Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Entrevista con Édgar
Ramírez
Un café en el centro de la ciudad de La Paz es el escenario para la charla.
Aunque dice tener poco tiempo, se dispone con mucha sencillez a hablar con
Animal Político.
Se ve muy saludable, repuesto de una dolencia antigua. El otrora
secretario ejecutivo de la COB (1996-1997) se decanta por el proceso de cambio y
encuentra en Evo Morales un líder natural al que los bolivianos deben apoyar si
es que no quieren que se frustren las transformaciones que experimenta el país.
“Él está obligado a actuar como estadista”, afirma. Expresa serios reparos
contra Filemón Escóbar, de quien se refiere con calificativos fuertes; critica,
además, a la oposición.
Usualmente es difícil abordarlo para hablar de política, a no ser
que se trate del Archivo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que con
dedicación logró construir en la ciudad de El Alto. Pero nos ofrece la
oportunidad, y Édgar Huracán Ramírez se decanta a favor del proceso de cambio y
hasta se da valor para despotricar —y a la mala— contra quienes cree que
fueron, antes y hoy, traidores del movimiento obrero (y del proceso).
Nacido en Potosí en fecha de la que a propósito dice que no se
acuerda, el quizás más radical de los líderes de la Central Obrera Boliviana
(COB), entre 1996 y 1997, repasa la realidad política del país. Alaba al
Gobierno y cuestiona a la oposición. “Les digo con sinceridad: como está de
moda tener un indio de lo que sea y tirar discursos en guaraní, quechua y
aymara, la derecha está buscando sus indios y los está encontrando”.
Con voz grave y firme, como cuando arengaba al movimiento obrero
mientras fue líder sindical, el Huracán, como le dicen desde tiempos que no
recuerda, no se compara con otros recordados dirigentes como Simón Reyes
Rivera, fallecido el 1 de noviembre, aunque guarda serios reparos contra
Filemón Escóbar. “Yo encuentro solamente a tres compañeros del nivel de Simón;
no hay un cuarto: Juan Lechín Oquendo, Víctor López Arias y Federico Escóbar
Zapata”.
Más allá de esa descripción, acepta calificar a los líderes de
oposición. Dice que Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM), sigue
siendo “paz-zamorista” y Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN),
“mirista”. “En eso ambos son consecuentes”, ironiza.
Con esas percepciones, a Evo Morales lo debe considerar mejor.
Cuenta que hace rato que no ve al hoy Presidente del Estado, con quien dice
haberse conocido cuando ambos eran dirigentes sindicales. Aunque cree que
cuando ambos se vean otra vez, quizás se traten como “hola, Evo” y “cómo estás,
Huracán”. Recomienda a la primera autoridad del país “actuar como estadista,
incluso debe tomar las decisiones antes de que le sugieran”. Considera que
“quizás el error (del Mandatario) sea la confianza ciega en algún grupo humano
o social, que dice que lo apoya”.
— ¿Pudo ser este proceso del 82?
— Yo pienso que no.
— ¿Por qué?
— Porque el año 1982 comenzamos mal. Empezamos con un Parlamento
que se constituyó en el escollo fundamental para que el proceso avance.
Empezamos legalizando un Parlamento que había sido elegido en 1980 y cuya
mayoría era de ADN (Acción Democrática Nacionalista), MNR (Movimiento
Nacionalista Revolucionario) y otros partidos de derecha. Éstos empezaron a
ponerle obstáculos al camino que el pueblo buscaba; por esa razón, en tres años
dieron un golpe de timón y nos llevaron al camino del neoliberalismo. Por ello,
no debemos afirmar que la democracia en sí misma sirve para todo y para todos.
La democracia tiene sello y el rostro de quien la ejerce. La democracia de
1985, para 2005 o 2006, ha servido para enajenar al país; esta democracia está
restituyendo los derechos, los recursos naturales para que los bolivianos nos
beneficiemos.
Hubo una discusión larga, que a mucha gente le ha sacado sonrisas,
en sentido de que las nacionalizaciones deben ser de esta forma u otra, que el
petróleo no se ha nacionalizado… La nacionalización es algo simple: significa
que aquello que está en poder de manos privadas se convierte en algo del Estado
y del pueblo boliviano; no importa el nombre que le pongamos; las
nacionalizaciones nunca son iguales en el planeta ni se darán en la historia.
Para mí, es la nacionalización del excedente de los hidrocarburos. Ese
excedente que iba a parar a los bolsillos de las transnacionales, ahora es el
excedente que se reparte en el país.
— Alguna vez Filemón Escóbar dijo que los trabajadores tuvieron la
culpa de la caída de Hernán Siles Zuazo y con Evo Morales no había que
repetir eso.
— Evo Morales dijo que negociar con la Embajada de Estados Unidos
“es una caca”. Yo digo que para hablar de caca, hay que ser experto en caca, y
yo, para hablar de Filemón Escóbar, no soy experto en caca.
— Nos sorprende. ¿Por qué tanta diferencia suya con Filemón?
— Yo no soy experto en caca, y él lo es.
— Pero él impulsó la fundación del instrumento político que lidera
el proceso de cambio.
— No debo hablar de este señor, porque va a empezar a heder
hasta mi aliento si digo su nombre; por eso no lo digo.
— Dice que este proceso será de años. ¿Lo acompaña el pueblo?
— Pienso que debe acompañarlo.
— ¿Lo está haciendo?
— Si hay gente que no lo está haciendo y aspira a que Bolivia sea
grande, debemos empujar este proceso hacia adelante. De lo contrario, lo harán
los de la derecha, para hacer que la historia ruede para atrás.
— ¿Y el movimiento obrero tendrá esa convicción sobre el proceso?
— Hay que entrar a debatir con ellos en su seno, no hay que hacer
el papel del que califica desde la galería. No soy amigo de hacer eso, pero sí
estoy dispuesto a debatir con quien sea sobre la validez de este proceso. Si
alguien me pregunta por qué Édgar Ramírez peleó desde hace cuatro décadas o
más, yo voy a decir “por un proceso parecido a éste”, por un proceso
diferente al de Gonzalo Sánchez de Lozada, de Hugo Banzer o de René Barrientos.
Si este proceso va en retroceso o se frustra, será culpa nuestra, y culpa
mía.
— ¿Con qué frecuencia ve al presidente Morales?
— Yo nunca lo veo, porque no soy funcionario gubernamental, no soy
militante del MAS (Movimiento Al Socialismo) y no soy nada. Otra cosa es que yo
apoyo este proceso de manera incondicional; no necesito ser funcionario ni
militante del MAS.
— ¿Desde cuándo no ve a Evo Morales?
— Con Evo no me veo desde hace mucho tiempo, porque Evo es un
exdirigente sindical. De ahí viene nuestra amistad. Si nos vemos, digo que
vamos a hablarnos, como Presidente y yo un ciudadano común y corriente, yo no
voy a tener la necesidad de decirle “señor Presidente” ni él “cómo está,
ciudadano Ramírez”. Quizás lo hagamos como antes, “hola, Evo” y “cómo estás,
Huracán”. Estoy seguro.
— ¿Cómo está manejando Morales el país?
— Hay que apoyar sus medidas. Lamento que muchas de ellas no estén
bien comprendidas o bien ejecutadas, pero no porque Evo y el proceso sean, de
manera connatural, los culpables, sino porque todos los procesos como éste no
están inscritos en un manual ni de política ni de economía; se tiene que hacer
prácticamente experimentos para saber si da o no resultados; hay que tomar en
cuenta que no hay experimentos leyendo profecías. Aquí no hay ninguna profecía;
se analiza la situación concreta y se trata de ponerle la solución concreta.
Muchas veces esas soluciones, en su evolución, no siempre son como queremos.
— ¿Cuál cree que es su peor error?
— Quizás el error sea la confianza ciega en algún grupo humano o
social, que dice que lo apoya. Él está obligado a actuar como estadista,
incluso debe tomar las decisiones antes de que le sugieran. Los errores se los
van a cargar a él; los triunfos se los llevarán otros. Hay que hacer lo posible
por cometer menos errores, porque sobre éstos brincarán los gonistas.
— ¿Es un error insistir con las construcción de la carretera que
cruzará por el TIPNIS?
— Debe hacerse esa carretera, porque la liebre ya ha saltado.
— ¿A qué se refiere con eso?
— Porque los que se oponían tienen otras aspiraciones. Les digo
con sinceridad: como está de moda tener un indio de lo que sea y tirar
discursos en guaraní, quechua y aymara, la derecha está buscando sus indios y
los está encontrando.
Perfil
Nombre: Édgar Ramírez Santiesteban
Nació: Potosí, 1947
Profesión: Minero
Cargo: Archivista
Humor
De carácter fuerte y firme, Édgar Ramírez no recuerda desde cuándo
le dicen Huracán. “Me agarraste en curva”, dice. Enseguida explica una posible
razón de su seudónimo: “Quizás sea porque soplo mucho”. Y seguro que no se
refiere a un fuelle.
‘Cooperativas son sociedades anónimas informales’
— ¿A qué atribuye la crisis minera de hace unos meses, las tomas o
el interés del Gobierno de revertir las concesiones?
— En este momento hay un periodo de ascenso en las cotizaciones de
todos los minerales y acompañados de la decisión del Gobierno de que esos
recursos naturales otra vez son de dominio estatal; le pertenecen al Estado
Plurinacional. Ambos factores sirven de acicate para que algunos pretendan
sacarle algunas utilidades a su actitud.
— ¿Los cooperativistas?
— No solamente ellos.
— ¿Comunarios?
— También. Pero soy un convencido de que los recursos naturales,
que tienen carácter estratégico para el país (hidrocarburos, minerales y, hay
que agregarle, el agua, la biodiversidad y la seguridad nacional), deben ser
los elementos que solamente debe manejar el Estado y nadie más, porque eso
tiene que ver con el desarrollo nacional, y éste no es idéntico al desarrollo
individual de las personas.
Ese desarrollo nacional no solamente se expresa en la exportación
de recursos y la recepción de divisas, sino implica que esas divisas se
conviertan en otras actividades para el país. En este momento no existe en
Bolivia un solo repuesto de minibús o micro que se haya fabricado en el país;
eso se compra con divisas y éstas provienen de la exportación de los sectores
estratégicos de la economía boliviana.
Para no tener problemas de repuestos, necesitamos generar divisas
sobre la base de los recursos naturales. Ojo, estoy hablando del carácter
estratégico, de lo fundamental… No es lo mismo generar divisas con los turistas
mochileros que hacerlo con hidrocarburos o la minería. Lo primero genera
recursos para menester de carácter menor, no genera divisas en ninguna parte
del mundo; Egipto no vive del turismo, sino del petróleo.
— ¿Las cooperativas son aliadas consecuentes con el Gobierno?
— No sé, hay que preguntarles a ellas.
— ¿Cómo las percibe?
— Me está preguntando como si yo fuera cooperativista.
— Le estoy pidiendo su percepción.
— Esto tiene que estar ligado al control estatal. Yo tengo mi
opinión de las cooperativas mineras; vayan a Potosí y las cooperativas existen
sólo de nombre; son sociedades anónimas informales.
Publicado en La Razón. Periodista: Rubén
Atahuichi
imagen tomada del periodico La Razon
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