Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Yuri Tórrez
Un día después del referéndum constitucional,
con base en los resultados no oficiales difundidos en los medios de
comunicación, el presidente del Estado, Evo Morales, sostuvo que la fidelidad
electoral de las áreas rurales hacia su partido se debe principalmente a una
suerte de “pacto de sangre”, y que su derrota en el ámbito urbano se explica
porque en las “ciudades no me quieren”, situación que en esta coyuntura fue
particularmente azuzada por intermedio de las redes sociales. A continuación se
analiza la polarización electoral en términos del clivaje urbano/rural del
referéndum constitucional del domingo.
La tendencia rural a favor de la opción del Sí
está poniendo hoy en vilo la confirmación del veredicto final, contribuyendo a
tejer incluso una probable hipótesis de fraude entre quienes apoyaron la opción
del No. Históricamente recordemos que el voto del sector rural modificó
sustancialmente los resultados (pre)anunciados por las empresas encuestadoras.
Esta votación rural se explica principalmente por los mecanismos identitarios
que siguen presentes entre el líder y sus bases sociales, incluso a pesar de
las denuncias de corrupción en el Fondo Indígena, donde los
indígenas/campesinos son los directos perjudicados.
Para los sectores rurales o/y rurales-urbanos
la presencia de un “indio” en el poder todavía tiene un efecto simbólico y de
posibilidades propias. Si bien Evo tiene una mirada nacional-popular, la fuente
de su liderazgo se asienta sobre todo en el movimiento campesino e
indígena.
Quizás el “voto duro” se condensa por medio de
este fuerte tejido identitario, que en muchos casos viene como mandato de sus
formas originarias, donde orgánica y colectivamente se va definiendo el voto.
En rigor, esa indisoluble ligazón entre los sectores campesinos/indígenas con
el Presidente, devenida desde hace una década, configuró ese “voto duro” a
partir del cual el Mandatario proyectó a posteriori su hegemonía política
incluso para captar a los sectores urbanos.
Mientras tanto, en esta última elección, los
sectores urbanos fueron definiendo su opción por el No sobre la base de
cuestionamientos y rupturas previas al Gobierno, y afianzaron su posición
mediante las redes sociales, donde no faltó materia prima. Así, esta opción
ganó en todas las ciudades capitales, lugar donde hallamos a las clases medias,
conectadas a los flujos de la “nube”. Según proyecciones, en Bolivia de cada 10
personas cuatro tienen acceso a internet, sobre todo en el área urbana. Este
dato es importante, pues ahí hallamos a una población volátil (“digital”, diría
Marcelo Durán) en su comportamiento electoral, que en los últimos 10 años se
adhirió al proyecto hegemónico del Movimiento Al Socialismo (MAS), marcada por
las contingencias de la coyuntura electoral, es decir, no es un voto duro.
De allí que, a raíz de las denuncias de un
presunto tráfico de influencias que a diferencia de otras denuncias de
corrupción llegó a la propia imagen presidencial y la quema provocada a la
Alcaldía de El Alto (con un saldo trágico de seis personas fallecidas), se
generó un ambiente de crispación en las redes sociales, afincando a los
sectores medios urbanos a favor del No, que (aparentemente) provocó su
victoria. Al respecto, la periodista Amalia Pando, quien alentó esta opción,
dijo: “Gracias a las redes sociales se debe esta victoria”. Y, en la otra
orilla, el propio Presidente sin aspavientos anunció: “Hay que debatir el tema
de las redes sociales”.
El
autor es sociólogo
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