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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás

Xavier Albó, en la senda de Lucho

Por: Gastón Núñez
El compañero de Luis Espinal Camps durante un largo periodo de su vida fue gran amigo de otro jesuita, Xavier Albó, quien fue reconocido por el gobierno de Evo Morales con el Cóndor de los Andes en el grado de “Gran Caballero”, por su aporte comprometido en la defensa de la democracia, de los derechos de los más pobres, como también de los indígenas y marginados.
Es un reconocimiento en vida que va más allá de un símbolo que tiene esa condecoración y se entrega a personalidades que se destacaron por su trayectoria y, que en el caso del sacerdote jesuita, tiene sobrados méritos porque no sólo se reconoce su aporte a la democracia, sino que al igual que Lucho Espinal, Xavier Albó entregó toda su vida al servicio de la causa por la justicia social.
Lucho Espinal y Xavier Albó se caracterizaron por llevar ese compromiso al extremo como plena identificación con las enseñanzas de su maestro, Jesús, y la mejor prueba de concretar esa encargo con el pueblo fue aquella huelga de hambre que Lucho y Xavier iniciaron en diciembre de 1977 junto a 4 valerosas mujeres mineras, entre ellas Domitila Chungara para derrocar al gobierno de Hugo Banzer.
Xavier Albó, llegó a Bolivia en 1952, se nacionalizó ciudadano boliviano, y siempre estuvo en contacto con sectores indígenas y campesinos. Actualmente se afirma como un libre pensante, y le recuerda a Evo Morales que está muy casado con el proceso de cambio y nos dijo que hay que sumar a los principios aymaras "no ser adulón" y "no callar cuando hay que hablar".
Pero también no vaciló en mostrar su punto de vista con relación a los resultados del 21 de febrero y le planteó a Evo Morales que reconozca la derrota del No pidiéndole que acepte esa derrota como una señal de humildad al pueblo para dejar su mandato en esta oportunidad de elecciones de 2019, sugiriendo que el actual Canciller sea su sucesor.
Claro, que si el sucesor es mi querido David (Choquehuanca, para la candidatura) ya hay una gran continuidad. No hago ninguna propaganda, y además tú Evo, puedes estar otra vez después de David”, reflexionó en presencia del propio canciller aymara y también sobre el “saber convivir bien con la naturaleza”.
Xavier Albó tiene el mismo olfato de Lucho con relación a su percepción por la Iglesia Católica por cuanto tiene un Papa abierto al mundo. A quien no siempre, atrae a muchas personas. Albó exalta la apertura de Francisco de quien dice es mucho más dialogante, y “que tenemos que salir de la Iglesia y tenemos que abrirnos al mundo”.
Así como fue y lo vivió en su comunidad en una casita de la calle Buenos Aires de La Paz junto a Lucho y otros jesuitas, Xavier ve que hay muy pocos sacerdotes que se comprometen en éste tiempo. Es para él una señal positiva, que hoy se cuente con una Iglesia más boliviana que extranjera. “Hay más pastores que huelen a oveja que pavos reales, por suerte”, dijo en una ocasión.
Al igual que Lucho es muy crítico respecto al rol que juegan los medios de comunicación en Bolivia; dice que algunos le molestan por su comportamiento y “porque no tienen ningún control…”. “Por suerte, hay muchos que estamos más abiertos al diálogo sobre todo cuando hay actividades que tienen que ver con la defensa de los derechos humanos”, remarcó en más de una oportunidad.
Xavier Albó se constituyó en el eje principal para el homenaje que se rindió a Lucho Espinal aprovechando la llegada del Papa Francisco a Bolivia, por cuanto consideró que ese acto sería como un espaldarazo a los sacerdotes del tercer mundo y a la Teología de la Liberación. Además de un elogio explícito a Luis Espinal mártir.
Ese recorrido de Xavier Albó en su trayectoria de acompañar al pueblo silenciosamente, sin gestos melodramáticos, como decía Lucho, es un signo de su plena identificación en la lucha social, que el mismo pueblo lo reconoce, y pide para un nuevo tiempo, porque hoy necesitamos de otros Espinales y de otros Albóspara emprender nuevos caminos de liberación.
El autor es comunicador y educador popular boliviano
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