Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Hace seis meses, cuando una rosca de dirigentes alteños alejados de sus bases decidieron imponer a Edgar Patana como candidato a la reelección en la alcaldía de El Alto, sellaron la suerte del MAS en esa ciudad. Patana no sólo tenía mala imagen ante la gente, sino que era considerado una persona que realizó manejos corruptos en la gestión municipal. Y por esa razón los alteños en las elecciones municipales dieron un voto castigo a los masistas, porque estos no fueron capaces de limpiarse y depurarse de los malos elementos que durante estos años se han infiltrado en las filas del proceso.
La derrota electoral significó también un mayor desgaste político del MAS en la urbe alteña, un desgaste que hasta ahora no se ha revertido. Y la manera de revertirlo es actuar duramente contra la corrupción y los corruptos en las instancias de gobierno, así como cambiar a los dirigentes sociales prebendales en las propias organizaciones sociales. Para recuperar el terreno perdido en El Alto hay que procesar y sancionar a Edgar Patana y a todos los que resultaren culpables de delitos de corrupción. El espectáculo judicial lamentable que está dando Patana acudiendo a todas las chicanas para evitar su encarcelamiento, da una imagen de impunidad que desgasta día a día aún más el apoyo que esa ciudad siempre le ha dado a Evo. No podemos permitir que eso siga sucediendo.
Hace unos días, en una entrevista en la televisora estatal, el viceministro de coordinación social Rada dijo que “Patana debe rendir cuentas en la justicia, no se socapará nada ni a nadie”. Está bien, pero no es suficiente, lo que se tiene que hacer ahora es que el Ministerio de Transparencia y Lucha contra la Corrupción se involucre, como parte acusadora, en los procesos judiciales contra el ex alcalde. Si no se actúa así, ante el pueblo el gobierno quedará como el que da protección a los corruptos y el voto castigo nuevamente podría darse, esta vez en el referéndum del 21 de febrero de 2016.
Ahora al de El Alto se suma otro caso: el del señor Edwin “Cholango” Castellanos en la ciudad de Cochabamba. La caída de un puente en la avenida 6 de agosto en esa ciudad, que no tiene ni un año de inaugurado, ha causado indignación en la ciudadanía. El Cholango, caracterizado por su obsecuencia y su llunkerío, nunca tuvo ningún mérito profesional ni político para ocupar el cargo de alcalde. ¿Cómo es posible que el MAS lo haya convertido en burgomaestre sabiendo de su ambición y de su afición incontrolable por el dinero?
El pueblo cochabambino no se dejará engañar por un sinvergüenza que ahora quiere repartir culpas por una obra construida con tantos defectos técnicos que terminó hundiéndose, con el agravante de que se gastó en su adjudicación y construcción un presupuesto millonario. En el caso del puente colapsado hubo corrupción y se cometieron varios otros delitos que deben ser inmediatamente investigados. ¿Dónde está (otra vez) el Ministerio de Transparencia?, ¿acaso no debiera ser el propio gobierno nacional el primero en denunciar, aunque el denunciado sea masista?
Hay que poner en práctica la palabra del presidente Evo Morales que ha dicho “Que se investigue y que le metan a la cárcel si está mal. Hay que hacer auditorías, intervenciones. Nadie defiende esto” (Los Tiempos, 27/10/2015).
Estos casos de corrupción están haciendo mucho daño al proceso de cambio, lo que la derecha nunca pudo hacer que es generar desconfianza en la población sobre la gestión gubernamental, lo han logrado Patana y Cholango. Y peor aún: con las dubitaciones gubernamentales en asumir como propias las acciones judiciales contra los malos manejos que se han detectado y denunciado en las alcaldías de El Alto y Cochabamba, lo único que se hace es entregarle a la derecha neoliberal restauradora la bandera de la lucha contra la corrupción, algo impensable hace algunos años.
Patana y Cholango son dos caras de una misma moneda, la de la infiltración en nuestras filas y el ascenso en el aparato estatal de gente sin principios, de gente corrompible. Esa gente terminó haciendo a un lado a los revolucionarios y se adueñó de los puestos de mando y el resultado es este. Hay muchos Patanas y muchos Cholangos a los que debemos alejar de nuestro proyecto; si no lo hacemos ellos terminarán llevando a la caída –como se cayó el puente en Cochabamba- de todo el proceso de cambio.
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