Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carola Campos Lora y Edgar Ramírez Santiesteban*
Se trata de uno de los cuadros obreros y
políticos más sólidos del Partido Comunista de Bolivia. Organizó la resistencia
contra las tropas de ocupación en la fatídica noche de San Juan, y al igual que
César Lora e Isaac Camacho, fue un blanco político del régimen barrientista
para erradicar el comunismo de las minas y aplastar al movimiento obrero
Rosendo García Maisman, asesinado el 24
de junio de 1967 a los 32 años de edad, fue un blanco selectivo del Gobierno de
René Barrientos. Era uno de los dirigentes más temidos del régimen, por su
cualidad de cuadro obrero. “Heroico en la lucha, abnegado en el trabajo, capaz
como ninguno en la organización, es el símbolo de las luchas mineras en el
país. Murió como los héroes de la clase obrera, defendiendo a su clase y
luchando contra los explotadores”, dijo en su memoria el Partido Comunista de
Bolivia. [1]
Nació el 1° de marzo de 1935, en Salinas
de Garci Mendoza, “caserío indígena del altiplano boliviano, próximo a la
frontera con Chile”. Sus padres Pablo García y Honorata Mamani, cultivaban papa
y quinua en tres hectáreas de terreno y poseían cien ovejas y doce llamas.
Desde niño se forjó en el duro trabajo agrícola, llevando sus productos al
Salar de Uyuni, Oruro y poblaciones en la frontera con Chile. A los 18 años se
enroló en el servicio militar. “Allí un oficial autoritario le cambia el
apellido materno y, en vez de Mamani, le inscribe como Maisman. Segundo apellido
con el que le entregan sus documentos de ciudadano y que a pesar suyo debió
llevar toda su vida”. [2] A la muerte de su padre, su hermano Wenceslao
enrumba a las minas de Siglo XX, a quien le sigue e ingresa a la Sección Azul
como Alarife (1954), destaca por sus cualidades de “firmeza, espíritu de
solidaridad y como buen futbolista” y ejerce ocupaciones de Muestrero, Carrero
y Perforista. En Siglo XX conoce a una joven obrera, Felicidad Coca Sierra, con
la que se casa el 10 de marzo de 1965. [3]
Trayectoria sindical

Trayectoria política
A diferencia de la mayoría de los obreros
que se sumaron al MNR, Rosendo García se afilió al Partido Comunista de Bolivia
(diciembre, 1955), incorporándose a los programas de educación del partido,
donde estudió economía y filosofía marxista. Con esta decisión: “Lentamente se
sacude de los prejuicios pequeño-burgueses y afirma la conciencia de la clase
obrera. Allí nace de nuevo. Se acaba la existencia del campesino arisco y
sumiso y emerge el ser humano de reclama sus derechos y se integra a la lucha
del pueblo”. [8] El Partido lo cataloga como “obrero de avanzada”, lo incorpora
al Comité Regional de Llallagua y participa en la educación de decenas de
militantes. Asiste como delegado de base al primer congreso del PCB. Por sus
cualidades lo envían a la Escuela Superior de Cuadros en Moscú (1962).El II
Congreso del PCB lo incorpora en el Comité Central y en el Buró Político (1964).
El 27 de abril de 1964 se reúne en Siglo XX el Congreso Popular, [9] siendo uno
de los fundadores del Frente de Liberación Nacional (FLIN), que propone: “Recuperar
las riquezas naturales para su explotación y comercialización en beneficio del
país. Desarrollar y fortalecer la industria minera. Industrializar y
diversificar la industria minera, aprovechar las fuentes de energía y crear las
bases de una industria pesada. Elevar las condiciones de vida y de cultura del
pueblo, proteger la salud, liquidar el analfabetismo; acabar con la
desocupación y los salarios miserables; mejorar las condiciones de vivienda y
garantizar las libertades democráticas y sindicales en beneficio del pueblo;
liquidar los aparatos antipopulares”. [11] El FLIN terció en las elecciones
nacionales de 1964 y 1966 como el único instrumento político del pueblo.
Golpe Militar y Restauración
El MNR, cooptado por EE.UU., prisionero
de la embajada norteamericana y del Ejército, se mueve en dos frentes. Afín de
congraciarse con EE.UU. “va rodando de capitulación en capitulación: indemniza
a los ex Barones del Estaño, suspende las afectaciones de tierras, decreta la
estabilización monetaria, aprueba un código del petróleo entreguista, abre las
puertas a asesores y agencias neocolonialistas, da ventajas excepcionales a
elementos del clero internacional para que se apoderen de la educación”. 11 En
el frente interno, anula el control obrero, desconoce el fuero sindical,
disuelve las milicias obreras, ordena la represión en San José y la matanza de
Sora Sora. EE.UU. “manipula a sus agentes para dar una salida reaccionaria a la
crisis a través del golpe de Estado”, encabezado por el Vicepresidente Gral.
Barrientos, que cuenta con el apoyo de viejos partidos de izquierda desplazados
por el MNR. El 4 de noviembre, un “Comité Revolucionario del Pueblo”, plasma el
golpe de Estado que implanta la dictadura militar antiobrera. Detrás está la
CIA. Las compañías norteamericanas y la oligarquía se apoderan de la economía y
puestos claves del Estado. “La CIA está metida hasta la sopa. Hay un clima de
intimidación permanente y los intentos de reorganizar los sindicatos son
ahogados en sangre”. [12] Es el “Sistema de Mayo” de la diáspora minera y las
“Listas Negras”: cientos de trabajadores y sus familias vagan mendigando de
pueblo en pueblo, de empresa en empresa. Los exmineros eran echados de todas
partes. Vino la segunda matanza, en Siglo XX, el 20 de septiembre, en el que 18
trabajadores son asesinados, entre ellos su camarada Claudio Espejo.
Desde “La Voz del Minero”, en un
comunicado del Sindicato de siglo XX, el mismo 4 de noviembre García “supo
señalar el peligro que representaba el advenimiento de la bota militar”. [13]
Cayó varias veces preso y fue torturado. Cuando la FSTMB decretó la huelga
general indefinida, García la consideró como una “acción precipitada en el
momento escogido por la dictadura”, que respondió con brutalidad: declaró Zona
Militar a los centros mineros, desconoció los sindicatos, reprimió
violentamente a los fabriles, ocupó a sangre y fuego los centros mineros de
Milluni, Viloco, Kami y el Consejo Central Sud. Rosendo García “organizó la
resistencia, realizando guardias nocturnas a la cabeza de las patrullas
mineras, buscando ubicar las avanzadillas del ejército” y denunció que “a la
ocupación militar de las minas le siguió la “fuga de los valientes”, es decir,
la deserción en masa de los dirigentes políticos y sindicales que habían
apoyado el golpe”. Centenares de trabajadores fueron confinados al trópico,
exiliados al Paraguay, Argentina y Chile. El Comité Regional de Llallagua del
PCB le ordenó exiliarse en Chile, pero junto a dos camaradas caminó más de 200
kilómetros hasta su pueblo natal, donde fe delatado, apresado y trasladado a
Oruro y de allí desterrado a Argentina. Retorna clandestinamente para
reincorporarse a la lucha de la clase obrera. En ese tiempo junto a su
compañera, sobrevive de la solidaridad del Partido.
Las fogatas de San Juan y el Caballo de
Troya de la Masacre
La presencia del Ché en Bolivia, reaviva
el movimiento obrero y sindical, que debate sobre el apoyo al movimiento
guerrillero. La FSTMB convoca al Ampliado Nacional Minero en Siglo XX, el 24 y
25 de junio de 1967. García esclarece el papel de vanguardia del Partido y de
la clase obrera en la revolución antimperialista. Concibe un plan para salvar
con un golpe audaz al grupo insurgente y sacarlo del cerco del ejército,
brindándose a ejecutar la operación. Se afirma que es rechazado por el Ejército
de Liberación Nacional. [14] Rosendo García, ejerce las funciones de redactor
de la emisora sindical “la Voz del Minero”. El viernes 23 de junio arriban
delegaciones de fabriles y de otras ramas laborales. Rosendo García los recibe
con una tradicional fogata: “se dicen discursos, circulan los ponches y el frío
parece disiparse con el calor que irradia la solidaridad obrera”. [15] Los
mineros preparaban con mucha expectativa la fiesta de San Juan. Se recoge
callapos de la mina, los niños recolectan arbustos espinosos “khiskas” de los
cerros, reúnen ropa vieja y todo lo que pueda quemarse. Las fogatas empiezan a
encenderse al caer la noche, a su alrededor se reúnen las familias, “olvidan
las penas, beben té caliente ‘curado con alcohol’ y en cada trozo de la leña
que arde en llamas se reflejan los deseos de que la vida cambie, para que haya
mejor existencia”. [16] Otros leen la suerte en estaño derretido. Nadie
sospechaba que en las bodegas del tren venía un ejército. Era el Caballo de
Troya que escondía la muerte.
El asesinato de Rosendo García Maisman
A las cuatro de la madrugada Rosendo
Maisman, en compañía de dos trabajadores se dirige al campamento “La
Salvadora”. Allí descubre la presencia del Ejército y observa que decenas de
trabajadores fueron apresados. Los mineros cubren su huida y Rosendo se dirige
al Sindicato para activar la sirena de alarma, pero nadie le dio importancia
pues a esa misma hora, todos los días, la sirena llamaba a los obreros al trabajo.
Desde la emisora minera está transmitiendo música popular, denuncia la
presencia del Ejército en los campamentos. Su asesinato fue relatado por los
testigos: “Rosendo no descansa un instante. Sabe dónde están sus camaradas y
amigos. Les informa sobre la situación, se disponen medidas de seguridad. Toma
un arma de la guardia sindical. Advierte que la sede sindical y la radio están
bajo control militar. Se dirige a la plaza donde se han reunido pequeños grupos
de trabajadores que protestan por la brutal actitud del gobierno. El obrero
José Espinoza protesta ante un oficial que le responde disparándole en la
pierna. Desde ese momento todo el que transita por las calles es recibido por
la soldadesca con una ráfaga de metralleta. Los obreros que se quedaron en la
plaza observaban indignados este cuadro de terror. Rosendo García está junto a
ellos. Deciden entonces combatir. Se organizan en un pequeño comando y tratan
de recuperar la sede sindical mediante un golpe audaz. Ante la superioridad
numérica y el poder del fuego enemigo nada pueden los pocos petardos de
dinamita. García Maisman que encabeza al grupo cae preso. Le identificaron
–dicen los testigos- y el jefe de la Dirección de Investigaciones Criminales le
disparó en medio de las fosas nasales cuando dos esbirros le sostenían del
brazo. Una mujer reconoció al dirigente y rompió en llanto gritando: “usted lo
mató”. Le respondió a la mujer otro disparo de fusil”. [17]
Junto a Rosendo García cayeron sus
camaradas Cupertino Caballero (Siglo XX), Humberto Sanabria (Bienestar) e Isaac
Cazorla (Veneros), que se suman a otros trabajadores Asesinados por el
Ejército. Su entierro congregó a miles de trabajadores que acompañaron su
féretro al Cementerio General de Llallagua. La prensa de Oruro expresó su repudio,
afirmando que “lo que más indigna en estos distritos mineros es la forma como
actuó el ejército, varios murieron y otros cayeron heridos por disparos a corta
distancia. Los soldados lanzaron además granadas al interior de las viviendas
haciendo perecer niños y mujeres”. La masacre conmocionó al país entero,
provocando reacciones a nivel internacional que criticaron la acción del
Ejército. Los informes oficiales eran contradictorios: las autoridades
militares afirmaron que habían disparado “en defensa propia”, luego
rectificaron indicando que “las fuerzas del orden tuvieron que actuar ante la
agresión de elementos ebrios que, portando armas de fuego y dinamita, mataron a
un oficial e hirieron a varios soldados”, y tratando de justificar la masacre
señalaron “que habían ocupado los distritos mineros con el exclusivo objeto de
capturar a los elementos pro-guerrilleros”. El Ministerio de Gobierno afirmó
“que agitadores se preparaban a asaltar el puesto militar de Lagunillas”.
Finalmente, el General Barrientos –asesorado por extranjeros—asumió toda la
responsabilidad por la ocupación del centro minero de Siglo XX y se jactó de
ser quien ordenó la masacre.
*Historiador, Archivista y exdirigente de
la FSTMB y de la COB, respectivamente.
1 Ladislao Vera Luján. “Ejemplo de
heroísmo: Rosendo García Maisman”, en Marxismo Militante, No. 4, 1969, pp.
19-27.
2 Ibidem.
3 Tuvo dos hijos: Iván Saúl, nacido el 4
de enero de 1966 y Judith Rosario nacida el 4 de noviembre de 1967, a quien no
llegará a conocer
4 Compartió la dirigencia junto a los
dirigentes Zacarías Gutiérrez (Secretario de Actas), Daniel Ordoñez (Secretario
de Hacienda), Valerio Romero (Secretario de Cultura y Educación), Froilan
Hervas (Secretario de Conflictos-Mina), Lucio Arenas (Secretario de
Conflictos-Mina), Felipe Villanueva (Secretario de Conflictos-Talleres),
Francisco Herrera (Secretario de Conflictos Planta Sink and Float), Esteban
Rosales (Secretario de Asistencia Social y Deportes), Juan Poveda (Secretario
de Prensa y Propaganda), Constantino Murillo (Secretario de Vinculación
Sindical), Juan Gonzales (Secretario de Cooperativas) y Félix Díaz (Secretario
de Asuntos Campesinos). Propaganda del FUS. Documentos políticos del Partido
Comunista. Archivo de RGM.
5 El Control Obrero y las Milicias
Armadas se suprimieron durante el segundo gobierno de Paz Estenssoro, como
condición para el Plan Triangular y la Alianza para el Progreso.
6 Ladislao Vera, op. Cit.
7 Recibos firmados conjuntamente con
Víctor López Arias. Archivo personal de Rosendo García Maisman.
8 Ladislao Vera, op. Cit.
9 Asistieronn 207 delegados en
representación de 43 organizaciones de obreros, campesinos, maestros,
estudiantes, universitarios, cooperativistas y personalidades políticas.
Archivo de Rosendo García Maisman.
10 Ladislao Vera, op. Cit.
11 Ibidem.
12 Ibidem.
13 Archivo personal de Rosendo García
Maisman.
14 Ladislao Vera, op. Cit.
15 Ibidem.
16 Ibidem.
17 Ibidem.
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