Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Escuela de Formación Política de Oruro
Cuando el neoliberalismo se empoderó del estado boliviano aprobando a sangre y fuego el D.S. 21060, la resistencia de la clase obrera y del conjunto de las organizaciones populares fue categórica. Más las relocalizaciones, la libre contratación, la enajenación de los fondos sociales, la privatización de las empresas estatales, la nueva ley de pensiones, y el conjunto de las leyes aprobadas por los partidos de la derecha malviviente (MNR. MIR, ADN, PDC, CONDEPA, FR, NFR, UCS y otros grupúsculos) hicieron escarnio de los derechos laborales, humanos y constitucionales.
La destrucción de la fuerza laboral y de su capacidad organizativa empezó con el despedido masivo de los trabajadores mineros, fabriles, ferrocarrileros y petroleros, entre los más importantes. Se impuso la flexibilización laboral para cuidar de la manera más grosera la ganancia del capital. Se impuso el Salario Mínimo Nacional como regla de oro para todos los trabajadores con cargo a despido inmediato en caso de protesta dejando convertida a la Ley General del Trabajo en un triste andrajo para trapear los pasillos del Ministerio de Trabajo Y sus Direcciones Departamentales.
El cambio de timón con la elección del compañero Evo Morales como presidente fue el resultado de largas jornadas de lucha heroica de los sectores populares expoliados por el neoliberalismo. Se enarbolaron consignas de resistir, perforar y derrotar al neoliberalismo. Hasta que al fin, con la unidad de obreros, campesinos, naciones originarias y clase media el neoliberalismo quedo aplastado. El 2005 se abre un periodo político de cambios, de reformas, de democratización del poder político y económico, de recuperación de los derechos políticos humanos y laborales perdidos con el neoliberalismo.
Pero el neoliberalismo en sus casi veinte años de reinado avanzó y anidó en la mentalidad de muchos dirigentes sindicales, que al igual que en los tiempos del patronazgo neoliberal siguen pensando que la vida de dirigente es un estilo de vida para vivir bien, es decir, vivir mejor que sus compañeros de base, olvidando que deberían representarlos para hacer respetar sus derechos laborales, principalmente su estabilidad laboral.
De otro lado, están los técnicos con muchos títulos y grados académicos, que dicen estar identificados con el proceso de cambio y que hoy se encuentran en calidad de administradores de las empresas estatales, sin embargo, la permanencia de trabajadores eventuales por largos años en tal condición es una vieja práctica que aún no ha sido desterrada y siguen siendo objeto de abusos laborales, que soportan estoicamente con la esperanza de ser contratados como regulares en el futuro próximo.
También están los denominados nuevos proyectos de empresas estratégicas, administradas por técnicos que dicen estar identificados políticamente con el proceso de cambio. Lo bueno para sus bolsillos, es que son proyectos que no hay cuando se concreticen, por tanto pueden hacer gastos indiscriminados sin mayor control, cual si fuese una tienda de barrio. Sin contar con una unidad de auditoria interna, sin reglamento interno, sin una unidad de planificación, y otras dependencias, sin cumplir con las normas básicas de contratación para la prestación de servicios y adjudicaciones, se guían por supuestos y por chismografía pisoteando normas elementales de la administración de recursos económicos y humanos; haciendo gala, de la manera más grotesca, de su supina ignorancia que hoy, a diferencia de los gobiernos de la derecha neoliberal, la trasparencia en la gestión y los derechos laborales están constitucionalizados y que en esta materia el Estado Plurinacional está mucho más avanzado que en el resto de los países del mundo.
Esta es una materia pendiente de análisis y reflexión si de verdad queremos la industrialización de nuestros recursos naturales.
Oruro, 07 de Octubre de 2015
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