Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Camilo Katari
Villa Victoria y Pura Pura
son los nombres emblemáticos de la rebelión popular de abril del 1952, una
rebelión liderada por el movimiento proletario de entonces y en que
participaban fabriles y mineros.
El movimiento campesino se integró a esta rebelión desde sus estructuras
sindicales. El bloque social de la rebelión estuvo pues en manos del
proletariado boliviano, pero el proyecto político no obedecía al pensamiento de
la clase obrera.
Fue la clase media que acuñó la “alianza de clases” como base del
proyecto político y su posterior degeneración en un capitalismo de Estado que
generó una nueva burguesía dueña del poder.
El “hermano campesino” había logrado la Reforma Agraria,
no como una concesión sino por su propia lucha, centenaria hasta entonces, de
tierra y territorio. El MNR mantuvo las relaciones coloniales heredadas del
feudalismo respecto a las comunidades y sindicatos campesinos, cada fracción
del MNR tenía sus propios campesinos, tuvieron que pasar medio siglo para que
los pueblos originarios se desliguen de las tutelas emenerristas y recuperando la memoria histórica
dieron un giro a la vida política de Bolivia.
En cuanto al movimiento obrero, después del momento brillante de la fundación
de la COB (17 de
abril) no pudo salir de su esquema ortodoxo de la vanguardia proletaria. Hoy la COB ha perdido toda su
potencia revolucionaria y su futuro próximo está enrumbado en un incierto rol
de partido político, alterando su esencia de contener diferentes corrientes
político-sindicales, que constituía su dinámica interna, alimentando al resto
de la sociedad.
Otro abril en el año 2000 abre las puertas de la
historia, cerradas a sangre y fuego por el modelo neoliberal. Es allí donde
irrumpe con fuerza la energía de una alianza entre el campo y la ciudad. Los
campesinos, muchos de ellos aun emenerristas,
no olvidemos que es en Ucureña donde se firma la Reforma Agraria,
se encuentran con sus hermanos fabriles, universitarios, movimiento de mujeres,
juntas vecinales, cooperativas de agua y ese torrente de fuerza que son los
productores de coca del Chapare, ahí es donde nace el proceso constituyente, o
en palabras de René Zavaleta es un momento constitutivo.
Abril, como octubre deben ser los momentos de la más
profunda reflexión acerca del momento histórico que nos está tocando vivir,
pensar y descifrar las contradicciones creativas y desmontar las estrategias
que buscan detener el paso de la historia.
En abril debemos pensar en la colonialidad de
ciertos grupos ortodoxos del marxismo que con su táctica “entrista” han logrado
influir en la COB
y hoy pretenden dirigir las movilizaciones campesinas e indígenas, en la lógica
de acentuar las contradicciones, pero que en la realidad concreta son
salvavidas para la oligarquía colonial.
Abril debe ser el
momento para pensar, repensar el futuro de esa espesa niebla llamada
universidad, que ha perdido su claridad iluminadora de ideas y proyectos de
construcción de una sociedad más justa, más equitativa, más pensante.
La crisis universitaria, que es ahora una gran máquina de consumo de los
recursos económicos de todos los bolivianos, requiere recobrar el sentido de
autonomía es decir en la libertad como premisa, debe romper con la economía del
gasto y recuperar el sentido de la inversión en la ciencia y tecnología,
antiguo objetivo por el que luchamos en tiempos de dictadura.
Hoy debemos tener vergüenza ajena de aquellos neoliberales que se tratan
de mimetizar detrás del rostro de Marcelo Quiroga Santa Cruz ¡eso es osadía!
Nos esperan días de arduo trabajo, el futuro sólo se construye con acciones e
ideas, con praxis revolucionaria y los abriles
son para eso, para darnos luz.
El autor es
escritor e historiador potosino
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