablo Iglesias, la comunidad
internacional de manera transversal ha condenado este asesinato que no obedece
a delincuencia común sino a uno “por encargo”, pagado por el capital
trasnacional que busca apropiarse de los recursos naturales de Honduras, entre
ellos el río Gualcarque, defendido con uñas y dientes por las comunidades
indígenas del pueblo Lenca, al que pertenecía Berta. René Pérez, el “Residente”
de Calle 13, escribió sin dobleces: “Quieren detener el incendio que se propaga
pero hay fuegos que con agua no se apagan. El asesinato de Berta Cáceres
multiplicará la lucha”.
Según informes de la
Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas-Federación Latinoamericana
de Periodistas (CIAP-Felap) Honduras se convirtió en el segundo país de la
región con más periodistas asesinados en 2015, registrándose 10 casos. Igualmente,
durante la última década esa cifra se ha elevado a casi sesenta muertos,
acciones agravadas tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en 2009, siendo
imposible informar y denunciar los atropellos a la población.
Ubicado en el corazón de
Centroamérica Honduras tiene un territorio doce veces menor que el de Bolivia y
una población que alcanza los ocho millones de habitantes. Rico en petróleo y
metales, es su tesoro natural el que atrae los intereses de los capitalistas de
las potencias centrales.
Coordinadora del Consejo
de Pueblos Indígenas de Honduras (COPINH), Cáceres lideró las luchas
medioambientales contra aquellas potencias centrales que intentan apropiarse de
su país, destacándose por doblarle la mano al Proyecto Hidroeléctrico Agua
Zarca, cuyos planes de manejo contemplaban el desplazamiento forzado del pueblo
Lenca. En 2013 denunció los planes de EE.UU. por instalar una base militar en
territorio hondureño para monitorear y eventualmente invadir a países vecinos,
particularmente a Nicaragua.
En las últimas semanas
medio centenar de familias lencas de la comunidad de La Jarcia habían sido
fuertemente reprimidas y desalojadas por vigilantes y promotores de Agua Zarca.
La propia Berta denunció el asesinato de cuatro comunarios activistas medioambientales.
Aquellas denuncias
propiciaron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
solicitara a las autoridades locales medidas cautelares y protección especial
para Berta, contra quien se habían acentuado las amenazas de muerte. El pasado
jueves, día del crimen, el patrullaje policial rutinario no se llevó a cabo.
Hace poco más de un
siglo y medio un pensador alemán principió su manifiesto político señalando:
“la historia de todas las sociedades que ha
existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”.
Berta Cáceres inscribe su nombre, pensamiento y acción, al lado del de cientos
de hombres y mujeres que han luchado por un mundo mejor. Ahora dependerá de
nosotros decir: ¡Basta! ¡No a la impunidad!
Editorial del semanario La Época
y Twitter: @escuelanfp
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