Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
El ya cansador conflicto protagonizado por la COB
contra la actual ley de Pensiones tiene por lo menos dos caras. Una de ellas,
en la que no vamos a entrar, es su componente violento, contrapuesto a la
debilidad del diálogo. La otra cara, que es la que merece análisis, tiene que
ver con la ley misma, con la realidad de las jubilaciones actuales y con la
demanda de la COB.
Se nos explica que la demanda cobista de una
jubilación con el 100% del salario es simplemente inviable (cosa que con las
cifras que exhibe el Gobierno parece indiscutible). Sin embargo son
precisamente esas cifras las que provocan algunas preguntas que me atrevo a
plantearle a nuestro Gobierno:
1. Sabemos que la ley se autodefine como sostenible,
universal y solidaria (disminución de la edad de jubilación, oportunidades
abiertas a las mujeres y a los trabajadores independientes, creación de un
fondo solidario), pero, ¿realmente se puede llamar solidaria una ley que
esencialmente se basa en el ahorro personal de cada individuo (y no en el ahorro
colectivo para la renta colectiva)? ¿No viene a ser en el fondo una repetición
de la ley anterior sólo que con el parche de dicho fondo solidario, que por lo
demás se nutre sólo de pequeños aportes de los trabajadores activos, sin ningún
aporte del estado)?
2. Cuando ustedes afirman que sería insostenible pagar
una jubilación que equivalga al 100% del salario, ¿se atreven a afirmar que sí
se podrá pagar el 70% de ese salario? ¿Acaso para llegar a ese 70% no se
requiere por lo menos 28 a 30 años de trabajo, una expectativa de vida de
máximo 78 años (pobres octogenarios) y una tasa de interés del 9% que ahora
nadie paga?
3. ¿Nos pueden explicar cómo se justifica en este
nuevo Estado Plurinacional y Equitativo que haya un sector privilegiado —las
Fuerzas Armadas— que sí se jubila con el 100% de su salario? Y no nos vuelvan a
decir que esa fue una conquista de los militares, ya que sentarían un peligroso
antecedente de lo que significa conquista.
4. ¿Conocen ustedes en el mundo alguna ley de
pensiones que no prevea ningún aporte del estado? Y si la respuesta es que el
estado no tiene plata para eso (como se viene afirmando) ¿no sería coherente
con un gobierno como el actual que el estado empezara a cobrar un impuesto
especial a los ingresos altos, a la riqueza acumulada y de manera especial a la
banca (la principal beneficiaria del actual proceso de cambio, como bien nos
explica la ex ministra Graciela Toro), para con esos impuestos mejorar el
sistema de pensiones? No olvidemos que las élites apenas pagan impuestos, ya
que los que no logran evadir se los transfieren al consumidor.
5. ¿De veras creen ustedes que en la elaboración de la
ley 735 se ha cumplido el Artículo 242 de nuestra Constitución que establece la
participación ciudadana en las políticas de estado así como el manejo
transparente y permanente de la información?
6. ¿Por qué no se nos ha explicado el robo de 500 mil
dólares que se produjo —con documentos fraguados— para pagar jubilación a gente
que nunca había aportado?
7. ¿Por qué no se nos explica qué pasa con el otro
robo de 20 millones de dólares —si es que no eran 200 millones— de la Renta
Dignidad?
8. ¿Es coherente que este gobierno de cambio se
dedique a prestarse dinero del Fondo de Pensiones —se habla de 4.200 millones
de dólares— como ocurría en los gobiernos anteriores?
9. ¿Cuándo se nos va a informar lo que hicieron las
AFPs en los largos años de beneficio gratuito que les regaló la anterior ley de
Pensiones?
10. Y la última: ¿No se podría pensar en que el Fondo
de Pensiones fuera administrado por los propios trabajadores —tanto activos
como pasivos— siguiendo esa línea que marcaron tanto la CSUTCB (1984) como la
Guerra del Agua (2000) y que podría resumirse en la consigna “Cada vez menos
estado y más sociedad”?
Si es mucho preguntar, ustedes me disculpen, pero
después no se extrañen de que los conflictos sigan.
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