Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carmen Sandoval Landívar
Dicen que las victorias tienen muchos padres y las derrotas, ninguno. Lo cierto es que si Bolivia hubiera fracasado en su estrategia de recurrir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, para obligar a Chile a entablar negociaciones acerca del diferendo marítimo, toda la oposición le hubiese echado la culpa a Evo Morales, no se hubieran ahorrado adjetivos ni epítetos al respecto de su personalidad y de su vocabulario. Como eso no sucedió, ahora pretenden hacernos creer que los verdaderos y únicos responsables de la exitosa estrategia ante el organismo internacional fueron los miembros del equipo elegido por el propio Presidente del Estado Plurinacional. Se olvidan que la responsabilidad de un mandatario está en escuchar consejos y tomar decisiones, y la decisión de Evo Morales fue la adecuada.
Lo mismo sucedió cuando Morales inauguró el teleférico, la oposición recordó que la idea fue de un exalcalde paceño y así sucede cada vez que nuestro Presidente inaugura alguna obra de infraestructura. Lo que no pueden reconocer hidalgamente es que los proyectos pueden ser de otros, pero el mérito lo tiene el que tuvo la capacidad de llevarlos adelante por encima de la crítica y de los denuestos. Cuando la estrategia de llevar adelante la demanda marítima ante la CIJ se inició, muy pocos le daban crédito a Morales porque no la habían analizado a fondo y creían que se trataba de una propuesta de otro gobierno de turno. No entendieron que, por primera vez, Bolivia estaba diseñando una propuesta de Estado y no de un gobierno pasajero, una propuesta aprobada por un mandatario que, dando muestras de su calidad de estadista, fue capaz de convencer e incorporar al equipo nacional a políticos adversarios, exmandatarios y excancilleres, para que se sumen a la iniciativa. Algo pocas veces visto en el país.
Nadie va a negar el aporte de cada uno de ellos, porque desde el lugar que les brindó el presidente Morales hicieron lo suyo, especialmente Eduardo Rodríguez Veltzé como responsable de la Comisión; y Carlos Mesa, como vocero. El primero porque es una personalidad del derecho internacional, y el segundo, porque es un historiador y un intelectual de reconocido prestigio que, además, posee una deslumbrante oratoria. Los otros, como David Vildoso, Jaime Paz Zamora y Jorge Quiroga, así como los excancilleres, si bien aconsejaron desde sus experiencias, jugaron el papel de mostrar ante el mundo que toda Bolivia estaba unidad por encima de las diferencias políticas. Este primer paso nos demuestra que, si dejamos de lado el lamento y tomamos la iniciativa, podemos alcanzar las metas que nos proponemos. Como dice mi hijo, hemos metido el primer gol, pero aún nos falta ganar el partido, y para eso nuestro equipo necesita de toda la hinchada, es decir de todo un pueblo.
La autora es diplomática, abogada y magíster en Derecho Internacional
y Twitter: @escuelanfp
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