Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carla
Espósito Guevara
Una
verdadera polémica se desató en Bolivia a raíz de la Pintura realizada por la
artista Rilda Paco en la que figura una imagen de la virgen en tanga roja,
mientras tres personajes del carnaval la observan con botellas de licor en las
manos. Por un lado los grupos religiosos católicos condenaron la imagen como
una ofensa irreparable a su religiosidad, por otro, varios grupos la
defendieron en nombre la libertad de expresión y hay quienes la defendimos
viendo en ella una denuncia a la hipocresía de la religión y las complicidades
que esta tiene con el patriarcado.
Inmediatamente
la pintura se hizo conocida la Gobernación de Oruro, al más puro estilo de la
santa Inquisición, inició un proceso legal contra la artista, quien sabe con
qué cargos, argumentando que la pintura osó “desprestigiar la santísima Virgen
del Socavón y pretende destruir la patrimonialidad e intangibilidad del
Carnaval de Oruro”. En efecto, la Gobernación de Oruro olvidó que el estado en
Bolivia es un estado secular, que respeta la liberta de expresión, por tanto,
no es posible que bajo esta constitución se enjuicie a los ciudadanos por
delitos religiosos como la “herejía”.
Pero
más allá de los excesos del gobernador de Oruro, la polémica por la pintura,
sin duda nos transparentó como sociedad en nuestros prejuicios y limitaciones
mentales, sacando a flote los niveles ocultos de intolerancia y machismo que se
esconden tras la “fe” religiosa y las fiestas patronales. No otra cosa señalan
las amenazas de los fanáticos religiosos quienes usando amenazas de violación,
la tildaron de "prostituta", de "ignorante" y de "una
vergüenza para el país".
El
conflicto puso en evidencia los profundos entrelazamientos que existen entre la
religión y el machismo. La relación entre la religión y la opresión de la mujer
es histórica, no por nada miles de mujeres en Europa perecieron en las piras de
a santa Inquisición. Los dogmas católicos son y han sido el sustento ideológico
de la represión de la sexualidad femenina y de su sumisión. La religión
católica tiene un carácter androcéntrico innegable y las “enseñanzas” divulgadas
a partir de lecturas bíblicas pueden llegar a legitimar incluso la aceptación
pasiva de la violencia contra las mujeres.
Si
bien Rilda Paco tuvo una intensión critica, una forma de protesta ante el
excesivo consumo de bebidas alcohólicas en la fiesta del Carnaval de Oruro y
buscó con ella desenmascarar a "los falsos devotos" y representar en
ella a todas las mujeres vistas como objeto en el Carnaval de Oruro,
lamentablemente su crítica no fue más allá de la “religión bien practicada” y
no buscó criticar la propia fe religiosa en su poder opresor contra las
mujeres. No obstante, en mi opinión, la pintura fue más allá de las intenciones
de la artista y su obra puede muy bien ser leída incluso como una protesta
contra los dogmas católicos que históricamente reprimieron la sexualidad
femenina, constituye asimismo una invitación para reflexionar las complicidades
entre el patriarcado, la violencia machista y los dogmas religiosos.
Lo
que extraña es por qué escandaliza tanto ver a la virgen en tangas y no
escandalice más las violaciones que la iglesia comete contra los niños, la
violencia simbólica en torno a las mujeres en la fiesta del carnaval y la
violencia de los dogmas católicos contra las mujeres todos los días.
Aparentemente Bolivia está lejos de una verdadera revolución ideológica. La
chatura del debate en torno a la pintura de Rilda Paco y los argumentos en
defensa de la sacralidad de la virgen señalan la permanencia casi incólume de
valores coloniales y patriarcales profundamente arraigados en nuestra sociedad.
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