Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Ricardo Aguilar A.
Ha pasado casi medio siglo (45 años) de la
Revolución Universitaria de 1970. Sin embargo, si uno observa lo que sucede en
Cochabamba, con un Consejo Universitario (Resolución 01/15 del 7 de abril) que
pretendió titularizar a los docentes sin que haya un examen de competencia, es
evidente la distancia entre aquel hecho histórico y el presente.
¿Cómo fue, por qué sucedió la Revolución
Universitaria que instituyó el cogobierno paritario docente-estudiantil? Uno de
los protagonistas, Alfonso Velarde, relata sobre el contexto, las razones y los
hechos que se sucedieron y cambiaron las estructuras de la educación superior
pública en Bolivia.
Después de la breve efervescencia que provocó la
Revolución de 1952, emoción que se apaciguó tras una crisis económica, el
movimientismo logró gobernar, no sin dificultades, hasta 1964. Ese año
comenzaría una seguidilla de golpes de Estado militares que solo terminarían en
1982.
A la llegada de René Barrientos Ortuño en 1964 precedió la
ocupación de la universidad por parte de la derecha más
conservadora. Durante el barrientismo se tenía una universidad “controlada por
la masonería reaccionaria y conservadora” y en total contraposición con la
situación política del momento.
A la muerte de este presidente militar (1969), la
gente salió a las calles “a recuperar el país”. Los movilizados tenían sus
reivindicaciones propias, basadas en la Tesis de Pulacayo (documento que marcó
la historia política boliviana del siglo XX). “Es en esas circunstancias en que
se da la Revolución Universitaria, la universidad recibe esa presión social
para convertirse en revolucionaria” (es a partir de ese movimiento estudiantil
que la universidad se declara hasta el día de hoy revolucionaria y antiimperialista).
Durante Barrientos, la institución se había puesto
a su lado para golpear a Víctor Paz Estenssoro, desde la posición de la
derecha. El mes decisivo, sin embargo, fue abril de 1970. “La universidad venía
siendo controlada por la masonería desde hacía mucho tiempo”.
Esta logia conservadora fue construida y alimentada
por el rector Héctor Ormachea Zalles, que ocupó ese cargo por 12 años, desde
1936 hasta 1948. Ormachea (que fue Gran Maestre de los masones: 1939-1940) dio
forma a esa universidad servil al poder de turno que continuó intacta hasta la
Revolución Universitaria, destaca Velarde. “Desde esa época los masones
controlaban la universidad y la política más reaccionaria”, cuenta. A las
carencias de la universidad se sumó esta característica ideológica de una
academia conservadora.
Sin embargo, la contingencia creó la situación
propicia para la revolución estudiantil. Velarde, ese momento estudiante en la
Facultad de Ciencias Exactas, narra que hubo un problema de naturaleza
enteramente doméstica que desencadenó los hechos. Se trató de un conflicto
entre el decano de la Facultad de Derecho, Alipio Valencia, y el rector de la
UMSA de entonces, Carlos Terrazas. “De un conflicto irrelevante, se dio la
intervención de los estudiantes y dieron al conflicto su propio contenido,
cuestionándose que la universidad esté al servicio de la masonería”.
Hay que destacar que los estudiantes bolivianos se
hallaban inspirados en el movimiento estudiantil de mayo de 1968 en Francia.
“Coincide con un ascenso revolucionario no solo en Bolivia, sino en el mundo.
Los movimientos en Francia, la guerra del Vietnam, entre otros”. A raíz de este
conflicto menor, los estudiantes de esa facultad publicaron el documento Bases
Ideológicas de la Revolución Universitaria.
“En esencia, plantea que la autonomía universitaria
ha sido puesta al servicio de intereses reaccionarios, que es hora de que la
universidad vuelva a luchar junto al pueblo y que los estudiantes estamos con
la lucha de los explotados y los obreros por el socialismo”, sintetiza Velarde.
Ese planteamiento central está acompañado con otras
reivindicaciones como, por ejemplo, su punto 4: la Universidad Popular para
estudiantes de clases populares, la formación de cuadros en la clase obrera y
alfabetización (de hecho el Ejército de Liberación Nacional, ELN, lograría
ocultar su proyecto guerrillero en Teoponte, en julio de 1970, bajo la
apariencia de una campaña de alfabetización en esa zona).
Desde la Facultad de Derecho, el movimiento se
generalizó hacia las demás. Se organizó un Comité Central Estudiantil que
desconoció a todas las autoridades. “Con presencia de notarios se precintó el
Consejo Universitario y el Rectorado”. Ovando Candía, el presidente que sucedió
a Barrientos, no se pronuncia sobre las destituciones. “El Comité se constituye
como autoridad máxima. Como no había Consejo, los estudiantes nos hacemos cargo
de la universidad”.
En cada facultad se conformó un Comité
Revolucionario y se hizo un veto político a los docentes que hayan tenido
alguna relación con el barrientismo y la masonería. “No era un veto académico,
sino político. Todo aquel docente que de alguna manera hubiera apoyado al
gobierno de Barrientos, o hubiera tenido alguna simpatía con esa
administración, estaba expulsado de la universidad. Se hizo una depuración en
todas las facultades. Nunca se dijo que era académico, sino político”. Durante
la depuración no hubo violencia, las ex autoridades no aparecieron más. “El
gobierno de Ovando tampoco dijo nada, tenía que cuidarse de ese ascenso”.
En julio de 1970, continúa Velarde, Ovando contrató
al grupo delincuencial Los Marqueses, quienes armados retomaron el rectorado
para la reacción. “Al día siguiente, cuando queríamos entrar, nos recibieron
con disparos”, recuerda. Los estudiantes también se armaron. De la noche a la
mañana acumularon un arsenal. No obstante, las negociaciones en el Arzobispado
dieron “frutos”.
El gobierno manifestó a los estudiantes su
preocupación por lo que estaba sucediendo. “Les dijimos que sabíamos
perfectamente que Los Marqueses habían sido contratados (por el Gobierno), y
que si mañana seguían en el rectorado, nosotros los sacaríamos. Al día
siguiente se habían ido”. La toma duró una semana.
Después de un año de gobierno estudiantil, la
directiva del Comité —formado por un representante estudiantil por cada
facultad (Velarde era uno de los cuatro representantes al ser elegido por la
Facultad de Ciencias Exactas)— llamó a elecciones.
Hubo un frente de todos los docentes que se oponían
a la revolución y Pablo Ramos —que era un docente joven que estaba de acuerdo
con hacer el cambio estructural— ganó la elección. En la plancha ganadora
también estuvo Rolando Costa Arduz, como secretario general.
Por los mismos días, se llamó a elecciones para la
Federación Universitaria Local (FUL) que había quedado desconocida un año
atrás. Ganó el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR). Tal sería el
nacimiento de este partido, que luego llegaría a la Vicepresidencia del país
con la Unidad Democrática y Popular (UDP) y a la Presidencia en 1989.
No
obstante, las fuerzas de la derecha militar no dejarían las cosas como estaban
y no tardaría en llegar el golpe de Hugo Banzer Suárez en agosto del 71, quien
una vez en el poder intervino y cerró la universidad. Los contenidos de la
Revolución Universitaria, no obstante, siguen siendo parte de los principios de
la universidad pública nacional. El cogobierno paritario logrado por los
estudiantes en 1970 continúa vigente hasta nuestros días, si bien fue puesto en
cuestión durante el conflicto de la Universidad Mayor de San Simón en
Cochabamba.
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