Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Pablo
Ramos Sánchez
Mario
formaba parte de un grupo de estudiantes universitarios de la UMSA que
participaba en un concurso de economía avanzada en la Universidad de
Gainesville, Florida, Estados Unidos. Las clases se impartían en castellano por
profesores invitados de diferentes centros de estudios superiores de ese país.
Sus
conocimientos del inglés eran muy rudimentarios y por eso se sentía cohibido al
querer pronunciar algunas frases e incluso palabras en ese idioma. Además del
castellano, hablaba correctamente el aymara, pero no podía desenvolverse en
lenguas extranjeras.
Una
noche de ésas, el grupo de estudiantes bolivianos fue invitado a presenciar un
partido de básquet entre el equipo de dicho centro de estudios y el de la Universidad
de Tallahassee, Florida. La barra más numerosa, obviamente, era la dueña de
casa y alentaba sin descanso a sus jugadores con cantos y gritos, provocando un
ruido atronador en el coliseo cerrado.
Como todo el estado de Florida, Gainesville es
un lugar de temperaturas altas. De modo que hacía mucho calor dentro del enorme
recinto repleto de gente bulliciosa, y la deshidratación afectaba a todos, pero
especialmente a los jóvenes llegados desde el altiplano boliviano, donde estaba
comenzando la época de invierno.
Al
concluir el encuentro deportivo, los miles de espectadores se encaminaron hacia
los puestos de venta de refrescos. En el campus universitario no se permitía el
expendio de bebidas alcohólicas, incluida la cerveza. Las filas eran largas
frente a las refresquerías, atendidas por estudiantes universitarios. Mario
optó por tomar leche fría en lugar de gaseosas y pregunta a Javier, un
compañero del grupo, cómo se dice leche en inglés.
-Milk
, le responde.
Se
coloca en la larga fila, en la que tardó cerca de cinco minutos para llegar
hasta la ventanilla de expendio de leche y se dirige a un estudiante rubio que
atendía a los compradores.
-Klim,
please, requiere Mario.
-What
do you say?, pregunta el vendedor.
-Klim,
vuelve a repetir.
-I
don’t understand, le dice el vendedor y pasa de inmediato a atender al
siguiente de la fila.
Desorientado,
Mario se acerca de nuevo a Javier para que le repita cómo se dice leche en
inglés.
-Milk,
le reitera, M-I-L-K, deletrea.
Colocado
otra vez en la cola, repite mentalmente varias veces las letras para no
olvidarlas, y luego de otros cuatro minutos llega ante el muchacho rubio y
formula su pedido.
-Klim,
please.
What
do you say?, vuelve a inquirirle.
-Klim,
repite Mario, poniéndose rojo como una manzana.
-
No le entiendo, le dice en castellano el muchacho rubio, creyendo que Mario era
mexicano. Pero, ofuscado como se encontraba, no llega a darse cuenta de que le
hablaba en su propio idioma.
-Klim,
klim, repite con insistencia, en lugar de decir simplemente leche.
Por
fortuna, Javier estaba cerca y acude inmediatamente en su auxilio.
-Milk,
le aclara al vendedor.
-Hace
rato que debió decir leche, en lugar de esa palabra tan extraña, retruca en
castellano el encargado del puesto de venta.
Lo
que éste no sabía es que KLIM es la marca de la leche en polvo que Mario tomaba
desde niño y que, al repetir varias veces las mismas letras, terminó finalmente
confundido.
Otras
obras de Ramos Sánchez son: Cuando se aleja el tren y El provocador.
Escritor,
economista y actual presidente del Banco Central de Bolivia
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