Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Lourdes
Montero
La semana pasada, la Asamblea Legislativa
decidió declarar desierta la convocatoria para postulantes al Tribunal
Constitucional Plurinacional y al Tribunal Supremo de Justicia. Esta decisión
se debe a que, para el proceso de preselección de candidatos, no se llenaron
los cupos que exige la ley, sobre todo de mujeres e indígenas. De los 325
candidatos/as habilitados para la siguiente etapa, tan solo 94 son mujeres y 77
se autoidentificaron como indígenas.
La pregunta que nos hacemos todos es,
después de tantas luchas por participar y alcanzar la paridad en el mundo
público, ¿por qué tan pocas mujeres e indígenas se postularon a las elecciones
judiciales? Intentaré compartir algunas ideas que nos permitan abrir el debate.
Solo me voy a referir a las mujeres por ser el tema con el que tengo
familiaridad, pero estoy segura que muchos de estos argumentos se pueden
extrapolar a los/as indígenas.
En Bolivia la participación de las
mujeres como ciudadanas plenas es muy reciente. Las mujeres fueron y siguen
siendo socializadas para ocuparse de las labores “propias de su sexo”, que
tiene relación con el gobierno del hogar, aseo de la casa y cuidado de niños.
En resumen, todas aquellas labores que liberan el tiempo de los hombres para
ocuparse de “lo importante”, en este caso, lo público. Michelle Obama ilustra
esta expectativa social sobre las mujeres cuando recuerda: “La maestra le
preguntaba a mi hermano ‘¿qué carrera quieres estudiar?’, pero a mí me
preguntaba ‘¿con qué tipo de hombre te quieres casar?’”.
Esta socialización opera muy
eficientemente para “convencer” a las mujeres de su supuesta incapacidad para
participar en política, manteniéndolas al margen de ésta. Esto explica que
muchas mujeres muestren inseguridad al momento de competir, sintiendo que no
cumplen con los requisitos meritocráticos necesarios y enfrentando desconfianza
a ser evaluadas por miedo al ridículo. Muchos estudios han demostrado cómo
mujeres mejor capacitadas y con experiencia no logran vencer su turbación al
hablar en público. Y es que todavía lo público constituye un medio hostil para
las mujeres.Y de esta hostilidad surge la tercera razón por la que muchas
mujeres no quieren postularse a cargos públicos. Y tiene que ver con la
eficiencia con que opera el acoso político y sexual como bloqueador para el
desempeño público de las mujeres. Y es que la integración de las mujeres al
mundo público todavía implica enfrentarse con un mundo hostil donde no es
bienvenida y cotidianamente se cuestiona la legitimidad de su presencia. A esto
se suman los 346 casos de acoso político denunciados que se mantienen en la
impunidad, convirtiéndose en eficaces disciplinadores contra la presencia de
mujeres.
Así, las mujeres en el mundo público
deben elegir entre buscar la igualdad a través de un modelo de liderazgo
masculino que las convierte en “mujeres con bigote”, o refugiarse en su
diferencia, es decir, ocuparse solo de problemas femeninos, niños y
minusválidos, con lo cual serán políticas “de segunda”. Y es que en nuestra
política todavía la cultura de la exclusión goza de buena salud.
La ausencia de mujeres en las elecciones
judiciales nos demuestra que reconocer la igualdad de hombres y mujeres en la
nueva Constitución Política del Estado y buscar la paridad en la representación
es solo el primer paso de un largo proceso de cambio de mentalidad que permita
avanzar hacia un sistema en el que auténticamente haya igualdad de
oportunidades.
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lourdes falto el 4to motivo.Que las mujeres capaces y con meritos no se presentaron por que no estan dispuestas a ser monigote de nadie. Como tampoco se presentaron en varones mas que aquellos dispuestos a negociar su cargo y luego negociar con la justicia como ha ocurrido hasta ahora.
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