Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Diez
años pasaron de lo que llamamos el “Proceso de Cambio”, la esperanza del pueblo
boliviano, de los sectores populares que, como nunca en la historia del país,
fueron parte de las decisiones en el Estado, de la presencia de originarios,
campesinos, sectores populares, intelectuales comprometidos y finalmente los
obreros. Todos nos sentíamos representados hasta el 2009, e incluso el 2010, en
el apogeo del proceso instaurado en Bolivia, por supuesto en un contexto
internacional favorable, como el caso de la Revolución Bolivariana en
Venezuela, el proceso de los Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Correa en
Ecuador, Ortega en Nicaragua, y la referente Cuba.
América
del Sur había hecho renacer la esperanza para muchos pueblos del mundo, se puso
a la vanguardia, no había mejor opción que los latinoamericanos hacían, sumado
a esto con la crisis del capitalismo, manifestada en la crisis económica,
ambiental y energética, la que muchos llamaban “crisis de civilización”, sin
embargo, la expresión capitalista del “imperialismo” centraba su atención en el
petróleo de Medio Oriente, con intervenciones e invasiones, las que tanto luto
trajeron a esa parte del mundo; por supuesto que más de mil bases militares en
el mundo no podían estar en vano.
Un paso adelante y dos atrás
Al
interior de nuestro país, con el encuentro Sindical Internacional
Antiimperialista, que fue convocado de manera conjunta por la Federación
Sindical Mundial (FSM) y la Central Obrera Boliviana (COB), con la adhesión del
Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, realizada en Cochabamba entre el
30 de junio y 2 de julio del 2014, con una participación de 1300 delegados de
organizaciones sindicales y sociales de Bolivia y 100 delegados de centrales
sindicales de los cuatro continentes (América, África, Europa y Asia), se
presentó el documento “Tesis Política: Profundizar el Proceso de Cambio desde
los Movimientos Sociales en Bolivia”, que partía del análisis de la crisis del
capitalismo, donde se puntualizaba que son inevitables y que por esa vía
llegará un momento histórico en que el capitalismo colapse como sistema
económico (Marx); hasta ahí, nuestra referencia era un hecho mundial
vanguardizante.
Pero
aparece la teoría de la inclusión del enemigo en el discurso de Álvaro García
Linera, en el XX Foro de São Paulo realizado La Paz el 15 de septiembre del
2014: “no olviden, siempre hay que sumar a Lenin con Gramsci, al adversario hay
que derrotarlo, eso es Lenin, Gramsci, al adversario hay que incorporarlo, pero
no se incorpora al adversario, en tanto adversario organizado, sino en tanto
adversario derrotado, es derrotar e incorporar, derrotar e incorporar…”. Compañeros
del Movimiento Guevarista desde el sur Tarija habían advertido adelantadamente
que la consigna era de “defensa, rectificación y profundización” del proceso de
cambio, porque ahí las organizaciones sociales e intelectuales de izquierda
advirtieron en su momento de la situación que el Movimiento al
Socialismo–Instrumento Para la Soberanía de los Pueblos(MAS-IPSP) estaba dando
un giro preocupante hacia la derecha; al interior del Instrumento se los
minimizó, incluso se los ignoró, abandonaron al MAS algunos, presentándose una
crisis al interior del Instrumento.
Lo
cierto es que esa estrategia no funcionó y la prueba es el Referéndum del 21 de
febrero del 2016, en que los resultados fueron adversos a la reforma del
artículo 168 de Constitución Política del Estado (CPE). El resultado fue que el
No ganó, y seamos realistas: perdimos. Por supuesto que se manejó desde EE.UU.
la guerra de cuarta generación (guerra asimétrica), nos examinaron nuestras
debilidades, infiltraron al MAS y con la tecnología de masas como las redes
sociales se lanzaron a la población joven. También influyeron en la derrota los
argumentos del caso Fondo Indígena, tráfico de influencias (Caso Zapata),
título del Vicepresidente García Linera y, finalmente, los muertos en la
alcaldía de El Alto, misiles que lanzaron para destruir la imagen del
Presidente. La oposición derechista buscó ese objetivo y el adversario
“incorporado”, ¿qué rol jugo? (A esto se suma el daño que muchos dirigentes
corruptos le hicieron al Instrumento).
Dos caminos
En
este panorama al MAS-IPSP y al Proceso de Cambio del pueblo le queda la
disyuntiva: izquierdizarse o derechizarse.
Derechizarse
significa que se retorne sutilmente al neoliberalismo: achicamiento del Estado,
privatización a mansalva, despidos masivos, competencia a todo nivel,
incremento de desempleados y volver a la pobreza, como antes del 2005.
Izquierdizarse
es volver a los orígenes del Proceso de Cambio, al avance revolucionario que se
logró con las organizaciones, con la Central Obrera Boliviana (COB), la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB),
Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), Sectores Populares,
movimientos de izquierda, con tareas para profundizar las políticas sociales,
la economía comunitaria –en lo orgánico político–, la crítica y autocrítica
para avanzar, construir con el pueblo el socialismo comunitario.
Los
riesgos son el ataque desde el Imperio, y sus operadores de derecha, con la
defenestración de todos los líderes de gobiernos populares, bajo argumento de
la corrupción. Se ha llegado a confrontar a los movimientos sociales con otros
movimientos de ciudadanos, aprovechando fundamentalmente a los jóvenes, bajo el
lema de nuevos liderazgos emergentes que lo que buscan es reemplazar a los
movimientos populares; ese es el ardid capitalista pro imperialista, está en
marcha para subyugar.
Ante
esto, lo que queda, primero, es la unidad, unidad de todos los sectores
populares; segundo, purgar de infiltrados e invitados de derecha en nuestras
organizaciones, purgar los corruptos de la militancia que tanto daño hicieron
al instrumento del MAS-IPSP; tercero, reflexionar en nuestras organizaciones,
con los jóvenes, sobre el presente y futuro del país, y ante el sistema de
crisis del capitalismo mostrar la alternativa del socialismo; cuarto, generar
la economía social comunitaria con el apoyo del Estado, la izquierda debe ser
parte del proceso de construcción del socialismo comunitario para vivir bien
con la tesis de “Profundizar el Proceso de Cambio desde los Movimientos
Sociales”, somos antiimperialistas, anticapitalistas y anticolonialistas, y
recogemos la declaración Política de XVI Congreso de la Central Obrera
Boliviana (COB): “frente a la conspiración reaccionaria, los trabajadores en la
lucha revolucionaria”, hacia la profundización del proceso de cambio, con los
movimientos sociales y revolucionarios de izquierda, en síntesis: gobernar para
los pobres.
Usted
también decide el futuro del país, este es un humilde aporte de este compañero.
Fue Representante
del MAS IPSP de la Provincia Cercado – Tarija
Publicado en el semanario La Época
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