Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Edmundo Juan Nogales Arancibia
El miércoles pasado se pronunció la sentencia contra los acusados por los hechos de racismo cometidos hacia los campesinos de Chuquisaca el 24 de mayo del año 2008. En cierta forma Sucre estaba mordiendo la mano que le alimenta, porque muchos alimentos que consumen cada día lo producen trabajadores campesinos.
Esa sentencia se dicta en un momento en el que el discurso racista vuelve a articular a un grupo social del país que en su mayoría vive en los espacios urbanos, lo vimos llegar con el caso del Fondo Indígena cuando volvieron los comentarios racistas, continuaron con la campaña contra la modificación de la Constitución Política del Estado –en especial en Santa Cruz y con el caso Zapata, donde se lanzaron mensajes con insultos y muestras de racismo en redes sociales.
¿Cómo entender esa tendencia al racismo por parte de algunos sectores de la población urbana? Necesitamos definir qué sujeto es proclive a ese discurso, el que de alguna manera en el referéndum expresó una misma posición de rechazo a la modificación a la Constitución, lo que no significa que todo el que haya votado por el No sea racista.
Entre la población los empresarios son minoría cuantitativa respecto al resto de la población, sin embargo, desde la expresión ideológica del sistema capitalista tienen hegemonía en la posición política de otros sujetos. Menciono ese elemento por que si no empezamos a realizar el analisis tomando en cuenta la condicion de clase, resumiríamos todo indicando que la clase media le dio la espalda al Proceso de Cambio y no podríamos entender los elementos ideológicos que están detras del racismo. Por otro lado si vemos la condición de clase, pero solo desde el lado económico, diríamos que han sido pequeños burgueses los que votaron por el No y que parte de ellos difundieron el discurso racista, como lo hacen algunos grupos que dicen tomar el marxismo como elemento de análisis, pero el análisis se quedaría corto porque no entenderíamos la votación del No por parte de los trabajadores de servicios, funcionarios públicos y de otros sectores con una relativamente buena situación económica que en su mayoría viven en los lugares donde perdió el Sí.
Ver la posición política e ideológica de clase ayuda a entender mejor el panorama. En el aspecto económico el trabajador de un banco, una aseguradora, o un funcionario, no es un pequeño propietario, sino un asalariado que no se siente proletario y asume la posición ideológica de una clase social a la que no pertenece, la burguesía, y en algunos casos reniega de su origen indígena o proletario.
Pero, ¿cuáles son las líneas de coincidencia con la pequeña burguesia?
Ambos grupos consideran como elemento negativo la gran acumulación de riqueza en pocas personas, al tiempo que tienen miedo al avance del proletariado en la construcción del socialismo, temen perder los privilegios que en este tiempo de bonanza económica han logrado y, por último, aspiran al ascenso social –como se sienten más cerca de la burguesía esperan ingresar en ella– económicamente, o al menos socialmente, a través de títulos de reconocimiento como los docentes universitarios.
Ambos grupos consideran como elemento negativo la gran acumulación de riqueza en pocas personas, al tiempo que tienen miedo al avance del proletariado en la construcción del socialismo, temen perder los privilegios que en este tiempo de bonanza económica han logrado y, por último, aspiran al ascenso social –como se sienten más cerca de la burguesía esperan ingresar en ella– económicamente, o al menos socialmente, a través de títulos de reconocimiento como los docentes universitarios.
En tiempos de dictadura esas llamadas clases medias fueron afectadas, aunque las aceptaban y hasta apoyaban; un ejemplo lo dieron las señoras de clase media que marchaban contra el gobierno de Salvador Allende en Chile y luego apoyaron la dictadura de Pinochet.
Las razones de su aceptación a la dictadura son ideológicas, así como las de su propensión al racismo, porque en el racismo encuentran un justificativo de superioridad respecto a los más explotados y asimilan la idea de que el hijo del proletario debe seguir la suerte de sus padres, esto para no correr el riesgo de ocupar ese lugar, sin contar que la dictadura golpea al campesino y al proletario asegurándoles que se mantengan abajo para que, de paso, la clase media siga al medio.
La transformación ideológica es un tema en el que no estamos avanzando lo suficientemente rápido.
*Integrante de la Escuela Nacional de Formación Política.
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