Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Camilo
Katari
El
anuncio del retiro de varios países de la Unasur debe ponernos en alerta
respecto a la ofensiva del neoliberalismo en nuestra región, ofensiva destinada
a la desintegración de la idea de Patria Grande, que no es otra cosa que la
complementariedad, socioeconómica, perdida con la creación de los Estados
Nacionales, sobre la base de los intereses de las oligarquías regionales.
Nuestro
continente ha tenido diferentes procesos de integración y uno de los más
significativos para la región andina fue el Pacto Andino, que luego evolucionó
hacia la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
En
esta oportunidad no entraremos al análisis de las teorías de la integración y
sus diferentes niveles o intensidades, lo que nos interesa resaltar es la
determinación del pensamiento político ligado a la expansión y consolidación
del capitalismo, como el principal enemigo de los procesos de integración en
nuestra región.
La
consolidación de políticas capitalistas y/o neoliberales, afincadas en las
ideas individualistas que conlleva la economía de mercado, no solamente
impidieron políticas de integración sino que profundizaron las ideas
nacionalistas, llegando a prácticas xenófobas en pueblos que tienen una misma
raíz cultural.
Un
ejemplo claro de esta situación se encuentra en las relaciones entre Argentina,
Bolivia y el Perú; la xenofobia fomentada en la Argentina contra los ciudadanos
bolivianos y peruanos forma parte de la ignorancia que se tiene respecto a la
historia y a la pretendida superioridad de los migrantes de ultramar que poblaron parte de los territorios del sur
americano.
La
integración es un hecho político y no simplemente contiene un aspecto
económico, como siempre se ha querido reducir, por ejemplo, a otro mecanismo de
integración como es el Mercosur, que hoy —por los avatares de la política—
tiene una mirada más proclive a medidas neoliberales.
Si
se concretara el alejamiento de países como Perú, la Argentina y Brasil de
Unasur, tendríamos todo el derecho a pensar que se trata de una medida de
carácter racista, pues las oligarquías económicas regionales no comparten el
principio plurinacional del continente, ocultando de esta manera sus propias
estructuras histórico-sociales, definidas por la existencia de las llamadas
“primeras naciones”.
En
Bolivia, la llamada “diplomacia de los pueblos” constituyó una forma novedosa
de avanzar en procesos de integración “desde abajo”, configurando un sujeto
histórico diferente al de los Estados. En esa medida, se trataba de un
planteamiento revolucionario destinado a devolver las decisiones a los pueblos,
los únicos y verdaderos depositarios del poder, por lo menos en los términos
liberales del entendimiento de la organización política.
La
dinámica de la movilización a escala planetaria ha puesto en cuestión las
políticas proteccionistas respecto a la migración, problema que se resuelve en
la medida que se profundicen los procesos de integración; los flujos de
personas capital y cultural no pueden ser tratados de forma unilateral, sino
que precisan de una mirada más global, más integrada.
Los
desastres ecológicos que siguen su ruta ascendente, tienen en los procesos de
integración su posibilidad de ser superados, porque forman parte de un sistema
geoecológico universal, somos los seres humanos los que nos hemos “desmarcado”
de este sistema considerándonos los amos de la naturaleza y hemos procedido a
su saqueo sin tomar en cuenta el desequilibrio ocasionado, todo por la política
de acumulación capitalista.
Vistos
estos antecedentes, lo que hoy se plantea en la Unasur es, por una parte, esa
muestra de racismo presente en el discurso de varios gobernantes de la región
y, por otra, la protección de las políticas neoliberales aplicadas en sus
países que son contrarias a políticas de integración destinadas a una mejora
constante de la vida de los ciudadanos y ciudadanas que forman lo que
denominamos pueblo.
Acabamos
esta nota no sin antes sumarnos a la convocatoria de organizaciones sociales y
a los movimientos sociales, a los ciudadanos amantes de la Patria Grande, a
manifestarse con firmeza ante la búsqueda de pasos desintegradores que van en
contra de la construcción de una región unida, soberana y solidaria.
Es
escritor e historiador potosino.
Síguenos en Facebook: Escuela Nacional de Formacion Politica
y Twitter: @escuelanfp
Regístrate también en nuestro canal en Telegram
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios