Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Verónica Córdova A finales de los 80, los cineastas bolivianos acuñaron el slogan “Ley del Cine ¡Ya!”, en una serie de movilizaciones que finalmente lograron arrancar al gobierno de entonces la aprobación de una ley que genere las condiciones básicas para el desarrollo del audiovisual boliviano. Eran otros tiempos y otros escuadrones, como diría Benedetti. El resultado inmediato de esa ley fue el llamado “boom” del cine boliviano, con el estreno de cinco largometrajes en un solo año (1995). Hasta entonces, el ritmo de la producción nacional estaba en el promedio de un estreno cada dos años. Pero tan pronto como el polvo se asentó después del entusiasmo inicial, comenzaron a verse las enormes trampas de la Ley 1302 o Ley del Cine boliviano. El mecanismo de financiamiento creado por esta ley es un préstamo de fomento de montos de hasta 100.000 dólares para la realización de películas, a un 7% de interés anual y con solamente dos años de plazo para su pago. Este periodo, absur...