Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Julieta Paredes Carvajal
La base social de este proceso de cambio revolucionario en
Bolivia son las organizaciones y movimientos sociales, que representan el 50%
de los votos democráticos comprobados en el último referéndum. No hemos contado
con el apoyo de las principales ciudades, excepto El Alto, siempre firme con el
país y los sueños de cambiar el mundo. Han sido mínimos los votos de la zona
Sur de La Paz o de Santa Cruz o de Pando. Es claro dónde, territorial y
organizativamente, estamos construyendo la Bolivia del Vivir Bien.
Quiero analizar el fenómeno conceptual que se está nutriendo
desde la derecha opositora, con asesoramiento de los sectores transnacionales y
capitalistas de EEUU, y que algunos funcionarios del Gobierno le hacen eco; me
refiero a la llamada clase media. El hecho de que el pueblo trabajador haya
mejorado en términos de niveles de vida y poder adquisitivo del salario que
gana con su trabajo no lo desclasa, no lo convierte automáticamente en otra
clase; ese es un error político que deviene de quienes, estando en el Gobierno
o en la oposición, elucubran teorías sobre la clase media.
La clase media es un invento del sistema capitalista para
tener un colchón humano, económico, político social y simbólico que le permita
aislar a ciertos sectores del pueblo trabajador que logran mejoras tanto
económicas, culturales y de acceso al conocimiento; y que de no ser utilizados
por los capitalistas, podrían apoyar y acelerar los procesos políticos de
autoconciencia y autonomía del resto del pueblo. De ninguna manera me quiero
referir con esto acerca de vanguardias o iluminados que guían al resto, sino
más bien de compañeros que son lo mismo que nosotras y nosotros, pero que ponen
al servicio de todas y todos lo que tienen, lo comparten para que todas y
todos tengamos y sepamos.
Entonces, la clase media en verdad no existe, pues lo que en
realidad existe económicamente es el pueblo trabajador, que mejora sus
condiciones de vida y su salario. Lo que falta analizar es cómo el racismo, el
colonialismo, el machismo y el capitalismo se imponen como modelos de seres
humanos, de vida y de sociedad. Lo otro que nos falta analizar, a quienes somos
revolucionarias y creemos en nuestro pueblo, es cuánto hemos creado y
consolidado, en la comunidad del Vivir Bien, como propuesta de humanidad y
mundo.
Es imprescindible descolonizar nuestra vida, nuestros
cuerpos y nuestros sueños; además quiero referirme a lo que significaron los
desplantes colonialistas de Luis Bredow y Xavier Albó. Al respecto me pregunto
¿para qué el Gobierno premia a cuervos y tarajchis?, ¿para que después nos
saquen los ojos y nos echen de nuestras casas? No pues, compañeros, no metan
pues así la pata; esos errores fortalecen el desclasamiento y la
despolitización de nuestro pueblo, con el mal ejemplo de falta de respeto por
este proceso de cambio de indios e indias. Somos pueblo trabajador, hablamos
por nosotras mismas, sonreímos y mejoramos nuestras vidas poco a poco,
caminando hacia el Vivir Bien de todas y todos.
y Twitter: @escuelanfp
cuando habla de Luis Bredow, debe ser por aquel momento en el que el actor orureño rechazó el premio Eduardo Abaroa
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