Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Max Murillo Mendoza
Las realidades superan con creces a los cuentos y las novelas de ficción. Ya lo decía en carne propia el propio García Márquez. Las realidades brutales de este mundo se han multiplicado geométricamente después de la caída del Muro de Berlín, caída que fue una oportunidad de triunfo del capitalismo liberal anglosajón a la cabeza del mayor imperio, cruel y sofisticado, que es Estados Unidos. De hecho festejaron la caída del otro imperio, comunista socialista, y al parecer empezaba una era dorada del capitalismo y la globalización. Pero la realidad fue absolutamente otra. El mundo es ahora más peligroso que antes, más injusto y cruel que antes, más desestructurado e imperial que antes. Las tecnologías y las revoluciones informáticas no han resuelto los problemas de la humanidad. Las guerras y las sofisticaciones de la muerte son las costumbres más normales en el mundo gringo, y las hipocresías son la regla normal como forma de funcionamiento social. Siria es uno de los ejemplos de estas hipocresías gringas de alto nivel post-moderno.
El Estado Islámico es obra y creación del mundo anglosajón, que en sus objetivos geopolíticos de deshacerse del presidente sirio Assad se les ocurrió también, oh sorpresa, desestructurar el mundo islámico de todo el llamado oriente medio. Como en todas las guerras, sucede que los mercenarios empiezan a tener vida propia, incluso en contra de sus propios amos y financiadores. El negocio de la guerra es el mejor negocio. La sangre y muerte son sólo parte e insumos necesarios de ese negocio. Además fuera de las fronteras gringas pues realmente es un negocio redondo y limpio. Capitalismo y socialismo ruso no tienen mayores diferencias, ni mayores matices: son lo mismo. Quizás con algunas cosas históricas culturales, de eslavos y anglos, que al final no hacen diferencias en los resultados imperiales y militaristas. Ambos sistemas tienen que vender armas y tecnología, y ambos están en constante competencia mundial de sangre y gloria: todos somos el escenario justificado de esa contienda, que no ha terminado con el derrumbe del Muro de Berlín. Izquierda y derecha son sólo excusas para sus negocios, o la justificación de sus negocios.
Siria está siendo bombardeada en competencia por todos los imperios y los que añoran sus pasados imperiales. Son los mismos: colonialistas, guerreros, capitalistas, contaminadores del mundo, destructores de toda posibilidad de convivencia humana y racional. Francia, Estados Unidos y desde ayer Rusia, se otorgan todos los derechos internacionales para destruir Siria, para humillarla y dejarla realmente arrodillada frente al mundo. Millones y millones de sirios tienen que abandonar sus tierras, culturas y familias para pasar de ese infierno a otro infierno de la migración y el desprecio racista y cultural. Así Siria es sólo un eslabón más en las ambiciones modernas coloniales, de todos esos países que desde siempre se han arrogado la prepotencia hacia el mundo. Lamentablemente el mundo no reacciona ante lo evidente, sólo se agacha y se humilla. Las ideologías han hecho mella en el engaño colectivo mundial, porque han servido para domesticar al mundo, para adormecerlo y religiosamente encubrirlo. Esas ideologías encubren y recubren con un manto religioso y político a las oligarquías locales nacionales de todo el mundo. Siria es también un ejemplo al respecto, porque sus oligarquías justificaron desde hace muchos años las permanencias de potencias imperiales en sus territorios e historias. El pueblo es una excusa más y venderle ideología sólo es parte del circo romano imperial.
El mundo está cada vez más amenazado por los mismos que destruyeron desde hace siglos. Hoy son definitivamente más peligrosos: drones, robots, control del internet, mercenarios religiosos, etc. Las ocupaciones territoriales y las ocupaciones cibernéticas se combinan en función de los momentos y coyunturas. Los anglos y eslavos tienen las mismas enfermedades imperiales, se sienten salvadores del mundo, salvadores de los destinos y las historias de todo el mundo. Su poder militar es carta blanca para saltar todas las consideraciones de las leyes internacionales, que ellos mismos construyeron; pero que no respetan ni por asomo para saquear y asaltar al mundo. Mentir y ser hipócrita es parte integral de la política moderna mundial. El cinismo es la forma costumbrista más respetada. Las Naciones Unidas son sólo tabernas de café y joda de alto vuelo, en nada sirven a las necesidades y las demandas del mundo. Son oficinas para las oligarquías de izquierda o derecha, donde se llevan bien y hacen negocios con valor agregado. Desde hace mucho ya es hora de alternativas radicales y nuevas, como de ideas y Estados en deconstrucción.
y Twitter: @escuelanfp
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