Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Mauro Alcócer
En los últimos días hemos
escuchado a las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, comenzando
por el propio Ministro Luis Arce Catacora, hablar de la colocación de Bonos del
Estado (o Bonos Soberanos) en los mercados internacionales de capitales. Se ha
dicho que con esa medida Bolivia retorna, luego de muchas décadas, a las Bolsas
de Valores, lo que significa que es una señal de confianza en la fortaleza de
la economía boliviana.
Vemos acá como, nuestras
autoridades económicas, siguen actuando con mentalidad colonizada, les interesa
más el aval del Banco Mundial, de la CEPAL, del BID, del FMI y ahora, de las
grandes calificadoras de riesgo, la Standard & Poors y la Modd’ys Fitch
Ratings. No puede ser que en tiempos de descolonización y discursos
antiimperialistas, el ministro Arce se refiera a esas calificadoras de riesgo
como si fueran respetables instituciones internacionales a las que Bolivia les
debe ser reconocida en un sitial preferente. ¿Qué credibilidad puede tener la
Standard & Poors que hasta el día de la quiebra de la Lehman Brothers en
Estados Unidos, la seguía calificando con “A”?, ¿acaso no ha trascendido a
nivel mundial que esta multinacional, junto con la ABN Amro, fueron condenadas
en Australia a pagar 31 millones de dólares por “calificaciones engañosas” que
hicieron en ese país, y que esa condena judicial ha abierto las compuertas para
nuevas demandas contra la Standard en Europa?
Esto es lo primero que llama
la atención: la contratación por el Estado boliviano de semejantes pulpos
financieros para que hagan la calificación de nuestra economía y nuestra deuda.
Nos gustaría saber cuánto dinero erogó el Estado para pagar el trabajo de estas
calificadoras, que no cobran poco y cuyas contrataciones en varios países, han
sido señaladas de poco transparentes y hasta corruptas.
Se ha dicho que Bolivia con
la colocación de los bonos soberanos tiene ahora la oportunidad de acceder a
nuevas y más rápidas fuentes de financiamiento. Parece que este es el quid de
la cuestión. Los 500 millones de dólares, no es que sean “recursos frescos que
incrementan nuestras reservas internacionales” como apresuradamente ha dicho el
ministro Luis Arce. Puede que contablemente, en una de esas ficciones de
auditoría a la que son tan afectos en el Banco Central de Bolivia, se anoten
las colocaciones como recursos disponibles en moneda extranjera, pero en
realidad esos recursos tienen un costo financiero (ya hablaré de esto más
adelante) que incrementan nuestra deuda externa, por lo que es una falacia
referirse a ellas como parte de nuestras reservas internacionales netas (RIN)
sin decir que los 500 millones de dólares adquiridos son deuda y por tanto
tienen una naturaleza muy distinta de los otros más de 13.000 millones de
dólares de RIN, que son recursos enteramente propios, por los que el país no
paga interés alguno.
Además, el costo financiero
sobre los 500 millones de dólares colocados corre desde el primer día en que
están disponibles para su utilización, aunque el Estado tarde mucho o poco en
utilizarlas. Hagamos números: si, como se ha dicho, anualmente debemos pagar 24
millones de dólares por el servicio de estos bonos, entonces cada día que esa
plata está depositada en el Banco Central, nos cuesta 65.473 dólares.
No es muy racional decir
que estos montos no son significativos ya que “Bolivia anualmente por concepto
de pago de intereses y créditos de la CAF, el BID y otros financiadores
externos, destina 300 millones de dólares” (declaraciones de Luis Arce el
26/10/2012. ANF). La frase es una respuesta petulante. Lo que el ministro
debiera explicar es ¿por qué, si tenemos superávit fiscal (tenemos más ingresos
que gastos) y si tenemos superávit comercial (exportamos más de lo que
importamos), Bolivia debe contraer más deuda externa?
Se ha dicho que “no es tema
de plata, sino de posicionamiento”. O sea, no tenemos necesidad de recursos
económicos, pero debemos posicionarnos internacionalmente… ¿para qué?, para poder acceder a nuevas fuentes de
financiamiento externo. Esta del ministro es lo que se llama una explicación
tautológica.
Pero veamos ahora los
plazos y la tasa de interés. Nuestra deuda externa tiene varios componentes,
bilaterales y multilaterales, pero en promedio la deuda que contraemos con
organismos internacionales está a una tasa de interés del 2% y a un plazo de 30
años. ¿Cómo puede decirse que haber
logrado una tasa de interés de 4,875% y un plazo de 10 años, es un gran logro
para el país?
Algo no anda bien en la
economía, algo no cuadra, porque si estamos tan bien en la macroeconomía no hay
explicación válida para andar colocando bonos. A no ser que en realidad se esté
proyectando un escenario fiscal futuro en el que la baja de los ingresos (por
la caída de las exportaciones mineras, soyeras y textiles) y la presión del
gasto público (fundamentalmente la subvención a los carburantes), desequilibren
los modelos presupuestarios que hasta aquí garantizaron los superávits fiscales.
En semejante escenario deficitario se tendría que acudir al endeudamiento
externo.
Pero esto es algo que hay
que decir con claridad al pueblo. Si somos revolucionarios debemos actuar así,
y no tratar de seguir vendiendo espejuelos como hacen los monetaristas.
Excelente y oportuno el articulo de Alcocer.
ResponderEliminarLlama la atención que algunos burócratas criollos, supuestos "teóricos" del mamarracho neoliberal denominado Economia Plural (una distorsión total del enfoque de la Economía Comunitaria) se enorgullezcan de que el país sea evaluado por estas inefables agencias. Es decir una Economía Plural (Socialismo Comunitario ???) calificada con parámetros neoliberales puros, de calificadoras incompetentes y corruptas. Hmmm... Neoliberalismo y figura hasta la sepultura.
A proposito de lo indicado por Alcocer, comparto con ustedes la siguiente nota:
http://www.creadess.org/index.php/informate/de-interes/temas-de-economia/18097-son-corruptas-y-son-inutiles
Donde por primera vez se asumen acciones oficiales, nada menos que del Banco Central Europeo, descalificando a estas calificadoras por su comportamiento incompetente y corrupto.
Esta es una magnifica noticia y esperada desde hace mucho. Estas calificadoras que son un componente esencial de los esquemas financieros especulativos del neoliberismo global, ademas de favorecer a sus clientes (como indica la nota) no tuvieron la capacidad de detectar las escandalosas quiebras de Worldcom, Enron, Lehman Brothers, Madoff, etc y menos lograron detectar la crisis financiera del 2008.
Es extraño que, mientras un banco central neoliberal descalifica a estas calificadoras, en Bolivia alguna gente, se enorgullezca de que estas mismas calficadoras pongan buena nota (neoliberal) a Bolivia.
Lo peor de todo es que parecería que al presidente le hacen creer que estas son noticias revolucinarias.
Creo que cada vez es mas necesaria una depuración revolucionaria del proceso de cambio especialmente de la gestión gubernamental.
Saludos
Gonzalo Zambrana
La Paz - Bolivia