Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Alfredo Rada: ‘Plantearemos una perspectiva antiimperialista, anticapitalista y socialista comunitaria”
/ Periodista:
Cuando el 22 de abril regresó —después de
siete años— al Palacio Quemado sintió nostalgia. En 2006, su primer cargo
público fue de viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales,
cartera inédita en el aparato estatal. Es por eso que le preguntó a Evo Morales
cuál iba a ser su labor específica. El Mandatario le respondió: ‘Quiero que
conviertas el Palacio de Gobierno en la Casa del Pueblo’. Lo logró, dice. Hoy
vuelve a ese cargo después de pasar por el Ministerio de Gobierno y la
Cancillería.
Le
esperaba una ardua jornada. Comenta que al día atiende, por lo general, 12
audiencias que solicitan los movimientos sociales. Su trabajo es cansador
—admite— pero al lograr los objetivos el agotamiento se pierde al instante.
Sereno y educado, Alfredo Rada, mientras toma una taza de café, habla de la
renovación de cuadros políticos en el oficialismo. Sorbo a sorbo no identifica
un sucesor de Evo Morales, a quien califica como el único líder del denominado
proceso de cambio.
Vuelve
al Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales después de siete
años. En esa época existía cohesión dentro los sectores, pero con el tiempo
emergieron algunas disidencias. Una de las tareas, explica, es lograr que las
bases sindicales vuelvan al aparato político que lidera Morales.
— De nuevo en el Palacio Quemado, ¿cómo se
siente?
—
Sí, después de siete años. Estamos nuevamente en el cargo de viceministro de
Coordinación con los Movimientos Sociales, que es un despacho que nunca
existió. Claro que es lógico que se haya creado en un gobierno como el de Evo
Morales, que es un gobierno de los sectores sociales. Por lo tanto, tiene que
haber una política permanente con las organizaciones sociales.
— ¿Volvió por invitación del presidente Evo
Morales?
—
No me gusta el término invitación. Vuelvo por convocatoria del Presidente, y
como un militante revolucionario no puedo desoír una convocatoria del
Presidente...
— En 2006 había cohesión entre sectores
sociales y Gobierno, hoy vemos algunas disidencias. ¿Cómo analiza los alejamientos
de algunos movimientos sociales?
—
En 2005 ganamos la elección por tres factores: uno, liderazgo. No es fácil
construir un liderazgo social y político en Bolivia, eso toma más de una
década, y el liderazgo expresado en Evo Morales es el primer factor de triunfo;
segundo, fue el programa, propusimos un programa de transformaciones que fue
avalado con el voto; y el tercero es un bloque social revolucionario,
indígenas, campesinos, fabriles, mineros, vecinos, cooperativistas,
transportistas, dentro de un mismo bloque revolucionario. Entonces, estos tres
factores fueron los que nos dieron el triunfo…
— ¿Pero qué pasa con los sectores que se
alejaron de este proceso?
—
Es cierto que con el pasar de los años lo que noto es que se mantiene el
liderazgo. Evo Morales constituye un liderazgo fuerte; el segundo factor, que
es el programa, se lo tiene que construir; en lo programático Evo Morales
propuso la necesidad de construir una Agenda Patriótica. Por lo tanto, el
rearme programático también se está dando; y en el tercer factor, que es el
bloque social revolucionario, es cierto que algunas organizaciones tomaron
distancia del proceso, y una tarea de este viceministerio es contribuir a que
estos sectores vuelvan a acercarse…
— ¿Cómo lograr la reconciliación?
—
Yo creo que lo harán en función de acuerdos programáticos, y ese programa es
entendido como un conjunto de medidas de transformación y profundización del
proceso.
— ¿Es sano para este proceso que dirigentes
como Adolfo Chávez, que firmó acuerdo con Rubén Costas, se acerque nuevamente
al Gobierno?
—
Desde mi punto de vista, como una expresión personal, esos liderazgos han
fracasado; es decir, esos dirigentes han fracasado y peor aún al vincularse a
la derecha. Creo que el trabajo que hay que hacer es con la base sindical, con
la base de las organizaciones sociales, con la base popular. Le doy un ejemplo,
usted sabe que hay algunos dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) que
deciden tomar distancia, incluso llegando al punto de formar otro instrumento
político, pero esa dirigencia, desde mi punto de vista, no expresa el sentir de
la base laboral, y eso se vio este 1 de mayo, cuando la capacidad de
convocatoria que se vio en la plaza Murillo y en la marcha en Santa Cruz fue
superior a la marcha de la COB. Eso demuestra que hay dirigencias que al
parecer perdieron contacto con su propia base, estoy convencido de que el
compañero Morales y este proceso de transformaciones tienen respaldo en la base
laboral y sindical.
— Ya en el cargo nuevamente, ¿qué análisis hace
del trabajo de la actual dirigencia de la COB?
—
En el caso de la COB hay nuevas dirigencias. Al compañero Juan Carlos Trujillo
(ejecutivo de la COB) lo veo como un dirigente joven. Claro que esa juventud
trae un factor en contra, que es la inexperiencia. Me da la impresión de que la
dirigencia de Trujillo es todavía algo por asentarse o consolidarse. En ese
sentido, hay una diferencia con las dirigencias históricas de la COB; antes los
dirigentes como Juan Lechín Oquendo o Simón Reyes conducían la COB, en cambio
ahora veo que los dirigentes en vez de conducir se dejan conducir. Entonces, noto esa diferencia.
— ¿Y los otros sectores?
—
En el conjunto de las otras organizaciones sociales, con relación a 2006, noto
una saludable renovación y que con el transcurso del tiempo se fueron
apoderando de este proceso de cambio. Era distinto en 2006 cuando había aún una
actitud reivindicacionista; en cambio, noto ahora que comienzan a asumirse como
parte del Estado, como parte del Gobierno y, por lo tanto, son capaces de tomar
iniciativas programáticas. Hay tareas pendientes para fortalecer ese nexo entre
organizaciones sociales y Estado, y una de las tareas que debemos encarar este
año es el control social.
— ¿Sigue siendo parte de la Escuela de
Formación Política del MAS?
—
Sí, sigo siendo parte...
— ¿Ve un sustituto de Evo Morales?
—
No creo que se trate de buscar sustitutos a Evo Morales, no lo creo. El
liderazgo de Evo es un liderazgo plenamente vigente; además que se proyectará
en los próximos años. Evo Morales es el líder, dentro del campo popular, con
mayor proyección nacional e internacional…
— ¿Y qué pasará con este proceso cuando Evo
Morales carezca de ese liderazgo?
—
Lo que se trata es fortalecer a las organizaciones sociales, fortalecer las
posiciones revolucionarias, y para ello se necesita formación política e
ideológica. Entonces, la labor que se requiere es fortalecer el proceso con
nuevos cuadros políticos…
— ¿Dentro de los sectores sociales habrá un
líder capaz de conducir este proceso como Evo Morales?
—
De conducir no, no encuentro. Encuentro muy buenos dirigentes sectoriales, muy
buenos dirigentes sindicales, pero no encuentro que puedan proyectar un
liderazgo nacional como el que tiene Evo Morales. Este proyecto político que se
traduce en liderazgo, programa y bloque social revolucionario, va camino a su
consolidación por los siguientes años. Y más aún cuando no existe un
proyecto alternativo al del MAS (Movimiento Al Socialismo).
— ¿Eso puede garantizar la continuidad del MAS
en el Gobierno?
—
Es que no hay otro proyecto de país; la derecha bochinchera no tiene un
proyecto de país. Cuando hablamos de un proyecto, estamos hablando de un
proyecto a largo plazo. Escuché a los dirigentes de la derecha decir “primero
veremos dónde ir y luego escogeremos el chofer”. Les respondo que ellos no
tienen capacidad de ofrecerle al país un largo viaje hacia la transformación
social, lo más que pueden hacer es el trameo político.
— No se ve un líder similar a Evo Morales,
¿pero habrá dirigentes capaces de ocupar cargos como senadores o diputados?
—
Se está dando no sólo un proceso de renovación en las organizaciones sociales,
sino también un proceso de ideologización. Cuando en un 1 de mayo, con
presencia multitudinaria en la plaza Murillo, se entona La Internacional, se asume un compromiso político. Esto es un dato
de la realidad que muestra un proceso de ideologización. Dentro de esta
política revolucionaria sí existen cuadros políticos para ocupar esos cargos;
en eso se está trabajando actualmente.
— Si los sectores sociales se dividen, ¿este
proceso está en riesgo?
—
La base obrera, laboral y popular terminará respaldando el proyecto político
que es el más fuerte del campo popular. Confío en que eso se dará.
— Aparte de la gestión pública con sectores,
¿habrá tiempo para trabajar con las organizaciones sociales en la campaña hacia
2014?
— A
este viceministerio le corresponde trabajar en el fortalecimiento y la
coordinación con los sectores sociales; ya luego ellos diseñarán sus propias
estrategias, eso corresponde a su autonomía. En realidad, más que enseñarles,
vamos a aprender de ellos. Lo que sí plantearemos es una perspectiva
antiimperialista, anticapitalista y socialista comunitaria en temas
programáticos e ideológicos.
— ¿Para el Gobierno existen sectores clave de
los cuales no debe alejarse?
—
La virtud de Evo Morales es que, durante estos años, a ese núcleo inicial —que
además fue el que gestó este proceso (campesinos originarios, indígenas,
mujeres campesinas, comunidades interculturales)- incorporó cada vez a más
sectores. Lo vi reunido en estos días con transportistas, con mineros
cooperativistas, con varios sectores, también lo vi marchando en Santa Cruz con
la base obrera, y eso me anima a decir que en lo esencial Evo Morales sigue
siendo el revolucionario que llegó al Palacio de Gobierno en 2006. No creo que
haya niveles de preferencia; lo que hay es una actitud abierta del Gobierno
para trabajar con todos.
— ¿Cómo ve el rol de los sectores sociales en
América Latina?
—
El internacionalismo revolucionario es parte de todo este proceso. Por supuesto
que hay coordinaciones en el ámbito internacional, a nivel de la Alternativa
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y de la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur). No fue casual en el acto del primero de
mayo entonar La Internacional,
demuestra el carácter internacional de este proceso, y por eso somos un
referente para los movimientos sociales del exterior, que quieren replicar este
modelo.
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