Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Juan Gelman
Sea Mitt Romney o sea Barack
Obama, el tercero y último debate entre ambos candidatos a la presidencia de
EE.UU. sobre política exterior ha mostrado que poca o ninguna diferencia hay
entre los dos en esta materia: Washington continuará con su política de guerra
destinada a dominar el mundo entero y con las políticas internas necesarias
para ello.
El
encuentro tuvo ciertos matices antibélicos: el presidente señaló que es hora de
ocuparse de EE.UU. y no de otras naciones, el candidato republicano empleó la
palabra paz o pacífico diez o doce veces, pero del dicho al lecho hay mucho
trecho, como le oyeron decir a Casanova. Sucede que los dos leen las
estadísticas que llegan a una clara conclusión: el pueblo estadounidense está
cansado de las guerras que paga con la pérdida de seres queridos y además de su
bolsillo.
Un
sondeo del Pew Research Center reveló que el 64 por ciento de los consultados
está contra la intervención en el conflicto de Siria, el bombardeo a las tropas
leales a su gobierno, como ocurrió en Libia, y el envío de armas y suministros
a los opositores de Bashar al Assad. Un 57 por ciento insistió en la retirada
de las tropas de Afganistán cuanto antes. El 51 por ciento quiere que EE.UU. se
mantenga neutral si Israel atacara a Irán (www.peoplw.org,
15/3/12). Hay que tenerlo en cuenta en los discursos. Estuvieron, en cambio, de
acuerdo en que la llamada “guerra antiterrorista” debe continuar.
Romney
ofreció dirigirla mejor, pero ninguno de los dos propuso un cambio de la
política asentada en las casi mil bases militares que EE.UU. instaló en cien
otros países en nombre de su seguridad nacional, ¿De qué se trata, entonces?
¿De dirimir quién será el más apropiado para continuar invadiendo y cambiar
regímenes considerados hostiles? Como el ex vice Dick Cheney dijera muy
contento, finalmente Obama ha seguido aplicando gran parte de las políticas
“antiterroristas” de su antecesor W. Bush (//thehill.com,
17/1/11). Y hasta las ha excedido y no sólo porque ordenó aumentar los ataques
con aviones no tripulados (ANT) en Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia que
tantas muertes de civiles causan. Preparó algo más, verdaderamente siniestro y
aun increíble.
The
Washington Post informó que Obama desarrolló secretamente en los últimos dos
años un listado de presuntos terroristas de todo el mundo –EE.UU. incluido– a
secuestrar y/o ejecutar extrajudicialmente (www.washingtonpost.com, 23/10/12). Ya
existía esa práctica y las listas también, pero el actual mandatario
estadounidense ha decidido convertirlas en políticas de Estado. El Centro
Nacional Antiterrorista (NCTC, por sus siglas en inglés) bajo la dirección de
John Brennan, “el sacerdote cuya bendición ya es indispensable para Obama”, se
dedica a armonizar las listas de la muerte de la CIA y del Comando Especial de Operaciones
Conjuntas (JSOC, por sus siglas en inglés) –el organismo militar de elite que
estuvo a cargo de asesinar a Bin Laden– a fin de proceder, incluso cuando el
objetivo no es alcanzable por los ANT.
“Hay un
amplio consenso entre los funcionarios de mayor jerarquía del gobierno de Obama
en torno de que tales operaciones se llevarán a cabo al menos a lo largo de
otra década”, informa el Washington Post y cita a uno de ellos: “Es una parte
necesaria de lo que hacemos... En diez años no tendremos un mundo en el que
todos se tomarán de la mano y dirán ‘amamos a EE.UU.’... lo que sugiere que
EE.UU. sólo ha alcanzado el punto medio de lo que alguna vez se llamó guerra
global contra el terrorismo”. El artículo subraya “la medida en que Obama ha
institucionalizado la práctica muy clasificada de asesinar a un (determinado)
blanco, transformando los elementos ad hoc en una infraestructura antiterrorista
capaz de sostener una guerra aparentemente interminable”.
Huelga
decir que esto viola los tratados y normas internacionales establecidos que
condenan las ejecuciones extrajudiciales. Sólo que, como señala el experto
Micah Zenko en el blog del Consejo de Relaciones Exteriores, en el grupo
pensante de la política exterior del gobierno Obama ha cuajado la idea de que
“la rutina por tiempo indefinido de la ejecución de sospechosos de terrorismo y
de hombres cercanos a ellos en edad militar es ética, moral, legal y efectiva”
(//blogs.cfr.org, 24/10/12).
“He
hablado con decenas de funcionarios en los dos gobiernos –añade Zenko– y estoy
convencido de que quienes ocuparon cargos bajo el presidente (W.) Bush eran en
realidad mucho más conscientes y reflexivos acerca de las consecuencias a largo
plazo de estas ejecuciones que sus sucesores bajo Obama.” ¿El período de Obama
fue el tercero de W. Bush, pero más avanzado? Si Mitt Romney gana las
elecciones presidenciales del próximo martes, debería estarle agradecido al
perdedor: le ahorró un montón de trabajo en la tarea de proseguir una guerra
sin término.
Juan Gelman es un conocido literato
uruguayo. Este artículo fue publicado en Página 12
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios