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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Porque ya van 10 años de la Asamblea Constituyente



Por: Rosalía Del Villar Hinojosa
Desde la Colonia los pueblos indígenas originarios campesinos, expresaron su indignación por sentirse ignorados por un Estado que supuestamente los representaba, pero que nunca los hizo parte de la toma de decisiones. La primera marcha indígena en 1990 nos dejó asombrados a los citadinos de La Paz, como viendo otro país, como viendo otra Bolivia, no reconocida hasta entonces. Y la Marcha de los Pueblos Indígenas por la Asamblea Constituyente el año 2002, marca un hito hacia la construcción de un Estado Plurinacional. 
El descontento, la impotencia, se hacen más fuertes al iniciarse el Siglo XXI, evidenciando la necesidad de unificarse entre movimiento urbano y rural, con demandas diferentes pero con carencias similares y con un sentimiento común muy fuerte. Sentirse rechazados, excluidos, “vilipendiados”, sin derecho a que su voz sea escuchada y resignándose a simplemente emitir su voto: un voto gastado, cansado,  que era evidentemente ignorado por una élite que se enriquecía a costa del pueblo.
La “Guerra del Agua” el año 2000, Febrero Rojo y Octubre Negro el año 2003, la transferencia de mando de Carlos Mesa a Rodriguez Veltzé el año 2005 y la determinación de Convocatoria a Elecciones el mismo año 2005, expresan una crisis de gobernabilidad tradicional, el cansancio del pueblo de la forma de hacer Estado, y la necesidad de ese pueblo de gobernarse asimismo.
Esta acumulación de acciones va marcando un proceso preconstituyente reflejado en dos corrientes de transformación del Estado a través de la modificación de la Constitución Política del Estado. Una primera propuesta, como resabio del Estado Republicano es la conformación  de un Concejo de Notables, que entre el año 2002 y 2005, plantearán reformas constitucionales y que luego se expresarán en la Asamblea Constituyente como la corriente de CONSTITUYENTE DERIVADA.
La segunda corriente que empieza a gestarse a mediados de los años 90, es fundamentalmente popular y converge la propuesta urbana y rural desde el pueblo, expresada en el PACTO DE UNIDAD, y propondrá la Refundación del Estado, con una CONSTITUYENTE ORIGINARIA. Ésta propuesta será debatida ampliamente entre los pueblos indígenas de oriente, los pueblos originarios de occidente y los campesinos, a través de ampliados y congresos, hasta consolidar la única propuesta completa de texto constitucional que será presentada en las diferentes Comisiones de la Asamblea Constituyente y se convertirá en una especie de hilo conductor del debate constituyente y que lejos de quedarse estanco continuará contribuyendo desde la sabiduría del pueblo en un proceso constante de retroalimentación entre los representantes constituyentes y el soberano, el mandante, EL PUEBLO.
Este escenario va configurando ya una pugna de poderes que marcará el desarrollo de la Asamblea Constituyente, una lucha entre lo tradicional y la nueva forma de hacer política.  
El 6 de Agosto del año 2006 llegamos a Sucre 255 representantes, “demasiados” pensaban algunos, “muy diversos”, “muchos indios para una ciudad tan culta”, pensaban otros. LLEGAMOS. Fue el primer encuentro convocado por el Estado, que expresaba la absoluta diversidad que somos las bolivianas y los bolivianos.
Definitivamente fue un encuentro en un desencuentro. Por ejemplo, yo no sabía que en Tarija había Altiplano (Patcaya) y otros no sabían que La Paz tenía Amazonía. Dieciséis fuerzas políticas, mientras el MAS representaba a 144 constituyentes en alianza con el MBL, existían partidos con un solo representante; 88 mujeres; contábamos con una chola paceña representante de Santa Cruz, nuestra compañera gremialista Dora Arteaga; habían guaraníes, kallawayas, gremiales, empresarios, profesionales, dirigentes sindicales, demasiada diversidad a la cual no estábamos acostumbrados a reconocer y más aún todas y todos de igual a igual; expresados todos en un mismo lugar y con el mismo rango.  Demasiada huella colonial en nosotras y nosotros mismos, para deconstruir en un solo tiempo. 
Tardamos siete meses en definir si la Asamblea Constituyente era Originaria o Derivada, que se expresaba también en los dos tercios o la mayoría absoluta que representaba el MAS; debido a que eran dos posiciones definitivamente encontradas, se planteó un híbrido entre ambas para aprobar a Constitución Política del Estado; la siguiente alternativa casi inmediata, sino yo más bien diría a la par,  fue iniciar el proceso de comisiones, la presión del pueblo lo esperaba y afortunadamente nos obligó a cumplirla.
Durante todo el funcionamiento y principalmente en la etapa de Comisiones, durante los encuentros territoriales que llegaron a las 9 ciudades capitales de departamento, a la ciudad de El Alto, y también algunas comisiones viajaron a territorios específicos; por ejemplo la Comisión de Fronteras llegó a Bolpebra; llegaron un aproximado de dieciséis mil propuestas escritas, verbales, además, totalmente diversas, la reconstitución del Tahuantinsuyo, reconocimiento de nuestras culturas ancestrales, nuevos símbolos patrios, resarcimiento de todo tipo de daños históricos, creación de nuevos departamentos, agua en los barrios, tendido de energía eléctrica, derecho propietario para un terreno, certificado de nacimiento para sus hijos, propuesta de estructura constitucional, protección de recursos naturales, derechos de los privados de libertad. En definitiva era una Catársis, a simple vista eran derechos específicos, particulares; pero cuando escuchábamos la misma propuesta o su similar, (por ejemplo) en Oruro, Tarija y Pando, comprendíamos que era una necesidad común que debía ser reflejada en el texto constitucional; pero también comprendíamos, que el pueblo nunca había sido escuchado; el Estado nunca antes había llegado a cada rincón de nuestro territorio y que nuestra gente parte de nosotros mismos necesitábamos ser escuchados, decir nuestra voz sin prejuicios, ni preconceptos.
Ese elemento, EL PUEBLO PRESENTE Y MOVILIZADO, fue fundamental aún después de concluida la etapa Constituyente para sostener la consolidación y aprobación de la Constitución Política del Estado y su desarrollo en leyes secundarias y su legalidad y legitimidad reconocida hasta el día de hoy y por mucho tiempo más.
Debemos reconocer que nadie sabía lo que iba a pasar, o cómo terminaría, no habían recetas, era algo nuevo y no había un norte, sino un NUEVO SUR; por eso, nuestra mayor fortaleza fue elaborarla acompañada de nuestro pueblo.
El temor a lo nuevo, a lo descocido y a un pueblo no reconocido como propio provocó un sabotaje constante de las élites acostumbradas a detentar el poder y temerosas de la transformación del país, ya para ese entonces inevitable; cuyo pretexto mayor utilizando la sensibilidad del pueblo en la demanda de Capitalía. La incertidumbre nos acompañó durante toda la constituyente; había una diferencia entre los representantes elegidos en los gobiernos tradicionales antes del 2005 y del 2006; si ellos se equivocaban podía con tranquilidad irse del país; nosotros volveríamos a nuestros lugares de origen, a confrontarnos con nuestro pueblo y teníamos un examen final, el Referendum Constituyente; y LO LOGRAMOS JUNTO A NUESTRO PUEBLO.
Han pasado 10 años, y todavía nos seguimos reconociendo, seguimos aprendiendo en el camino nos falta mucho por implementar en las leyes secundarias y más aún en el cotidiano vivir de las y los bolivianos. Algunos pensaban que la constituyente podía ser una especie de “varita mágica” y que al concluir la misma, se resolverían todos los resabios que arrastramos durante 500 años de explotación, violencia, marginación y usurpación de nuestros recursos naturales; rescatando lo positivo y transformando lo negativo; el tiempo nos permite comprender que es un andar y un desandar constante para seguir construyendo; sin embargo, ya contamos con algo que no teníamos antes; ya sabemos qué país queremos, un ESTADO PLURINACIONAL PARA VIVIR BIEN y hacia él seguimos avanzando.
La autora fue Asambleísta Constituyente por la ciudad de El Alto



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