Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Freddy Morales
Hubo una época en que la “prueba de amor” en una relación de pareja era, especialmente para la mujer joven, tener sexo. Y conllevaba un riesgo: los embarazos no deseados a una edad demasiada temprana. Era una especie de trampa de los varones para “aprovecharse” de las señoritas, decían las abuelas, quienes defendían a capa y espada la virginidad de las jovencitas.
Recientes estudios sobre el comportamiento de los jóvenes en la relación de pareja, elaborados sobre todo para detectar rasgos de la violencia de género, han revelado que la obligación de practicar sexo para demostrar que se ama a la otra persona habría sido destronada por unas simples claves: las de las nuevas tecnologías.
En efecto, tal parece que ahora la mayor “prueba de amor” que se puede exigir a la pareja consiste en revelar las claves de los teléfonos celulares, las tabletas, el correo electrónico, así como las cuentas en las redes sociales utilizadas para relacionarse con otras personas como Facebook. Asimismo, con Google como aliado se puede ejercer un control extraordinario: “Envíame tu ubicación”. Mandas las coordenadas a través de tu celular, y tu ubicación exacta sale casi al instante. A partir de ese dato, te salvaste o estás en problemas.
Son las nuevas formas de control de la relación de pareja. Si no tienes nada que esconder, caes en este “juego” y revelas las claves que esconden tus secretos, tus conversaciones, tus miedos, tus sueños, tus amistades, tus encuentros, tus desencuentros, tus contactos. Hace un tiempo se conminaba con un si me amas, entrégate. Ahora el estribillo es: si me amas, entrega tus claves.
Lo revela un estudio realizado por organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, preocupadas por el aumento de la violencia de género incentivada por el machismo que, contra todo pronóstico, en vez de disminuir se mantiene casi intacto entre las nuevas generaciones.
Los datos preocupan porque hace muchos años que se lucha contra el machismo y se reivindica el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres como apuesta por una sociedad mejor. Y claro, uno se reconforta con la esperanza de que las nuevas generaciones lo harán mejor.
Más allá de lo anecdótico que puedan parecer las nuevas pruebas de amor, detrás de las exigencias de fidelidad cifradas es posible que se esconda una persona potencialmente violenta; decidida a castigar; pero sobre todo atormentada. Y puede ser hombre o mujer.
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