Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Cristina Sánchez
“Los
Cuatro [The Four, en inglés] son una manifestación de dios, el amor, el sexo y
el consumo, y aportan valor a las vidas de miles de millones de personas cada
día. Sin embargo, a estas empresas no les preocupan nuestras almas [...] Evaden
impuestos, invaden nuestra privacidad y destruyen trabajos para aumentar sus
beneficios porque… pueden”. En esos términos se refiere el gurú del ‘marketing’
Scott Galloway a Amazon, Apple, Facebook y Google en un libro donde analiza
cómo han erigido sus imperios.
Profesor
de ‘marketing’ en la escuela de negocios Stern de la Universidad de Nueva York,
fundador de L2 —una firma que analiza el rendimiento digital de las empresas— e
invitado ocasional en medios como CNBC o Bloomberg para comentar las tendencias
tecnológicas, Galloway muestra el lado oscuro de los gigantes en ‘The Four: the
Hidden DNA of Amazon, Apple, Facebook y Google’. También lo hace en eventos
donde intenta sorprender a los espectadores arremetiendo con datos y opiniones contra
el poder de “los cuatro jinetes”, con gesto enfadado, lenguaje irreverente y
afirmaciones taxativas.
A
su juicio, estas empresas y sus responsables se han envuelto en un “arcoiris
fluorescente” y han creado “una ilusión” que nos desvía de “su comportamiento
cotidiano”. Durante la última década, han logrado que se hablara más sobre qué
magnate “se parecía más a Jesucristo o debería postularse para presidente” que
de la realidad, que “se parece más al surgimiento de Darth Vader”.
La
cosa está cambiando: nos estamos dando cuenta de que los cuatro gigantes son
“demasiado grandes” y “demasiado poderosos”. No en vano, solo en los últimos
días, dos grandes fondos de inversión que apostaron por Apple acaban de pedir a
la empresa que aborde el problema de “adicción” a los iPhones, algunos
accionistas de Facebook están presionando para la creación de un comité de
riesgos que trate asuntos como las noticias falsas y algunos exempleados de la
red social y de Google se han unido en una organización para estudiar los
efectos negativos de sus creaciones.
A
Galloway le gusta buscar datos curiosos sobre la dominación. Por ejemplo,
señala que el valor conjunto de Apple, Amazon, Facebook y Google se incrementó
en 1,3 billones de dólares (1,06 billones de euros) entre el comienzo de abril
de 2013 y la misma fecha de 2017, una cifra superior al PIB de Rusia (que en
2016 fue de 1,23 billones de dólares, más de un billón de euros). Y, añadiendo
un dato a su comparativa, similar también al de España en ese año (1,1 billones
de euros).
“Creo
que se está formando la tormenta perfecta y es el momento de desintegrar a las
grandes tecnológicas. Y eso no significa destruirlas, sino reparar los mercados
que están fallando”, explica Galloway a Teknautas. Pero, según este provocador
gurú, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿De qué forma se puede poner freno a los
jinetes?
Amazon, “el príncipe de las
tinieblas”
Galloway
lleva años enseñando a sus alumnos una diapositiva al inicio y al final de sus
clases con un dibujo del cuerpo humano: está convencido de que no se puede
crear una organización multimillonaria sin apelar a un instinto o a un órgano.

“Llamo a Amazon el Príncipe de las Tinieblas
porque ocupa una posición única, inversamente correlacionada con el resto del
comercio minorista. El mercado ha decidido que lo que es bueno para Amazon es
malo para el resto del sector, y viceversa”, apunta.
La
compra de la cadena de supermercados Whole Foods hace unos meses (que él mismo
vaticinó unos días antes de que sucediera) puede ser un ejemplo de ese
argumento: tras el anuncio, las acciones de Amazon subieron un 3 %, las de
Whole Foods un 28 %, mientras que las de cadenas como Kroger, Costco, Sprout
Farmers o Walmart bajaban. El propio Galloway considera que no se puede echar a
Amazon la culpa de todo, ya que la “moda rápida” de H&M o Zara ha seguido
creciendo en su país.
La
lucha de Amazon por recortar sus costes sustituyendo a los humanos por robots
—sin meternos miedo sobre el futuro de las máquinas como Elon Musk, Bezos
compró hace un lustro la empresa de robótica Kiva Systems por una cifra
multimillonaria, y 100.000 robots ya forman parte de su ejército—, tiendas
automatizadas —la primera Amazon Go ya ha prescindido de cajeros y hay quien
teme por los más de dos millones de personas que desempeñan ese puesto en
Estados Unidos— y drones que hagan las veces de repartidor el día de mañana.
Sus
almacenes cercanos a las urbes, la popularidad creciente de los altavoces con
el cerebro de Alexa (que Galloway ha calificado como los “iPhones de la próxima
década”) o su negocio en la nube (Amazon Web Services) son algunos de los
ingredientes que hacen a este profesor pronosticar que Amazon adelantará a
Apple y va a ser el primer jinete con una valoración billonaria.
Facebook, el amor… y las
noticias falsas

La
compra de la ‘app’ de mensajería instantánea por excelencia es para él un
ejemplo de que a los gigantes les salen a cuenta las trampas. Bruselas multó
con 110 millones de euros a Facebook por proporcionar “datos incorrectos o
engañosos” en la compra de WhatsApp. Una cifra que, en realidad, supone una
mínima parte de lo que Zuckerberg se gastó en comprar el chat (casi 14.000
millones de euros).
Facebook
es el jinete al que Galloway parece tener más tirria, debido a las primeras
reacciones de la compañía ante el escándalo de las noticias falsas. Al fin y al
cabo, su fundador tuvo que disculparse tras decir que era una idea “loca”
pensar que hubieran influido en las elecciones estadounidenses, y Sheryl
Sandberg, su número dos, negó que fueran un medio de comunicación.
Para
el autor de ‘The Four’ es como si McDonald’s intentara convencernos de que, en
lugar de ser un restaurante de comida rápida, es una “plataforma de comida
rápida” en caso de que su carne nos sentara mal. Pese a ello, la todopoderosa
red social ha tenido que admitir que al menos 126 millones de usuarios en
Estados Unidos se toparon con 80.000 publicaciones vinculadas a Rusia solo
entre 2015 y mediados de 2017. Quizá por ello el máximo responsable de la red
social se ha marcado como meta para 2018 “arreglar Facebook”.
“Mark Zuckerberg es la persona más poderosa
del mundo sin un botón. Su plataforma tiene el poder de influir en las
elecciones y alterar nuestro estado de ánimo”, afirma Galloway. “Pienso que
Mark Zuckerberg preferiría ponerse a diario las Spectacles de Snap que hacer
algo malo para su negocio”.
Google, el “dios moderno”

Google
se ha convertido en “una utilidad pública” y en una presencia “ubicua”, alerta
en ‘The Four’. Cree que solo la Comisión Europea trata de pararle los pies.
Hace unos meses, Bruselas impuso al buscador una multa récord de 2.420 millones
de euros por abuso de poder dominante con Google Shopping, al considerar que
prioriza sus propios resultados sobre los de los competidores.
De
hecho, este profesor vivió en primera persona el choque de ese dios con otra
gran empresa. Entró a formar parte del consejo de administración de The New
York Times en 2008, como gestor de uno de los dos ‘hedge funds’ que se hicieron
con casi un 20 % de las acciones de la editora, con la mente puesta en evitar
que Google siguiera rastreando su contenido gratis. Solo lo fue durante un
corto periodo de tiempo: según relata en el libro, sus propuestas no pasaron la
criba (por ejemplo, fichar como CEO a Eric Schmidt, el que fuera mandamás de
Google), y cuando se marchó, las acciones valían bastante menos. En aquel
momento no quiso dar explicaciones.
Apple y sus productos sagrados

El
hecho de que algunos defendieran al gigante cuando se negó a desbloquear el
iPhone del tirador de San Bernardino (una decisión que él sí criticó) o los
malabarismos fiscales de la firma de la manzana mordida son algunas de sus
críticas. Ahora, los de Cupertino acaban de anunciar una masiva de repatriación
de capitales tras la reforma tributaria favorecedora del presidente Trump.
¿Y ahora qué hacemos?
Si
la tormenta perfecta está a punto de comenzar, ¿qué hay que hacer para reparar
los mercados como Galloway defiende? El experto ofrece algunas ideas genéricas:
“En vez de cuatro firmas, debería haber diez. Deberíamos tener un ecosistema que
estimule el crecimiento de empleos y ampliar la base imponible” de estas
empresas, para que tributen por cifras más cercanas a sus verdaderas ganancias.
Texto elaborado en base a la exposición de Scott Galloway en TED "Cómo Amazon, Apple, Facebook y Google manipulan nuestras mentes"
y Twitter: @escuelanfp
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